Ediciones Clío
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DEDICATORIA
A Dios por acompañarme en todo momento y darme la fuerza necesaria para
cumplir este trabajo; a mi madre Edilma Becerra y mi padre Marcelino Soracá
por apoyarme incondicionalmente y enseñarme el valor del esfuerzo y la
dedicación; a mi esposo Camilo Palencia por creer siempre en y ser mi
compañero y amigo incondicional; a mis amores eternos, mi hija María José y
mi hijo Juan Camilo, fuentes de mi perseverancia y luz de mi vida.
AGRADECIMIENTOS
A todos los que hicieron posible este sueño: compañeros doctores, familiares
y amigos que aportaron su tiempo, trabajo, conocimiento y experiencia y muy
especialmente a mi tutor de tesis, Dr. Jorge Villasmil Espinoza por compartir
su sapiencia, dedicación y apoyo permanente.
PRÓLOGO
En lo particular debo confesar que el tema del voto en blanco siempre me ha
resultado muy atrayente, quizá por mi formación humanística en las
coordenadas del paradigma sociocrítico que privilegia el estudio de las diversas
formas de resistencia civil, encausadas el desarrollo eventual de procesos
emancipatorios ante los poderes hegemónicos que se oponen a la dignificación
de la vida. Por esta razón, desde un primer momento me decidí a fungir como
tutor de la tesis doctoral de la profesora Soracá, intitulada: Cultura Emergente
Del Voto en Blanco en el Sistema Electoral de Colombia, en el Marco de las
Representaciones Sociales que lo Identifican (20032015); trabajo
galardonado por el jurado evaluador que sirvió de antesala a la publicación de
este libro.
La misma legislación colombiana que rige la materia electoral define la
práctica del voto en blanco, como una expresión de descontento social para
encauzar el voto de los ciudadanos y ciudadanas que, por una parte, no se
sienten representados en sus legítimos intereses por ninguno de los candidatos
o agrupaciones políticas que se postulan para optar a un cargo público en un
proceso comicial determinado a nivel local, regional o nacional, según el caso.
Por la otra, sirve también de válvula de escape para encauzar el sufragio de las
personas y grupos que miran con sospecha al sistema político colombiano en su
totalidad, toda vez que, desde su percepción particular, el mismo está
contaminado por la corrupción, el clientelismo, el burocratismo, el sectarismo
y la violencia para beneficio de las elites.
A diferencia de la abstención crónica o el voto nulo, la práctica del voto en
blanco tiene efectos políticos y jurídicos particulares y, de resultar ganador,
puede repetir una elección determinada con candidatos diferentes. Esta
situación le da al voto en blanco en Colombia una trascendencia particular que
le diferencia de las otras legislaciones sobre el voto en blanco en el mundo. De
ahí que, esta práctica propia de una ciudadanía inteligente que posee conciencia
histórica y potica para entender su situación ante las complejas realidades que
le toca vivir cotidianamente, ha venido configurando una cultura política
emergente que cuestiona las bases simbólicas y materiales que soportan los
pilares del orden establecido, al tiempo que también significa una búsqueda de
opciones y posibilidades alternativas para la construcción intersubjetiva de un
país mejor, desde la bases y en contravía de los sectores tradicionales de poder.
Este proceso de construcción de representaciones sociales es muy bien
estudiado por Soracá a lo largo de las páginas que siguen.
La investigación tiene la virtud de profundizar en la dimensión de las
subjetividades políticas, esto es, el espacio imaginario condicionado por la
cultura y sociedad, en el cual y a través del cual, se producen y desarrollan las
ideas, valores, posturas, miedos, afectos, discursos y concepciones del mundo
vinculados al fenómeno político. En este caso, estas subjetividades dan cuenta
de una ciudadanía activa y dispuesta a participar en los procesos políticos para
reconfigurar las relaciones asimétricas de poder que han subordinado a la
sociedad civil organizada a los designios de las elites políticas y económicas.
Aunque normalmente no me gustan las predicciones, todo indica que el
fenómeno del voto en blanco junto a la legislación vanguardista que en
Colombia lo justifica y le da su sustento doctrinal, seguirá creciendo en términos
de la expansión de la cultura política contestataria que lo identifica, hasta el
punto de llegar a ser en la próxima década un referente obligado para los
sujetos sociales y actores políticas que en Colombia y Latinoamérica siguen
apostando por salidas democráticas a pesar de las contradicciones e
inequidades que arruinan los proyectos de vida de buena parte de la población
en la región. En este sentido, el lector experto en temas políticos y el público en
general encontraran en la presente obra un estudio minucioso en coordenada
de las metodologías cualitativas, que aporta luces para la debida valoración de
este fenómeno electoral hasta el momento poco estudiado por la ciencia política
convencional.
Dr. Jorge J. Villasmil Espinoza
Universidad del Zulia
Instituto de Estudios Políticos y Derecho Público
“Dr. Humberto J. La Roche”
Maracaibo, Venezuela.
jvillasmil@fcjp.luz.edu.ve
INTRODUCCIÓN
Como sucede con buena parte de los textos académicos, el trabajo que
tenemos la satisfacción de presentar surgió de mi tesis doctoral desarrollada en
el periodo 2014-2018, en el marco del programa doctoral de Ciencia Política de
la Universidad del Zulia, bajo la tutoría del Profesor Jorge Jesús Villasmil
Espinoza. La investigación fue premiada con la distinción honorifica mención
publicación.
Conviene enfatizar que los resultados preliminares de la investigación
fueron publicados en su momento bajo la modalidad de artículos arbitrados en
las revistas indexadas: Cuestiones Poticas y Revista Encuentros. Por esta
razón, agradecemos a los editores de ambos órganos divulgativos el haber
autorizado la republicación de esos documentos, con modificaciones menores
en esta obra integrada, que no persigue fines de lucro, sino, sencillamente,
aportar luces para la reflexión y el debate de un fenómeno electoral de
trascendencia, como lo es el voto en blanco en Colombia, tema sin duda, poco
trabajado hasta ahora.
Una vía para la comprensión del voto en blanco en Colombia como medio de
expresión potica que integra una forma de participación electoral, refiere el
modelo estatal colombiano reconocido por la Constitución Política de 1991,
bajo la denominación de “Estado social de Derecho”. Este modelo de Estado, es
comprendido como: “Aquel que acepta e incorpora al orden jurídico, a partir de
la propia Constitución, derechos sociales fundamentales junto a los clásicos
derechos políticos y civiles”(Villar, 2007:82), y se fundamenta en: Un sistema
en que la sociedad goza de bienes y servicios; y toma parte activa, a través de
sus organizaciones, en las decisiones del Estado, en sus políticas redistributivas,
y de todos los servicios que presta” (Rodríguez e Ibarra, 2008:11); por cuanto,
asume un conjunto de responsabilidades sociales para el logro del desarrollo
humano que: "[…] requiere de una base económica y recursos financieros
suficientes para poder atender las obligaciones surgidos de los derechos
establecidos” (Gómez, 2006:96); todo ello, sumado al carácter político libre de
corrupción, con políticas pluralistas, incluyentes y equitativas.
El modelo de Estado Social de Derecho propiamente dicho, se encuentra
ligado particularmente al concepto y desarrollo de la democracia; ya sea de
medios o de resultados, esta última, descrita como sustancial o material se
adecúa al sistema político, que no sólo persigue la igualdad formal ante la ley
sino, que logra disminuir las inequidades y reduce la brecha social y económica
entre sus beneficiarios en aras del logro de unas condiciones de vida mínimas
para todos los ciudadanos en el marco de la dignidad humana (Vallés, 2007).
Por consiguiente, cuando este ideal no se materializa, genera o aumenta el
descontento del conglomerado social, repercutiendo en el modo como los
ciudadanos participan o se abstienen de participar en las decisiones políticas y,
directamente, en la participación electoral a través del voto blanco. Un ejemplo
concreto de ello es en lo descrito por Velásquez y González en la segunda
mitad del siglo XX ante el fenómeno del clientelismo y autoritarismo
1
:
“La respuesta de la ciudadanía a esta doble
condición fue diversa: de un lado, el abstencionismo
de un porcentaje creciente de la población que no veía
en las elecciones un instrumento favorable a sus
intereses; de otro, el incremento de la protesta
ciudadana ante la incapacidad del Estado de
satisfacer las necesidades de la población y,
finalmente, la intensificación del conflicto armado.”
(2003: 17).
En consecuencia, considerando que el conglomerado social persigue la
satisfacción de sus necesidades a través de las políticas de gobierno, que para
Galvis y Meisel deben contener: “Por lo menos dos objetivos, reducción de
desigualdades y crecimiento económico, focalizándose en las regiones que
evidencian persistencia de la pobreza” (2010:8), es fácil comprender entonces
porqué en Colombia, en medio de la inequidad entre las diversas regiones
2
, en
términos de desigualdad social y económica
3
, más de cincuenta años de
conflicto armado interno, corrupción
4
, incrementos tributarios
5
, deficiencias en
la administración de justicia
6
, entre otros factores, se propicia entre sus
1
El documento Visión Colombia Segundo Centenario: 2019 -Departamento de Planeación
Nacional, profundizar el modelo democrático, visibiliza la vigencia de dichos fenómenos, en lo que
destaca: “Uno de los retos más importantes se plantea en relación con la erradicación definitiva de
las prácticas clientelistas y la modernización de los mecanismos de intermediación, a través de los
cuáles los partidos establecen sus relaciones con la población” (2006: 295).
2
El documento Visión Colombia Segundo Centenario: 2019 -Departamento de Planeación
Nacional, profundizar el modelo democrático, visibiliza la vigencia de dichos fenómenos, en lo que
destaca: “Uno de los retos más importantes se plantea en relación con la erradicación definitiva de
las prácticas clientelistas y la modernización de los mecanismos de intermediación, a través de los
cuáles los partidos establecen sus relaciones con la población” (2006: 295).
