M, P E M
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de manera directa o indirecta, varios revolucionarios de Hispanoamérica
45
,
entre otros: Bernardo O’Higgins (Chile), Baquijano (Ecuador), Bejarano
y Pedro Pablo Freites (Perú), Mariano Moreno (Río de la Plata), Pedro
Fermín Vargas y Pedro José Caro (el Caribe insular), Antonio Nariño
(Nueva Granada), Pedro Gual, Zinza y Sorondo (Venezuela) y José Cortés
de Madariaga quien, dirigiéndose a su natal Chile, optó por quedarse en
Caracas
46
.
Igualmente, el resto de los iniciados volvió a América y propagó
exitosamente los ideales de libertad, por lo cual enviaron a comisionados
para reunirse con Miranda. Estos comisionados resuelven colocar bajo
sus órdenes a todos los jóvenes entusiastas por la independencia y crear
logias en el continente para favorecer la transmisión de esas ideas en Cádiz,
Madrid, París, Caracas, Buenos Aires, Mendoza y Santiago de Chile
47
. Una
serie de liales de la Gran Reunión Americana, las cuales recibieron el
nombre de logias “Lautaro” o “Logias de Caballeros Racionales”, conocidas
también como las logias lautarinas o logias mirandinas
48
. En dichas logias,
Benimelli señala la inexistencia de pruebas concluyentes. Carmen Bohórquez niega
tajantemente esta posibilidad. No obstante, las recientes investigaciones de Ovidio Aguilar
Meza, sustentadas en elementos documentales no determinantes, pero sí vinculantes,
desmienten las versiones hasta hoy recogidas por la historiografía y exponen que Miranda sí
fue iniciado en la masonería, pero en Kingston, Jamaica, en 1783, durante su estadía de tres
meses en la isla británica, a propósito de una misión militar secreta (Aguilar Meza, 2010, En
búsqueda de la verdad. ¿Miranda fue masón?, p. 109-118).
45 Meza Dorta, 2012, Miranda y Bolívar. Dos visiones, p. 18-29.
46 Jiménez, 2008, Ob. Cit., p. 66-67.
47 Ídem.
48 Algunos historiadores aseveran que las logias lautarinas no eran logias masónicas,
sino sociedades secretas de índole política y patriótica, que tomaron de la masonería la
supercial apariencia de constituciones, reglamentos, signos, fórmulas, grados y juramentos
secretos (Ferrer Benimeli, 2001, La Masonería, p. 76-78). Ciertamente, la Gran Reunión
Americana y las logias lautarinas constituyeron una red política con ramicaciones en la
América española, que favoreció el movimiento emancipador, muy especialmente en
Suramérica (Meza Dorta, 2012, Miranda y Bolívar. Dos visiones, p. 18-29). Por otra parte, se
arma que el fundamento de la masonería lautarina o mirandina tuvo sus bases en el llamado
Rito de los Iluminados de Baviera, fundado por Ad. Weishaupt en 1771 en aquella región
alemana con un sistema de 13 grados (Raynaud, 2011, El libro negro de la francmasonería,
p. 45), y que aglutinó a pensadores, lósofos y políticos en las llamadas logias iluministas-
racionalistas, las cuales fueron el germen de la Revolución Francesa y de la Revolución
Norteamericana. De allí que las ideas republicanas y emancipadoras contenidas en aquel rito
masónico inuyeron tácitamente en el pensamiento de Francisco de Miranda y, por ende, en
los próceres iniciados en sus logias lautarinas (Respetable Logia “Estrella Bolívar” No 118,
2011, Contribución de la Masonería a la Independencia de Venezuela, p. 19-99).