
PRÓLOGO
Se ha escrito con abundancia sobre políticos públicas en general, sin
embargo, no es el caso de las políticas culturales que siguen resultando
para muchos un ámbito excéntrico de poca importancia, quizá por la
subordinación de los procesos culturales a otras instancias de la
realidad, que poseen, a juicio del hombre común, más importancia
para la vida cotidiana de las personas, como sería el caso para esta
racionalidad instrumental, de la economía, la política y la tecnología,
por mencionar algunos tópicos, de ahí que este trabajo de políticas
culturales significa para Colombia y Latinoamérica un aporte –desde la
ciencia política– de gran significación que da cuenta del impacto de la
cultura en las relaciones de poder que se dan entre el estado y la
sociedad civil organizada.
La obra del profesor Albaro H. Lobo Alvis que hoy se presenta en
formato libro tiene la capacidad de mostrar las profundas relaciones
que se gestan dinámicamente entre la política y cultura, asumida esta
última, como espacio material y simbólico en el cual emergen procesos
creativos destinados a embellecer la realidad de maneras diversas, a
gestar y comunicar identidades colectivas que cohesionan a personas,
comunidades y regiones enteras, al tiempo que son la expresión
fehaciente de las formas de ser y de vivir de estas comunidades en el
tiempo. De modo tal, que el sujeto artista, o más precisamente, los
llamados portadores de tradición, situados en este caso, en la región
caribe de Colombia, no solo son creadores en el sentido artístico del
concepto, sino, además, interpretes “hermeneutas” de los sentimientos,
alegrías, miedos, desafíos y concepciones de la vida, de las realidades
en las cuales están inmersos como artífices de productos estéticos de
carácter plástico, sonoro o textual, que en muchos casos no son ajenos
a la política y sus dinámicas hegemónicas.
Al igual que en todas las dimensiones de la realidad la cultura no
está exenta de las regulaciones mediante leyes, planes y proyectos que
definen las instancias de poder (locales, departamentales y nacionales)
para su funcionamiento con base a lo que dictamina la ley para
responder al interés general de la ciudadanía; por esta razón, Lobo
explica con lujo de detalles el marco jurídico que ha servido de
plataforma para el desarrollo de las políticas públicas desarrollaras
para responder a los ámbitos culturales de Colombia, en la