3
Según informes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
específicamente, panorama social en América latina 2015, al realizar un análisis en la evolución
de concentración de los ingresos destaca “la participación del 1% más rico en el ingreso total entre
1993 y 2014, medida sobre la base de datos tributarios de la Argentina, Colombia, el Uruguay y
otros países y regiones. Colombia es el país con la mayor participación del 1% más rico en el
ingreso total a lo largo de toda la serie: a 2010” (2016:27).
4
En el informe de la Corporación Transparencia por Colombia (2017), denominado Índice de
Transparencia Nacional (2015-2016) el ranking nacional de nivel de riesgo de corrupción de las 75
entidades evaluadas se encontró 20 con riesgo de corrupción moderado, 41 en riesgo medio y 14
en riesgo alto.
5
En boletín de divulgación económica, sobre las reformas tributarias en Colombia durante el
siglo XX (I) menciona que: “A pesar de que la frecuencia de las reformas tributarias ha aumentado
de manera sustancial en las últimas décadas, estas deficiencias no se han eliminado, revelando
una preferencia por cambios marginales, antes que por reformas estructurales. Estos cambios han
sido inducidos por la urgencia de aumentar los recaudos y, en muchos casos, han ido en contra
de la calidad misma de la estructura tributaria” (2002:33).
6
Sergio Clavijo en su libro costo y eficacia de la rama judicial en Colombia señala, que luego
de Brasil, “El segundo lugar en ineficiencia lo obtiene Colombia al registrar procesos acumulados
de 6.337 (por cada 100.000 habitantes)” (2011:34).
asociados poca credibilidad de las instituciones y con ello descontento
individual y colectivo que se visibiliza en las urnas, a lo que Horbath
refiriéndose a Colombia, señala:
“El Estado actual de orden público y el deterioro de la economía a partir de
la contracción de la demanda interna y la dependencia de las exportaciones de
productos primarios, hacen que el marco social en que se desarrollan los
comicios se convierten en el termómetro de evaluación de las instituciones del
poder gubernamental en el país” (2004: 204).
Permitiendo que la participación política electoral del votante blanco se
convierta de acuerdo a las circunstancias electorales en una voz y un llamado a
la transformación, ya sea política, económica o institucional, máxime cuando el
voto en mismo: “No es simplemente una actividad ritual, para mostrar el
patriotismo o el civismo, que se realiza cada cierto tiempo” (Salamanca, 2012:
22), sino que compone la decisión personal con incidencia colectiva de
participar activamente de una contienda electoral, con efectos políticos y
sociales.
Desde el ámbito normativo, el voto en blanco en Colombia ha sido producto
de un proceso paulatino de cambios en cuanto a concepción y finalidad, y tuvo
su mayor modificación con el acto legislativo 01 de 2003 que agregó al artículo
258 de la Constitución Política de Colombia de 1991, el parágrafo primero
7
,
otorgando la posibilidad de repetir las elecciones, en la escogencia de miembros
en las Corporaciones Públicas, Gobernador, Alcalde o en la primera vuelta en
las elecciones presidenciales, cuando los votos en blanco obtuvieran la mayoría
absoluta del total de los votos válidos.
En lo que respecta a las opciones para sufragar en Colombia, se diferencian,
según sean las elecciones uninominales o de cuerpos colegiados, cuyos votos
válidos pueden dirigirse ya sea a un candidato, a lista de cargos públicos o en
blanco, este último con dos maneras de marcar: uno en la casilla de voto en
blanco tradicional dispuesta en las elecciones y, otro, por una candidatura
inscrita de voto en blanco, ya sea por ciudadanos aptos para votar o por partidos
o movimientos poticos con personería jurídica, cuando se cumplen las
condiciones normativas, la cual se incluye a su vez, en una casilla diferente en
la tarjeta electoral correspondiente.
De esta manera el fenómeno del voto en blanco en Colombia adquiere
connotaciones jurídicas muy particulares, toda vez que la legislación que regula
7
Diario oficial No 45.237, 3 de julio de 2003, Acto legislativo 01 de 2003 art. 11. “Deberá repetirse
por una sola vez la votación para elegir miembros de una corporación pública, gobernador, alcalde
o la primera vuelta en las elecciones presidenciales, cuando los votos en blanco constituyan
mayoría absoluta en relación con los votos válidos. Tratándose de elecciones unipersonales no
podrán presentarse los mismos candidatos, mientras que en las de corporaciones públicas no se
podrán presentar a las nuevas elecciones las listas que no hayan alcanzado el umbral.”
la materia le asigna un protagonismo inusitado a esta forma alternativa de
sufragio, al permitirle inclusive repetir elecciones con candidatos diferentes de
ganar la contienda bajo ciertas condiciones, constituyendo una forma
privilegiada para expresar el descontento político y social existente en el
electorado crítico, que no se siente representado por los partidos políticos
existentes, ni por los candidatos que concurren a una contienda electoral en
particular, en el nivel nacional, regional y/o local, como se observa en la
dinámica de las distintas opciones alternativas de periodismo y de
publicaciones virtuales, que han aportado su lectura desde las situaciones
coyunturales alrededor de las diferentes contiendas electorales, en los que se
destacan conceptos y frases referidas al voto en blanco en Colombia, tales como:
El Tiempo (2000), menciona: El valor político del voto en blanco se
refleja en el rechazo o protesta que ejerce el votante hacia los candidatos
inscritos, presentes en el tarjetón”.
El comunicador Montes (2011), en El Universal, señala: “[...] sirve para
reflejar los sentimientos de abstención, disentimiento e inconformidad del
ciudadano, entre otras connotaciones.
El columnista Cepeda (2014), en El País.com.co, anota: El voto en blanco
es instrumento poderosísimo para decapitar a la clase política, cuando la
ciudadanía quiere expresar su desagrado con lo que está ocurriendo o con lo
que representan los candidatos.”
El Pilón (2014) expresa: “El voto en blanco es un sufragio válido que será
computado y sirve para reflejar los sentimientos de abstención, disentimiento e
inconformidad del ciudadano.”
En columna de opinión Verano (2014), en La República bajo el tulo:
“Descontento endémico catapulta el Voto en blanco, refiere: Ante las
promesas incumplidas por los gobiernos y el afianzamiento del clientelismo y la
corrupción, el Descontento Endémico se aparece hoy mimetizado en el fuerte
crecimiento del Voto en blanco para la próxima elección presidencial.
Publimetro Colombia (2015), indica: “Esta herramienta electoral surgió
como un mecanismo en el que los ciudadanos de un país dan a conocer su
inconformidad frente a los candidatos que se están postulando a las elecciones.”
Por su parte, y en medio de los cambios ante el proceso de paz, de manera
visionaria Granada, tratando el tema de las paradojas de la democracia en
Colombia señaló: “En este caso, votar masivamente en blanco podría
representar un instrumento directo de participación ciudadana en la
reconstrucción (reinvención) del Estado de la Colombia de posguerra” (2014:
194), concentrando en el voto en blanco dos aspectos claves: por un lado, una
señal de reproche y, por otro, una oportunidad de cambio.
Lo que indica, que a lo menos empíricamente uno de los sentidos del voto en
blanco, motiva una idea de protesta, molestia, rechazo de parte del electorado,
que, si bien lo expresa de manera individual a través del voto, se proyecta
colectivamente, como reflejo de descontento social, ya sea de manera general
frente a los bienes y servicios insatisfechos por sus gobernantes o, a través de la
figura de los candidatos, los partidos o movimientos políticos. Concepciones
sobre la que profundizaremos en el presente trabajo, bajo la hipótesis de que, la
acción del voto en blanco es una expresión genuina de descontento social.
Si bien es cierto, el voto en blanco no es un tema exclusivo de Colombia,
tiene aquí un componente excepcional en cuanto al poder político reconocido
en la normatividad; sin embargo, más allá de lo que jurídicamente comprende,
es preciso resaltar que una de las características que hacen al voto blanco
realmente único dentro de cualquier contexto, es lo que representa para el
votante blanco que asume una actitud activa de participación política-electoral,
en contraposición a la que algunos denominan abstención electoral pasiva.
A nivel mundial, los mayores acercamientos al tema del voto en blanco, se
han realizado a través del estudio del voto nulo y la abstención respectivamente,
por cuanto, en la mayoría de países el voto blanco no se encuentra incluido en
la legislación electoral y, en los que sí, no pasa de tener como efectos políticos
lo concierne a la repartición de escaños.
En el caso de Colombia sería difícil hablar de una abstención refiriéndose al
voto en blanco, por cuanto es un fenómeno sui generis, comenzando porque
implica la decisión de sufragar y elegir. Técnicamente debe tener cuidado el
votante blanco en realizar los trazos debidamente para que se entiende que
inequívocamente es su voluntad, ya sea en la casilla de voto en blanco o en la
casilla de la candidatura del voto en blanco, con lo cual, dejar la tarjeta electoral
en blanco, como en el caso de España, no cuenta como voto en blanco en
Colombia, sino como voto nulo; además, esta eleccn si bien no es dirigida
hacia un candidato propiamente dicho o lista de candidatos, sí implica elegir un
cambio, por cuanto el votante blanco de manera colectiva en Colombia cuenta
con una real posibilidad de repetir elecciones de acuerdo a los parámetros
constitucionales y legales.
En el sistema electoral de Colombia lo que se comprende por votos en blanco
a lo menos en cifras electorales se diferencia claramente del abstencionismo por
cuanto este último es el resultado de restar el potencial de ciudadanos aptos
para votar de acuerdo a los criterios legales a través de un registro del censo
electoral automático
8
, al número de votos obtenidos en la contienda electoral.
