LA TEORÍA DEMOCRÁTICA EN EL PENSAMIENTO POLITOLÓGICO DE GIOVANNI SARTORI24
“(…) no es hasta el advenimiento de la modernidad política en la segunda mi-
tad del siglo XVIII, en el contexto de la ilustración y sus variadas corrientes de
pensamiento (liberalismo, empirismo y racionalismo, entre otras), cuando la
democracia va a ser asumida como un proyecto histórico viable que debe darle
contenido ético, político y ontológico a los emergentes Estado liberales o Esta-
dos de Derecho, que habían surgido a través de la crisis histórica generada por
las revoluciones políticas y económicas sucedidas en el siglo de las luces, entre las
que destacan por su impacto internacional: la revolución industrial (1750), la
independencia de las trece colonias angloamericanas (1777), la revolución fran-
cesa (1789) y, en la primera mitad del siglo XIX, los procesos de ruptura con
los nexos colonia les de la mayoría de las colonias iberoamericanas” (2015: 65).
En este sentido, no debe pensarse que el ideal democrático primero y la
poliarquía después surge automáticamente luego del colapso del absolutismo
monárquico en Francia o en las colonias de ultramar. Se trata, más bien, de
un proceso lento que se mueve con avances y retrocesos, que incluso hoy le
falta mucho por transitar. Tampoco, debe confundirse el iluminismo y el li-
beralismo con la democracia propiamente dicha, porque, aunque el núcleo
gnoseológico duro de las democracias subyace en el liberalismo clásico, las
poliarquías contemporáneas son subsidiarias también de otras ideológicas,
como el socialismo3, el anarquismo y la doctrina social de la iglesia, entre otras.
En lo especíco las proto-democracias modernas, se identican al de-
cir de Romero y Romero (2005), por los conceptos que siguen: a) sobera-
nía popular, b) libertad de ser y hacer en un marco regulado por la ley, c)
igualdad política de todos los ciudadanos por ante la ley, d) construcción de
consensos colectivos sobre temas de intereses general, sin suprimir los disen-
sos, e) el gobierno como máxima representación de la voluntad general, f )
3 Para Hobsbawm (2009), la democracia moderna tiene en la burguesía su principal protagonista. En
consecuencia, más allá de su formación discursiva en la práctica se trata de un sistema político que
privilegia los intereses de la burguesía y se sustenta en relaciones capitalistas de producción material.
De este modo, la democracia liberal es la reacción histórica burguesa que se erige contra la aristocra-
cia nobiliaria y el sistema de producción feudal. además, este historiador británico identificado con
la tradición marxista muestra que ideas como: el estado de bienestar, los sindicatos o la democracia
social provienen no del liberalismo, sino de grupos socialistas que lucharon desde el siglo XIX para
crear mejores condiciones de vida en las clases trabajadores que vivían en las democracias centrales
del occidente hegemónico. Es precisamente por estas luchas progresistas que, en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948, se incluye el catálogo de derechos socioeconómicos
y culturales, que vienen a complementar a los derechos políticos y las libertades civiles proclamadas
como bandera del liberalismo clásico o ilustrado.