8
En la página web institucional de la Registraduría Nacional del Estado Civil señalan: “Para la
conformación del censo previo a una nueva elección, se toma como base el censo electoral
utilizado en los últimos comicios, se incorporan las cédulas inscritas durante el periodo de
inscripción programado y se adicionan las cédulas expedidas por primera vez hasta cuatro meses
antes de la respectiva elección. Asimismo, se excluyen las cédulas de los miembros activos de las
fuerzas militares, de los ciudadanos condenados a pena privativa de la libertad y pérdida de
Por ende, en Colombia los que sufragan, no se encuentran incluidos en esa
operación matemática, sin importar si su voto es o no válido. Más aún, la
abstención en Colombia de acuerdo a los resultados matemáticos la ubica con
los más altos porcentajes de la región, ya sea que se le mida sin diferenciar las
particularidades del sistema electoral de cada país, o en medio de situaciones
similares de medición con censo automático y voto facultativo, a lo que Nohlen,
señala que:
“Existe un solo país en América Latina, en el cual la participación electoral
es tradicionalmente baja: Colombia. Allí, la participación oscila entre 55 y 32
por ciento, […]” (2003:12).
Empero, es preciso comprender que la abstención y el voto en blanco
difieren, desde el acto en mismo, por cuanto la abstención es la no
participación electoral y el voto en blanco es la expresión de un ejercicio de
protesta frente al sistema (Milanese y col., 2016: 80), y la explicación de uno y
otro no siempre son coincidentes, además para algunos autores como García y
Cantor, los votantes blancos: “[…] expresan mayor insatisfacción con la forma
como funciona la democracia…” (2016:14). Sin embargo, dentro de los
abstencionistas se identifica a las personas que de manera consciente y
voluntaria se niegan a votar como un acto de desobediencia civil y descontento,
encontrándose a un paso de lo que comprende la conducta del votante blanco.
En efecto, una cosa es lo que se entienda por abstencionismos desde el
concepto restringido de los no votantes y, otra, es lo que teóricamente se ha
avanzado, concibiéndolo como: “[…] un fenómeno complejo en su composición
y en los factores que le dan origen, vida y fortaleza” (Thomson, 2002: 22), por
cuanto implica un sinnúmero de posibilidades de acuerdo a la voluntariedad,
oportunidad, decisión, intención, participación, entre otros aspectos;
decantando los diferentes saberes y percepciones del fenómeno de acuerdo al
contexto en el que se le estudie, cuyas motivaciones van desde el desencanto de
la población hacia los procesos electorales, hasta el descontento ante la
gobernabilidad y el establecimiento en sí mismo. De ahí qué, Lutz, refiera:
“Todo indica que la importancia numérica de los
“abstencionistas convencidos” y de los
“abstencionistas ocasionales” se debe
principalmente, aunque no exclusivamente, a una
opinión desencantada, y hasta negativa, de los
ciudadanos con respecto a los gobernantes, los
partidos políticos y el sistema político en su conjunto”
(2005: 820).
derechos políticos y los documentos cuyo estado de vigencia fue afectado por muerte del
ciudadano durante el lapso comprendido entre la última elección y la fecha de conformación.”
Disponible en línea. En: http://www.registraduria.gov.co/Historia-del-censo-electoral-en.html,
consultado el 03/02/2017.
No obstante, que la mayoría de autores a nuestra disposición dirigen su
estudio desde el ámbito del no voto, con todos los componentes y diferencias
que realizan, entre ellos del ausentismo, otros amplían el concepto e incluyen
dentro de los abstencionistas, a todos los que se acercan a sufragar pero no
votan por un candidato, ya sea porque votan en blanco (dejando la papeleta sin
marcar) o anulan su voto, denominándolos abstencionistas activos o
abstencionistas participativos que: “[…] dirigen su voluntad hacia el voto
viciado (no nulo) o blanco” (Tuesta, 2003:56), diferenciándolos, de cualquier
manera, de los ciudadanos que participan de la contienda electoral, se acercan
a sufragar y votan en blanco marcando la tarjeta electoral, como en el contexto
Colombiano.
En términos generales, esta categoría de abstencionismo, que incluye al
votante blanco, en lo que a expresión de protesta se refiere, ya sea de manera
particular entre los candidatos o grupos de candidatos en contienda o ante el
sistema íntegramente, de acuerdo a la coyuntura electoral, política y económica,
es lo que se acerca al sentido del voto en blanco como expresión de lo referido
por descontento social.
La realidad del voto en blanco en Colombia y el sentido que le da los votantes
en blanco, que para efectos preciso de este trabajo lo denominaremos en
adelante votante blanco
9
, representó una oportunidad para develar los diversos
sentidos de este fenómeno y avanzar en la reconstrucción hermenéutica y
fenomenológica de los significados ideológicos y políticos de la práctica del voto
en blanco y, con ello, fortalecer la compresión del sistema político-electoral y
democrático en Colombia, desde la perspectiva diferencial de las metodologías
cualitativas, que hoy por hoy, se presentan como una alternativa novedosa para
tratar temas recurrentes desde perspectivas no tradicionales, más allá de la
lógica positivista que reduce los fenómenos electorales a la cuantificación
estadística.
Bajo los parámetros del paradigma cualitativo de investigación política, en
el marco de una metodología hermenéutica-dialéctica de corte documental, con
la ayuda de la entrevista en profundidad (a modo de instrumento de recolección
de datos), así como del software ATLAS TI, el objetivo general de este trabajo
consistió en explicar el impacto de la cultura emergente del voto en blanco en el
sistema electoral de Colombia, en el marco de las representaciones sociales que
lo identifican. Este objetivo se desglosa a su vez en tres objetivos particulares
que son: 1) Examinar la práctica del voto en blanco como posible referente, que
da cuenta del descontento social en el sistema democrático colombiano;2)
Describir los componentes estructurales y coyunturales que determinan la
opción del voto en blanco y lo que significan en el sistema políticoelectoral de
Colombia, e; 3) Interpretar los significados de la participación electoral en su
9
Tomando como referencia el trabajo de Zulfikarpasic (2001). “El Voto en Blanco: ¿La
Abstención Cívica o Expresión Política?”
expresión de voto en blanco, en el sistema democrático de Colombia en el
periodo (2003-2015). Cada uno de los cuales es abordado en un capítulo
particular del libro con un resultado que bien sabrán valorar nuestros amables
lectores.
ÍNDICE
DEDICATORIA ........................................................................................... 5
AGRADECIMIENTOS ............................................................................... 6
PRÓLOGO ................................................................................................... 7
INTRODUCCIÓN....................................................................................... 9
CAPÍTULO I .............................................................................................. 21
REFERENTES TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS................................. 21
REFERENTES TEÓRICOS ............................................................................. 22
REFERENTES METODOLÓGICOS ..................................................................27
................................................................................................................... 29
CAPÍTULO II ............................................................................................ 29
LA PRÁCTICA DEL VOTO EN BLANCO COMO POSIBLE
REFERENTE, QUE DA CUENTA DEL DESCONTENTO SOCIAL EN
EL SISTEMA DEMOCRÁTICO COLOMBIANO .................................... 29
ASPECTOS PRELIMINARES .......................................................................... 30
DESCONTENTO DE LA SOCIEDAD COLOMBIANA FRENTE AL SISTEMA
POLÍTICO ..................................................................................................... 31
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL VOTO EN BLANCO EN EL SISTEMA ELECTORAL
COLOMBIANO ............................................................................................. 34
CONTEXTOS EN LOS QUE EL VOTO EN BLANCO HA GANADO EN COLOMBIA 36
VOTO EN BLANCO EN EL MUNICIPIO DE SUSA CUNDINAMARCA 2003 .... 36
VOTO EN BLANCO EN EL MUNICIPIO DE LA CABRERA CUNDINAMARCA,
2003 ........................................................................................................... 37
VOTO EN BLANCO EN EL MUNICIPIO DE MANÍ CASANARE, 2007 ........... 38
VOTO EN BLANCO EN LA ELECCIÓN DE LOS REPRESENTANTES AL
PARLAMENTO ANDINO, 2010 Y 2014 ......................................................... 38
VOTO EN BLANCO EN EL MUNICIPIO DE BELLO ANTIOQUIA, 2011 .......... 40
VOTO EN BLANCO EN EL MUNICIPIO DE FLORIDA VALLE DEL CAUCA, 2015
.................................................................................................................... 41
VOTO EN BLANCO EN EL MUNICIPIO DE TINJACÁ BOYACÁ, 2015 ............. 41
EL VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA COMO UN SIGNO DE AGOTAMIENTO DE
LOS ACTORES Y FACTORES POLÍTICOS ......................................................... 42
CONSIDERACIONES GENERALES ................................................................. 43
CAPÍTULO III .......................................................................................... 45
COMPONENTES ESTRUCTURALES Y COYUNTURALES QUE
DETERMINAN LA OPCIÓN DEL VOTO EN BLANCO Y LO QUE
SIGNIFICAN EN EL SISTEMA POLÍTICOELECTORAL DE
COLOMBIA .............................................................................................. 45
ASPECTOS PRELIMINARES .......................................................................... 46
EFECTOS POLÍTICOS DEL VOTO EN BLANCO EN EL SISTEMA ELECTORAL DE
COLOMBIA.................................................................................................. 46
ALGUNAS VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL VOTO EN BLANCO COMO PRÁCTICA
POLÍTICA .................................................................................................... 49
VOTO EN BLANCO COMO ESTRATEGIA POLÍTICA RELEVANTE EN LA DINÁMICA
ELECTORAL ................................................................................................. 51
ACTORES Y MOTIVACIONES DETRÁS DEL VOTO EN BLANCO ........................ 52
PROMOCIÓN, DIVULGACIÓN Y CAMPAÑAS ELECTORALES EN TORNO AL VOTO
EN BLANCO ..................................................................................................53
PARTIDOS Y MOVIMIENTOS POLÍTICOS QUE AUSPICIAN EL VOTO EN BLANCO
.................................................................................................................... 55
MOVIMIENTOS SOCIALES ............................................................................ 57
ESCENARIOS DE OPINIÓN ........................................................................... 59
IMAGINARIO SOCIAL EN TORNO AL VOTO EN BLANCO ................................. 60
CONSIDERACIONES GENERALES ................................................................. 62
CAPÍTULO IV ........................................................................................... 63
SIGNIFICADOS DE LA PARTICIPACIÓN ELECTORAL EN SU
EXPRESIÓN DE VOTO EN BLANCO EN EL SISTEMA
DEMOCRÁTICO DE COLOMBIA, EN EL PERIODO 2003-2015........ 63
ASPECTOS PRELIMINARES .......................................................................... 64
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS ...........................................67
DESCRIPCIÓN EXPLICATIVA GENERAL ........................................................ 70
SIGNIFICADOS DE LA PARTICIPACIÓN EN SU EXPRESIÓN VOTO EN BLANCO,
DESDE EL SUJETO (E.1), CATEGORÍA - VOTANTES BLANCOS (1) ................. 70
VOTANTE BLANCO (1), SUBCATEGORÍA - SENTIMIENTOS (1.1) ................... 70
VOTANTE BLANCO (1), SUBCATEGORÍA - INTERÉS (1.2) .............................. 71
VOTANTE BLANCO (1), SUBCATEGORÍA - AUTO IDENTIFICACIÓN (1.3) ........72
SIGNIFICADOS DE LA PARTICIPACIÓN EN SU EXPRESIÓN VOTO EN BLANCO,
DESDE EL SUJETO, CATEGORÍA - EDUCACIÓN POLÍTICA (2) ........................ 73
EDUCACIÓN POTICA (2), SUBCATEGORÍA - CONOCIMIENTO (2.1) Y FUENTE
(2.3) ............................................................................................................74
EDUCACIÓN POLÍTICA (2), SUBCATEGORÍA - DESAFÍOS (2.2)...................... 75
SIGNIFICADOS DE LA PARTICIPACIÓN EN SU EXPRESIÓN VOTO EN BLANCO,
DESDE EL SUJETO, CATEGORÍA - CRITERIOS (3) .......................................... 77
ESQUEMA NO 3. CRITERIOS DEL VOTO EN BLANCO...................... 77
CRITERIOS (3), SUBCATEGORÍA - ESCENARIO ELECTORAL (3.1) ................. 78
CRITERIOS (3), SUBCATEGORÍA - VOTO NULO (3.5) Y ABSTENCIÓN (3.6) ...79
CRITERIOS (3), SUBCATEGORÍAS: SISTEMA POLÍTICO (3.1), POLÍTICOS (3.2),
PARTIDOS POLÍTICOS (3.3) Y POLÍTICA (3.4) ............................................. 80
SIGNIFICADOS DE LA PARTICIPACIÓN EN SU EXPRESIÓN VOTO EN BLANCO,
CATEGORÍA PARTICIPACIÓN ELECTORAL (4), SUBCATEGORÍA -
REPRESENTACIÓN (4.1) Y SIGNIFICACIÓN (4.2)......................................... 83
SIGNIFICADOS DE LA PARTICIPACIÓN EN SU EXPRESIÓN VOTO EN BLANCO,
DESDE EL OBJETO, CATEGORÍA VOTO EN BLANCO (5) ................................ 84
ESQUEMA NO 5. OBJETO VOTO EN BLANCO. .................................. 84
VOTO EN BLANCO (5), SUBCATEGORÍA - REPRESENTACIÓN (5.1) Y
SIGNIFICACIÓN (5.2) .................................................................................. 85
VOTO EN BLANCO (5), SUBCATEGORÍA - POSTURA (5.3)............................. 89
VOTO EN BLANCO (5), SUBCATEGORÍA - MENSAJE (5.4) ............................ 90
CONSIDERACIONES FINALES ....................................................................... 91
CONCLUSIONES ..................................................................................... 93
ÍNDICE DE REFERENCIA ..................................................................... 96
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y MONOGRÁFICAS: .................................. 96
REFERENCIAS HEMEROGRÁFICAS Y ELECTRÓNICAS: ................................. 98
CUERPOS NORMATIVOS: ........................................................................... 114
FUENTES DOCUMENTALES: ...................................................................... 116
CAPÍTULO I
REFERENTES TEÓRICOS Y
METODOLÓGICOS
22 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Referentes teóricos
En general dentro del sistema democrático, la participación política y en
especial la electoral, desempeña un papel trascendental en la legitimidad
gubernamental. En Colombia la Carta Magna en su artículo 258 le reconoce a
los ciudadanos, el voto como derecho y deber, no siendo “simplemente una
actividad ritual, para mostrar el patriotismo o el civismo, que se realiza cada
cierto tiempo” (Salamanca, 2012: 22), sino que compone la decisión personal
con incidencia colectiva de participar activamente de una contienda electoral,
con efectos políticos y sociales, ya sea con la elección de un candidato, de listas
o por el voto en blanco como expresión de libertad política, entre otros
elementos.
En la legislación colombiana los votos son válidos o nulos. Los válidos
comprenden todos los que cuentan con los requisitos mínimos de acuerdo a los
trazos realizados en la tarjeta electoral, para entender expresamente que votan
por un candidato o listas de ellos , o votan marcando la casilla “blanco”,
distinguiéndose claramente de los no marcados que son considerados nulos.
Siendo el voto en blanco en Colombia normativamente tan particular, a
efectos de comparar algunas experiencias, traemos los casos de tres países con
connotaciones diferentes, México, en donde no tiene ninguna trascendencia
electoral y es contado dentro de los nulos, Argentina en donde se refiere a sobres
vacíos o papeles en blanco, tienen la connotación de válido, pero no se computa
en las generales por cuanto se distinguen de los denominados votos afirmativos
que son los que evidencian la opción del elector por una candidatura, sin
embargo se computan para las elecciones primarias para efectos de obtener
el porcentaje necesario y pasar a las elecciones generales, y España en donde
consiste en depositar un sobre vacío, el voto en blanco es válido y cuenta, pero
sólo para efectos de cómputo.
En México, el voto en blanco pese a no tenerse en cuenta en las elecciones,
por comprender un voto nulo, ha significado diferentes formas de expresión de
acuerdo a los momentos en los cuales se ha presentado mayormente visible, así
autores como Lutz, refiriéndose a los votantes blancos menciona que:
“[…] no cuestionan ni la importancia ni la
legitimidad del proceso electoral, ya que participan
en él, pero rechazan en bloque la actuación y las
propuestas del conjunto de los partidos poticos
registrados; el introducir en la urna la boleta intacta
es ciertamente una manifestación de esta secreta
resistencia. Este tipo de voto nulo es un voto de
castigo por antonomasia, ya que manifiesta un
rechazo radical y total del sistema de partidos tal
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 23
como se presenta en el momento de las elecciones”
(2005: 813-814).
Para Garita, por su parte agrega que: “El voto en blanco es una abstención
activa voluntaria y, por lo demás, legítima", (2012: 14) que en misma es la
aceptación del sistema democrático, proponiéndolo como una posición política
para demostrar el inconformismo que se tiene hacia los candidatos que se
presenten a elección; igualmente, Vázquez menciona que: “El voto nulo
intencional y su especie, el voto en blanco, tienen su razón de existir en el
respeto al derecho al sufragio y en la libertad de expresión de los electores”
(2012: 9), básicamente relaciona este fenómeno con el rechazo hacia los
políticos y hacia los partidos políticos. Por su parte, Mendoza expone: “Desde
hace muchos años se considera por parte de muchos electores que es muy difícil
votar, no por la falta de opciones, sino por considerarse que ninguno de los
contendientes es aceptable para votar por él” (2006: 106).
Valdez y Huerta, hacen una clasificación de votos de acuerdo a las diferentes
características que se pueden generar entorno a la decisión a tomar, entre ellos
incluye el voto de ira, como aquel que:
“Se genera motivado por el hartazgo, el
descontento, la inconformidad, el malestar y la
irritación social en contra de algunos de los partidos
contendientes o sus candidatos y/o sus Plataformas
político-ideológicas. Es el voto de protesta, también
llamado voto negativo” (2011: 9).
Para referirse a una situación particular de promoción de voto en blanco en
México, se destaca las elecciones de diputados federales de 2009, en la que se
desarrolló lo que denominaron algunos, movilización o movimiento “anulista,”
por parte de diferentes grupos, que consistía en promover la participación
electoral a través de la asistencia a las urnas, pero en acto de protesta el
sufragante debía anular su voto dejándolo en blanco o realizando trazos
incorrectos. De manera particular, se destaca que: “Un elemento importante del
movimiento anulista fue que estuvo conformado mayoritariamente por jóvenes
citadinos de capas medias y altas, con alto nivel de escolaridad […]” (Alonso,
2010: 34), que “surgió de un hartazgo, de un malestar, de un desencanto, por
ahora del gobierno, los partidos y el modo de gobernar de los mismos; de la
economía, de la inseguridad y de la degradación social que es paulatina,”
(Gamboa, 2010: 12), producto de, entre otras causas:
“Una acción colectiva impulsada por la percepción
de una falta de representación política, por un
alejamiento creciente de los partidos con respecto a
los ciudadanos, por la corrupción presente en los
institutos políticos, por la ausencia de rendición de
24 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
cuentas de sus dirigentes y por su alto financiamiento
público” (Cisneros, 2012: 164).
Dicha movilización de la colectividad, marcó en términos de interés e
importancia el descontento del electorado, expresado por Alonso, así:
“Antes el voto nulo era la expresión individual del
descontento, y en 2009 se conformó un “nosotros”
que le dio sentido y contundencia a esa forma de
ejercer el voto. Al encontrar varios ciudadanos una
expresión de repudio motivada y reflexionada, se
propició que disminuyera el abstencionismo” (2010:
34).
Se destaca, el sentido que emerge del ejercicio de votar en blanco en
realidades que no contemplan esta posibilidad. Lo que significa que socialmente
este surge como un acto natural que comprende un llamado de atención a la
dirigencia política, producto del descontento; convirtiéndose en lo que expresa
Cisneros: “[…] actualmente el voto nulo se convierte en un indicador importante
siempre y cuando se determine su ocurrencia intencional del descontento y
el desprestigio percibido por los ciudadanos de las instituciones políticas y la
democracia” (2013:41).
Otro referente del voto en blanco en Latinoamérica, es Argentina, en donde
ha sido utilizado como instrumento de apuestas políticas y como resultado de
inconformidades sociales en medio de crisis económicas y políticas recurrentes.
Un momento, lo comprende la época posterior al golpe militar para las
elecciones de 1957 en donde Juan Perón en el exilio, llamó a los ciudadanos a
votar en blanco, resultando ganador este y aun cuando algunos autores
consideran que no representaba protesta por cuanto fue a favor de una figura
política, Herrero, consideran que fue producto del: “Rechazo y repudio a un
«sistema político que proscribía candidatos y se enmarcaba en la lucha por
rehacer una identidad política que buscaba retomar el poder»” (2011: 48).
Otro momento diferente, corresponde al de las elecciones legislativas del año
2001, en medio de la recesión económica, en el cual además del
abstencionismos, se dio un aumento importante de votos blancos y anulados, a
los que la prensa denominó “voto bronca” y que luego fue replicado en diversos
sectores, con disímiles apreciaciones, siendo la más común, la protesta, como
parte del rechazo al sistema potico, y que de manera amplia: “Constituía más
bien una condena generalizada a una dirigencia política que era
responsabilizada en su conjunto por la crisis condena más dramática con
respecto a la dirigencia aliancista, desde luego, pero extendida asimismo hacia
otros partidos” (Bonnet, 2007: 149).
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 25
En cuanto al sentido e interpretación institucional, la Cámara Nacional
Electoral de Argentina, en fallo Nº 1068 de 1991, expresó:
“En efecto, el elector que vota en blanco está
exteriorizando de esa forma su opinión sobre que no
le satisfacen las propuestas de ninguna de las listas
presentadas. No se ha desinteresado del comicio
como puede interpretarse la actitud del que se
abstiene de votar y no concurre al lugar habilitado
para emitir su voto. Se ha interesado por la elección y
con su voto negativo hacia todas las listas
presentadas, pretende presuntamente llamar la
atención de su partido en el caso de una elección
interna sobre su disconformidad y rechazo hacia
dichas listas, persiguiendo con ello que en una
próxima elección las propuestas se perfeccionan y
consecuentemente sean capaces de atraer su voluntad
positiva. Su voluntad expresada en forma negativa
debe ser tenida en cuenta entonces en el momento del
escrutinio y es por ello que al ser computados los
votos en blanco como válidos disminuyen el
porcentual que se computará para la minoría,
beneficiándose en consecuencia la mayoría.
Por lo demás, con ello se reconoce la importancia que conlleva la expresión
del votante blanco al manifestar su opinión, sea o no la esperada por los partidos
políticos, candidatos, listas o por el sistema en general, pero que en misma
constituye un verdadero acto de participación electoral y democrática. Con lo
cual, Vitullo, expresa: “Por los guarismos sobre voto en blanco y voto nulo
reflejarían no sólo la actitud de individuos alienados sino también la de ciertos
ciudadanos bastante politizados que conscientemente manifiestan su rechazo a
las propuestas político partidarias que se presentan” (2002: 242).
En España, por su parte, el voto en blanco es válido y se utiliza para
contabilizar el total de los votos y determinar de acuerdo a los porcentajes
establecidos, qué candidaturas obtuvieron el umbral nimo para repartir los
escaños a través del sistema de cálculo DHondt.
Sin embargo, por el hecho de no cumplir con ninguna otra función electoral
de acuerdo a la legislación y ante las inconformidades con las actuaciones
políticas en los distintos gobiernos, se han creado diferentes grupos a favor del
voto en blanco, entre ellos el partido Escaños en Blanco creado en el 2010 y el
Movimiento Ciudadano por el Voto en Blanco Computable, conocido como tal,
desde el año 2011, que persiguen modificar la ley electoral, para que el voto en
blanco en España además de ser válido, sea computable, esto es, que de acuerdo
a los votos obtenidos se le asigne las curules respectivas que representarían el
querer de los votantes, dejando los cargos obtenidos en blanco o vacíos.
26 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Respecto de lo que puede significar el voto en blanco en este contexto, Peña
señala que: “Teniendo en cuenta la estabilidad de la abstención y el voto en
blanco en España, más que desafección por la política lo que se insinúa es un
abandono de la confianza en la política representativa […]” (2013: 18), lo que a
su vez para García representa: “[…] vías de expresión de desconformidad con el
sistema […]” (2013: 655), aunque para Reniu: “[…] la interpretación que pueda
darse al voto en blanco difiere en función de los diferentes sistemas electorales”
(2014:171).
De cualquier manera, el voto en blanco en los diferentes contextos
electorales y legislativos, tiene el común denominador, de ser el producto
consciente de un acto fundamentado, no casual y voluntario, generado por
inconformidad, desacuerdo, descontento o rechazo, hacia los candidatos, los
partidos, la clase política, el modelo estatal, la situación económica, social, de
inseguridad o complejamente de todo el sistema político.
En lo que se refiere a Colombia, como se ha indicado, cobija una legislación
particular y única en torno al voto en blanco, que es un voto plenamente válido
con capacidad de cambiar contextos electorales, por ello en análisis de
constitucionalidad de la reforma política, la Corte Constitucional Colombiana
en la Sentencia (C-490 de 2011), reconoce: uno, la libertad del elector y dos, la
incidencia potica, que viene a representar un avance extraordinario en la
evolución del voto en blanco en Colombia, convirtiéndose en mucho más que
una mera opción instrumental en el sistema electoral, por cuanto en mismo
desarrolla el significado de la voluntad de los sufragantes que lo optan,
representando una garantía democrática, libre y espontánea de los ciudadanos,
en el marco de la filosofía y política del Estado Social de Derecho colombiano.
Sin embargo, más allá de lo que signifique jurídicamente; el voto en blanco
es un mecanismo que ha tomado relevancia política, visibilizado tanto por sus
actores como por sus detractores a través de investigaciones, debates públicos
y privados, por medio de campañas que lo promulgan, y sobremanera por los
ciudadanos que lo ejercen.
Empero, pese a que los votantes blancos no tienen una única motivación ni
entre ellos se da un sentir uniforme que comprometa su raciocinio a una
fórmula matemática, por cuanto en su decisión convergen factores coyunturales
de acuerdo a las condiciones particulares en que se desarrolla cada elección que
abarca desde la situación política, económica, social, cultural, hasta la
promoción y divulgación, es posible determinar que el voto en blanco
socialmente tienen el componente común de instrumento que visibiliza el
descontento; hasta las subjetividades individuales, como colectivas, que se
traducen a fin de cuentas en un “llamado a la transformación sistémica.”
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 27
Referentes Metodológicos
El trabajo surge de una investigación cualitativa y se utilizó, concretamente,
el método fenomenológico-hermenéutico, resultado de la conjugación en
igualdad de condiciones de las lógicas descriptivas e interpretativas de las
posturas fenomenológica y hermenéutica, consecuentemente.
La fenomenología aparta los supuestos, presunciones o teorías, para no
tener puntos de referencia a fin de dar significados o descripciones lo más puras
posibles, y explicar la intencionalidad de los objetos y sujetos de estudio
situados en sus mundos de vida. La postura fenomenológica interesada en
describir la realidad y sus fenómenos constitutivos desarrollados
intersubjetivamente, se articula muy bien con la hermenéutica, en la cual, esas
realidades y fenómenos adquieren sentido y significado, desde la perspectiva
autónoma de sus actores sociales y sujetos políticos protagonistas de la escena.
La hermenéutica es la interpretación en misma a partir del análisis y
estudio pormenorizado de las situaciones, realidades, casos, entre otros
fenómenos, hasta entender lo estudiado y darle un significado coherente con las
representaciones sociales del contexto diferencial donde emergen. La
hermenéutica no sólo comprende el método como tal, sino que es eje transversal
de otros métodos por ser parte integrante del investigador en su búsqueda por
descubrir el sentido y alcance del objeto-sujeto investigado, pero que, llevado al
estudio particular, es la interpretación profunda y continua de la información a
fin de comprender el espíritu y significado de las realidades y sus femémonos
constitutivos, que dan cuenta en este caso, del hecho político en su expresión
electora denominado (voto blanco).
Para este tipo de desarrollos, en la que el material de investigación es, en
buena medida, el pensamiento, esquemas, deseos, frustraciones, significados,
convicciones, conocimientos, aportados voluntariamente por los sujetos
(informantes), este método hibrido fue totalmente imprescindible, ya que, entre
otras cosas, tuvo la posibilidad de acceder a los paquetes cognitivos de los que
nos habla la piscología cognitiva-conductual, es decir: los sentimientos, deseos,
frustraciones, miedos, expectativas, discursos y prácticas mediante las cuales se
erige intersubjetivamente las realidades sociales y políticas.
El instrumento utilizado a fin de recolectar los datos asumidos como
unidades de significado, necesarios para la investigación en su momento, fue el
Cuestionario de Preguntas Abiertas, respecto de las categorías de análisis
desarrolladas (Voto en Blanco y Descontento Social); la entrevista a
profundidad, flexible y de tipo abierta a fin de obtener información detallada de
los individuos, creencias, percepciones, esquema, entendimientos,
convicciones, significados entre otros; de la mano con el análisis paralelo de
cada dato recolectado.
28 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Además, teniendo en cuenta el objeto y sujetos de estudio y a fin de obtener
la mayor, más variada y completa información, así como la necesidad de
organizar y analizar en conjunto toda la producción obtenida, se hizo uso de la
investigación documental (observación documental) como técnica auxiliar en la
cual se recopiló todo el material impreso disponible que da cuenta de las
caracterizaciones, contextos, opiniones, investigaciones, discusiones,
entrevistas, decisiones judiciales, administrativas y demás, a través de
periódicos, revistas, afiches, pendones, carteles, fotos, sentencias, actos
administrativos, material didáctico, comunicados de opinión y oficiales, entre
otros textos.
Es preciso mencionar también que tanto el instrumento como la técnica se
trabajaron de manera flexible, por cuanto dependieron de las circunstancias
particulares en que se recolectó la información, en especial con cada uno de los
informantes. Por lo demás queda claro que:
La metodología cualitativa entiende el método y
todo el arsenal de medios instrumentales como algo
flexible, que se utiliza mientras resulta efectivo, pero
que se cambia de acuerdo con el dictamen,
imprevisto, de la marcha de la investigación y de las
circunstancias” (Martínez, 2004: 88).
En cuanto a la muestra recolectada, esta fue diversa e intencional, acogiendo
los parámetros que Martínez describe, respecto de la investigación cualitativa:
“Se impone la muestra intencional, donde se
prioriza la profundidad acerca de la extensión, y la
muestra se reduce en su amplitud numérica. Sin
embargo, conviene escogerla de forma que estén
representadas de la mejor manera posible las
variables de sexo, edad, nivel socioeconómico,
profesión, etc., según el caso, ya que su información
puede ser diferente y hasta contrastante” (2004: 83).
Por las razones expuestas, se utilizó un grupo revelador de informantes,
entre: hombres y mujeres mayores de 18 años de edad
10
, de los estratos 1 al 6,
que votaron sistemáticamente en blanco en cualquier tipo de elecciones a cargos
Para el caso de las corporaciones púbicas, en donde los partidos y movimientos
políticos pueden optar por la inscripción de una la lista cerrada o con voto
preferente por algún candidato públicos.
10
En Colombia se es ciudadano y por tanto apto para participar políticamente a través de
elecciones a cargos públicos, los mayores de 18 años de edad, ley 27 de 1977.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 29
CAPÍTULO II
LA PRÁCTICA DEL VOTO EN BLANCO
COMO POSIBLE REFERENTE, QUE DA
CUENTA DEL DESCONTENTO SOCIAL
EN EL SISTEMA DEMOCRÁTICO
COLOMBIANO
30 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Aspectos preliminares
El ser humano, que se encuentra en constante evolución, es el artífice de las
dinámicas sociales y éstas a su vez, son las que dan paso y generan las
transformaciones culturales que comprenden la eventual regulación normativa:
“El tiempo es sucesión de cambios, de ahí que en forma permanente
experimentamos transformaciones leves o intensas en nuestra realidad
individual y social” (Parra, Ortega y Larez, 2005: 19).
Por ello, a partir de diferentes enfoques se examina la práctica del voto en
blanco como posible referente, que da cuenta del descontento social en el
sistema democrático colombiano, desarrollando el presente capítulo a partir de
las dinámicas sociales del pueblo colombiano como expresión de descontento;
continuando con el componente normativo en torno al voto en blanco como
resultado de evolución social y política; describiendo seguidamente, mediante
el enfoque situacional de acuerdo a los contextos en los que se desarrolló
masivamente la escogencia del voto blanco, y finalizando con el factor político
conforme a sus significados.
Como parte de una cultura política amplia, se develan las diferentes
manifestaciones del conglomerado que dan cuenta del descontento social frente
al sistema político, las cuales han surgido en Colombia con proyecciones
imprevisibles, y en cuyo contexto se estudia dentro del marco electoral, el voto
en blanco, reconociendo que pese a ser una práctica “incipiente” en contraste
con las otras formas o modalidades de expresión de descontento social, cuenta
con gran potencial dinamizador que representa las expresiones conscientes de
disenso.
En cuanto a lo que representa actualmente la manifestación del voto en
blanco, su estudio comprende la evolución normativa que data del año 1979, en
la que se evidencian las dinámicas electorales de la sociedad, que transformaron
el sentido político y dotaron de eficacia la suma de voluntades con efectos
políticos únicos en Colombia desde el 2003.
Con referencia a los escenarios sociales en donde se visibiliza
exponencialmente los votos blancos, se estructura cronológicamente a partir del
año 2003, época en la que surgió la primera manifestación masiva de votantes
blancos en Colombia y que corresponde con los efectos políticos que integra el
artículo 258 de la Constitución Nacional de Colombia, cuya expresión social se
ha dado mayoritariamente en los territorios municipales con elección a cargos
públicos uninominales, como es el caso de los alcaldes y en donde los contextos
particulares evidencian las dinámicas políticas, sociales y culturales dadas en
cada una de las contiendas electorales, determinadas en todo momento por los
elementos coyunturales y el descontento de la población frente a la forma como
los ciudadanos perciben los actos de los gobernantes, las dinámicas y estrategias
electorales, así como la corrupción y las prácticas y rituales de los partidos y
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 31
movimientos políticos; cuyo resultado conlleva no sólo a reconocer al voto en
blanco como alternativa política electoral, sino, como posible referente del
desgaste de los actores y factores políticos tradicionales.
En perspectiva general, este capítulo involucra las ideas, reflexiones,
opiniones, argumentos y percepciones de diferentes actores, como parte del
pensamiento social que estructuran la cultura política del voto en blanco como
fenómeno incipiente producto de las prácticas sociales relativamente estables y
coyunturales, que integran y construyen las representaciones sociales
11
y los
imaginarios sociales
12
, vinculados a la cultura política colombiana.
Descontento de la sociedad colombiana frente al
sistema político
Por descontento social frente al sistema político en Colombia, hacemos
alusión a la relación del conglomerado con el sistema, que se traduce no sólo en
percepción negativa, sino en las diversas manifestaciones de protesta y
disconformidad de algunos sectores de la ciudadanía frente al actuar de las
instituciones estatales y sus políticas y representantes en general, así como de
los partidos, movimientos y actores políticos en particular, a consecuencia de
las complejas realidades sociales, económicas y políticas específicamente.
Este descontento tiene diversos orígenes, entre ellos, el mencionado por
Giraldo: “[…] la crisis del actual sistema político colombiano tiene como una de
sus causas la fragilidad institucional y democrática de los partidos y lo difuso
del sistema de partidos” (2010:162), inmersa en la crisis de los partidos andinos,
tal como lo señala también Roncagliolo:
“En general, existe una creciente desafección
popular frente a los sistemas democráticos de
gobierno, los cuales no han sabido dar una respuesta
efectiva a los problemas que la población considera
más agudos, como son la pobreza, la desigualdad y la
seguridad […]” (2007:13).
Así como, además: “La insatisfacción de las necesidades de la población y el
incumplimiento de las expectativas de los electores, […]” (Ochoa, 2015: 211),
11
Comprende: “una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de
los comportamientos y la comunicación entre los individuos (Moscovici, 1979:17) que trata el
pensamiento social, cuyo conocimiento es constituido a través de experiencias, información,
conocimientos y modelos de pensamiento que se reciben y transmiten a través de la tradición,
educación y la comunicación social (Jodelet, 1986).
12
Compone: [...] aquellas representaciones colectivas que rigen los sistemas de
identificación y de integración social y que hacen visible la invisibilidad social” (Pintos,1995:8)
32 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
que se traducen en inconformismo, agotamiento de la pasividad y causa
productora de diferentes manifestaciones de protesta social.
Una de las más evidentes, duraderas y de impacto, tanto a nivel nacional
como internacional es la referida a la violencia institucional, que González
señala como: “[…] la criminalización de la protesta […]” (2003: 143), y que ha
hecho referencia entre muchas otras causas, al sectarismo participativo, y a la
oposición al modelo político, agudizada por la debilidad de las instituciones
estatales y combinada con la: “[…] baja capacidad de resolución de conflictos,
ausencia de oportunidades productivas, alta concentración de la capacidad de
influencia, altos niveles de pobreza y baja capacidad de prevención de
comportamientos predatorios […]” (Galindo y col., 2009: 325), reflejan la crisis
política y social del sistema.
Otra de las manifestaciones que da cuenta del descontento endémico tiene
lugar a través de las movilizaciones, las cuales se han desarrollado en Colombia
desde hace varias décadas, entre ellas la de 1977 en la cual:
“El gobierno del presidente López Michelsen se
vio en la obligación de acudir al Estado de Sitio para
manejar y controlar los brotes de descontento social
y político, que resultaron en la proliferación del paro
cívico y la marcha campesina como formas de
protesta alternativa y como nuevos actores en el
proceso de confrontación social” (Murillo y
Valdivieso, 2002: 8).
Situación que continúo en los años ochenta: “[…] aunque de forma irregular,
como expresiones de descontento y reclamo de las organizaciones sociales y de
la población civil en general frente a la violencia y el conflicto armado” (Alzate,
2010: 38), que persiste en la actualidad con algunas variantes.
Gran parte de dichas manifestaciones fueron producto del rechazo a las
políticas neoliberales que propiciaban la privatización de las empresas estatales
afectando a sectores como: el agrario, minero, educativo, de salud, de
transportadores y, en general, al componente social menos favorecido, así como
la apertura económica, en condiciones de desventajas para los nacionales y en
beneficio de los mercados internacionales.
Las movilizaciones se proliferaron desde diferentes sectores tanto del orden
local, regional, como nacional, y entre ellos se destaca los referidos por Cruz
(2014), en el periodo (2011 al 2014), de los que hicieron parte, el sector de los
transportadores por la regulación de los precios de las cargas; trabajadores
petroleros contra las multinacionales por las condiciones laborales; los
movimientos estudiantiles por cuenta de las políticas de privatización de la
educación; población en contra de megaproyectos hidroeléctricos y mineros por
su impacto negativo al medio ambiente; comunidades indígena por la
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 33
desmilitarización de sus territorios de la fuerza pública y de actores armados
ilegales; organizaciones sociales por la desigualdad, opresión, injusticia social,
pobreza, discriminación, salud, educación, servicios públicos y extranjerización
de la propiedad agraria; servidores públicos de la rama judicial por la nivelación
de los salarios de manera equitativa con relación a los altos cargos de la
magistratura; el gremio cafetero por la crisis cafetera a consecuencia, entre
otras, de las políticas de precios del mercado cafetero, altos impuestos a los
caficultores, falta de políticas para fomento de la producción y rechazo al TLC
con EEUU; campesinos como los productores de papa debido a las políticas de
apertura económica y altos costos de producción; y, en general, el sector agrario,
mineros artesanales por las preferencias del gobierno a las multinacional y
desplazamiento del negocio sin beneficios a las comunidades locales; entre
otros sectores nacionales que apoyaron las diferentes movilizaciones (Cruz,
2014).
Asimismo, como opción dentro del marco legal, el descontento frente al
sistema político colombiano se ha visto reflejado en las urnas de votación, por
cuenta de la incapacidad de los gobernantes de satisfacer las necesidades de
equilibrio social, económico y potico, o como producto del malestar potico,
definido por Caicedo: “[…] como un grupo de actitudes que exteriorizan una
desafección general con respecto al sistema político como un todo o con algunos
de sus componentes” (2015: 51), y aún por el incumplimiento de los programas
tanto del gobierno como políticos, en detrimento del bienestar social. Este
descontento explica per se en buena medida el fenómeno de la abstención con
índices elevados en Colombia
13
, como del voto en blanco, producto de una
cultura emergente que presenta su voz de inconformismo, valiéndose de una
herramienta reglamentada para ello en Colombia y evidenciándose como: “[…]
una modalidad significativa, en la medida en que combina una expresión de
civismo con un rechazo a la oferta política” (Basset, 2011: 21).
Las múltiples manifestaciones de protesta de la sociedad colombiana a lo
largo de la historia y sus diversas expresiones de descontento frente al sistema
político, revelan las vías, tanto legales como de hecho, de los miembros de la
sociedad, ya de manera individual como colectiva, tendientes a producir
cambios en la vida económica, social y política del país en escenarios diferentes;
en donde el componente electoral representa una oportunidad invaluable de
transformación con sentido crítico y propositivo nada despreciable en la vida
política de un país, que se encuentra en busca de la reconciliación, pero que
tiene un largo camino por recorrer para el logro de tal fin.
Dentro de esta dinámica, el voto en blanco ha cobrado relevancia por
comprender una expresión con posibilidad de generar cambios de contenido
electoral al dar la posibilidad de repetir elecciones o, por lo menos, de visibilizar
13
En documento de la Registraduría Nacional del Estado Civil, el Centro de estudios en
Democracia y Asuntos Electorales y la Universidad Sergio Arboleda, denominado Abstencionismo
electoral en Colombia: una aproximación a sus causas, indican que en Colombia la abstención
oscila entre el 50 y el 60 % (2013).
34 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
el descontento de la sociedad frente a las condiciones estructurales y
coyunturales que considera adversas y, sobre todo, en las transformaciones de
la cultura política, al propiciar debates críticos en los diversos escenarios de la
vida nacional, que representan tanto a los que están a favor como los que
disienten de esta expresión novedosa de sufragio alternativo.
Evolución histórica del voto en blanco en el sistema
electoral colombiano
El voto en blanco en Colombia ha sufrido una serie de transformaciones y
por ello su evolución ha sido gradual y lenta. Su denominación fue incluida en
el Código Electoral (Ley 28 de 1979), sin ninguna incidencia política concreta;
debido a que comprendía los votos cuyos nombres y apellidos del candidato o
persona que encabezara la lista de elegibles, no fueran legibles y claros; siendo
preciso indicar que para ese momento, los votos se realizaban a través de
papeletas elaboradas y distribuidas por los partidos o grupos políticos y debían
contener para la elección del Presidente de la República el nombre del
candidato y, para Corporaciones Públicas, el nombre de los partidos políticos y
de la circunscripción, incluyendo los nombres de candidatos principales y
suplentes. Para su contabilización, los jurados debían anotar en el acta el
número de votos a favor de un candidato o lista; sin embargo, cuando la
impresión o la letra manuscrita, hacía ilegible el nombre y apellido de los
candidatos o no era posible individualizarlo, se computaba como voto en
blanco, de ahí que su precaria figura no tuviera ningún significado decisional
respecto del electorado, por contabilizarse como voto inválido.
El sistema de papeletas se mantuvo hasta el o de 1988, siendo
reemplazado por el de tarjetas electorales suministradas por la organización
electoral de acuerdo a lo normado por la Ley 62 de 1988, inicialmente para las
elecciones al cargo de Presidente de la República y, posteriormente, con la
Constitución Política de 1991, para todas las elecciones.
Para el año 1985 con la Ley 96 del 21 de noviembre, que entre otros,
modificaba el artículo 107 del Código Electoral, Ley 28 de 1979, transforma
sustancialmente la connotación del voto en blanco y pasa de ser un voto ilegible
contado como nulo, a un voto que no contenía ningún nombre o tenía un texto
de emisión en blanco, que sumaba como voto válido para efectos de tenerse en
cuenta en el sistema del cociente
14
electoral que tenía como principio
orientador la proporcionalidad en lo que se refería a la representación de los
partidos
15
; igual redacción fue incluía en el Código Electoral de 1986 Decreto
14
Si bien utilizamos la palabra cociente, es preciso aclarar que en diferentes disposiciones
normativas el texto fue redactado como cuociente.
15
DIARIO OFICIAL. AÑO CXVI. N. 35283. 7, JUNIO, 1979. PÁG. 793 LEY 28 DE 1979 (mayo
16) Artículo 107. Por la cual se adopta el Código Electoral Artículo 7º. “[…] El cuociente será el
número que resulte de dividir el total de votos válidos por el de puestos por proveer. Si se tratare
de la elección de sólo dos individuos, el cuociente será la cifra que resulte de dividir el total de
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 35
2241 de 1986, que en su artículo 137 mencionaba: “Voto en blanco es el que no
contiene nombre alguno o expresamente dice que se emite en blanco. El voto en
blanco se tendrá en cuenta para obtener el cociente electoral. El voto ilegible es
voto nulo”.
Con la Ley 84 de 1993 se pretendía quitar la posibilidad de que el voto en
blanco se computara para obtener el cociente electoral; sin embargo, por acción
pública de inconstitucionalidad se declaró inexequible dicho artículo a través de
Sentencia C-145 de 1994 de la Corte Constitucional.
Considerando que, con la Constitución Política de 1991, el sistema cambió
de papeleta a tarjeta electoral, la concepción de voto en blanco también sufrió
modificaciones, por cuanto con la Ley 163 de 1994 por medio de la cual se
expidieron algunas disposiciones en materia electoral, se estableció qué, a fin
de contabilizar el voto como blanco, no bastaba con dejar la tarjeta en blanco,
sino que era necesario de igual modo marcar una casilla especial dispuesta de
manera exclusiva para dicha decisión. Con ello se consigue un cambio, no sólo
de forma sino de percepción política, por cuanto el imperativo exigido
diferenciaba tangencialmente el que se acercaba a las urnas por diferentes
razones, pero no le interesaba el proceso electoral y no marcaba o, además, al
que no entendía el procedimiento y prefería no marcar, al de los ciudadanos que
tenían claridad de que su voto tenía un significado y con ello debían marcar la
casilla en blanco que representaba el disenso.
Si con las modificaciones anotadas se veían el avance del voto en blanco en
Colombia, el que le dio un giro trascendental con incidencia política fue el Acto
Legislativo del 01 de 2003, por el cual se adoptó una reforma política
constitucional y por ello se modificó el artículo 258 de la Constitución Política,
indicando que cuando el conteo de los votos en blanco fuera mayoría absoluta
de los votos válidos, la votación debía repetirse, excepto para la segunda vuelta
a la presidencia de la república. Aunque en los debates de Cámara y Senado fue
expuesto por algunos congresistas la necesidad de validar los votos de los
ciudadanos en blanco, para repetir elecciones sin la exigencia de la “mayoría
absoluta”, al final, este aparte de la redacción no fue modificado.
Seis años después, el Acto Legislativo 01 de 2009 eliminó del artículo 258
parágrafo primero de la Constitución Política el requisito de mayoría absoluta;
no obstante, al no modificar el parámetro correspondiente al total de “votos
válidos” terminó siendo igual a la hora de cuantificar, por cuanto “mayoría” para
efectos del artículo, implica la mitad más uno; y así lo dispuso la Sala Plena de
la Corte Constitucional en sentencia de unificación 221 de 2015. No obstante, la
Sentencia de constitucionalidad C-490 de 2011 de la Corte Constitucional ya
había declarado inexequible esta supresión.
votos válidos por el número de puestos por proveer, más uno. La adjudicación de puestos a cada
lista se hará en proporción a las veces que el cuociente quepa en el respectivo número de votos
válidos.”
36 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Ante las diferentes campañas a favor del voto blanco en medio de variadas
controversias que indicaban que no siempre provenían del resorte popular sino
para favorecer intereses privados, para el 14 de julio de 2011, la Ley Estatutaria
1475 que adopta entre otras disposiciones, reglas de organización y
funcionamiento de los partidos y movimientos políticos de los procesos
electorales, regula la promoción del voto en blanco a través de comités
independientes y partidos y/o movimientos políticos con personería jurídica
inscritos ante la autoridad competente, con derechos y garantías al igual que las
demás campañas electorales entre ellas: propaganda electoral, acceso gratuito
a radio y televisión, vigilancia de la votación y escrutinio a través de los testigos
electorales y auditores en sistemas de acuerdo al caso y reposición de gastos de
la campaña.
Dicha normatividad fue reglamentada en lo que respecta al voto en blanco
por el Consejo Nacional Electoral a través de la Resolución 920 de 2011, que
dispuso restricciones y requisitos para la inscripción tanto de los partidos,
movimientos políticos y comités independientes, promotores del voto en
blanco, así como lo relativo a responsabilidades, división de los derechos y
garantías entre los promotores del voto en blanco, en atención a la unidad de la
campaña, espacio independiente en la tarjeta electoral de cada grupo promotor,
la obligación de llevar, auditar y rendir cuentas de sus campañas y obtener la
reposición de votos de acuerdo al umbral y demás requisitos.
Como se observa, el voto en blanco como actualmente se conoce en Colombia
ha sido producto del paulatino avance normativo, de acuerdo a las dinámicas
sociales, con implicaciones de trascendencia política, evidenciadas mayormente
en las elecciones a cargos unipersonales.
Contextos en los que el voto en blanco ha ganado en
Colombia
No son pocos los casos en los que el voto en blanco ha sido figura, ya sea que
haya alcanzado o no el efecto potico de repetir elecciones, los cuales
comenzaron a surgir desde que la ley le dio un nuevo sentido a esta opción
electoral; por tanto, interesa re-interpretar las dinámicas alrededor de las
elecciones y los diferentes discursos alrededor de cada uno de los casos
aludidos.
Voto en blanco en el Municipio de Susa
Cundinamarca 2003
En los comicios del 26 de octubre de 2003 que se llevaron en todo el país,
para suplir los cargos de alcaldes y gobernadores, se destaca las elecciones a la
Alcaldía de Susa en el departamento de Cundinamarca, en la cual se
inscribieron tres candidatos: Guillermo Almanza Vanegas, quien había sido
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 37
alcalde en el periodo de (1998 y 2000) y que fue inhabilitado poco antes de las
elecciones; Oscar Eduardo Rocha Ramírez y Hugo Alberto Martínez Castillo.
Los resultados de la contiendan según datos de la Registraduría Nacional del
Estado Civil, fueron 1.872 para el voto en blanco correspondiente al 67.14 %;
511 votos para el candidato del Movimiento Nacional, Oscar Eduardo Rocha
Ramírez, equivalente al 18.32 % y 146 tarjetas para Hugo Alberto Martínez
Castillo. Cifras que posicionaron al voto en blanco como ganador absoluto y
originó que la Registraduría Nacional del Estado Civil convocara a elecciones
atípicas el 18 de enero de 2004.
En esta contienda, se puso en entredicho que el voto en blanco fuera
producto de un movimiento ciudadano y se catalogó como una maniobra
estratégica por parte del candidato inhabilitado Guillermo Almanza Vanegas
que redireccionó su campaña a la promoción del voto en blanco (El Tiempo,
2004), a fin de perseguir nuevas elecciones, pese a que él ya no podría
inscribirse como candidato. Cabe destacar que para la fecha no se encontraba
regulada la candidatura de la promoción del voto en blanco, por tanto, cualquier
ciudadano, partido o movimiento político y social podía tomar la vocería y
realizar su campaña pública al respecto.
Como consecuencia de haber ganado el voto en blanco y obligando a
convocar a nuevas elecciones, se destaca de manera particular, que una de las
candidatas a la Alcaldía en esta ocasión, fuera Dora Alba Peraza Parra esposa
del candidato inhabilitado Guillermo Almanza Vanegas, por ello, que, pese a no
haber alcanzado el cargo público convocado, produjo mayor sospecha por parte
de la opinión pública, la intención con la cual se promovió el voto blanco.
Voto en blanco en el Municipio de la Cabrera
Cundinamarca, 2003
Como gran parte del territorio de Cabrera fue azotado por la violencia y en
febrero del 2003 el alcalde del periodo 2000-2003, Gilberto Cruz Amaya había
sido asesinado, para las elecciones al cargo público de la Alcaldía del 26 de
octubre de 2003 ningún candidato se inscribió, y no fue posible llevar a cabo
dicho certamen, obligando a posponer la elección a la Alcaldía para el 14 de
diciembre de 2003, con las candidaturas de Jorge Eliécer Ortiz García avalado
por Convergencia Ciudadana y Julio Celi Roncancio, del movimiento Vamos
Colombia.
De acuerdo a lo anotado por El Tiempo (2003), en su publicación virtual, en
Cabrera el voto blanco fue promovido por un grupo de ciudadanos que habían
tenido que renunciar a las curules del Concejo por amenazas de las FARC-EP y
unos de los motivos era el hecho de que los candidatos a la Alcaldía no eran
oriundos del municipio de Cabrera, ni comprometidos con el municipio; al final,
el resultado de la jornada electoral dio por ganador al voto en blanco con 306
38 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
tarjetas marcadas, superando por un amplio margen a Jorge Eliécer Ortiz
García con 48 votos y Julio Celi Roncancio con 11 votos.
El triunfo del voto en blanco obligó a repetir elecciones el 02 de mayo de
2004 con la participación de seis candidatos que fueron pre-seleccionados por
las juntas de acción comunal, en donde de las 2.600 personas aptas para votar,
sufragaron 1.168 personas (El Tiempo, 2004).
Voto en blanco en el Municipio de Maní Casanare,
2007
En las elecciones del 28 de octubre de 2007 a la Alcaldía de Maní, se
presentaron dos hechos importantes: primero, el alcalde ganador para el
periodo de (2004 al 2007) Henry Montes Montes, se encontraba detenido por
estar vinculado al proceso de parapolítica tras haber firmado en el 2003 con las
autodefensas comandadas por alias Martín Llanos un documento conocido
como el “Pacto de Casanareen el cual se comprometía a entregar parte del
presupuesto al grupo paramilitar si llegaba a ser elegido alcalde (Semana,
2007); y, segundo, para el periodo (2008 al 2011) hacían parte de la contienda
dos candidatos: Javier Montoya Salcedo y Jervin Gonzalo Grosso Cano, quien
firmó documento similar también en el 2003 cuando era igualmente candidato
a la Alcaldía de Maní y que fue declarado coautor del delito de concierto para
delinquir agravado en el 2010 por parte el Juzgado Primero Penal del Circuito
de Descongestión (Corte Suprema De Justicia, 2011), hecho por el cual Grosso
Cano sale de la contienda electoral y queda como única opción Javier Montoya
Salcedo.
En medio de estas situaciones de desconcierto ante las dinámicas de algunos
políticos a nivel nacional que, para la época no estaban claras, y con un único
candidato, el voto en blanco tomó fuerza; sin embargo, al igual que en el
municipio de Susa Cundinamarca para las elecciones de 2003, se desató el
debate sobre la promoción del voto en blanco por cuanto en esta ocasión
quienes lideraron la campaña fueron los seguidores del ex candidato Jervin
Gonzalo Grosso Cano (El Tiempo, 2007).
El resultado, según la Registraduría Nacional del Estado Civil, posicionó al
voto blanco como ganador con 2.535 tarjetas (46%), seguido por Javier
Montoya Salcedo con 2.443 (44%); con todo, al no alcanzar el voto blanco la
mayoría absoluta, no logró convocar a nuevas elecciones y Javier Montoya
Salcedo fue designado como alcalde.
Voto en blanco en la elección de los representantes al
Parlamento Andino, 2010 y 2014
La primera elección popular en Colombia para escoger a cinco miembros que
harían parte del Parlamento Andino como titulares, tuvo lugar el 14 de marzo
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 39
de 2010, en la cual el voto en blanco obtuvo una votación superior al Partido
Social de Unidad Nacional “Partido de la Uque fue el que más votos obtuvo de
los partidos y movimientos políticos presentados.
Alrededor de esta elección, se desataron diferentes cuestionamientos que
fueron llevados al Consejo Nacional Electoral para su decisión, uno de ellos
referido a la normatividad, teniendo en cuenta que para la época había sido
eliminada la palabra “absoluta” del artículo 258 de la Constitución Política de
Colombia de 1991, en el que se ordenaba repetir elecciones en caso que el voto
en blanco ganara por mayoría con relación a los votos válidos y se indicó, que
pese a que el voto en blanco obtuvo una votación superior a la votación
individual de las listas inscritas, este representaba sólo el 20.81 % de los votos
válidos, más no del número total de candidatos y listas que correspondió al
79.19% de los votos válidos, siendo evidente que no se daban las condiciones
para repetir dichas elecciones, por cuanto, la palabra “mayoría” de acuerdo al
parámetro “votos válidos” significaba la mitad más uno (Consejo Nacional
Electoral, 2010), la decisión tomada por el Consejo Nacional Electoral fue
convalidada por el Consejo de Estado en sentencia posterior
16
.
Para la escogencia de los parlamentarios andinos, el voto en blanco ganó con
relación a la lista más votada, resultado de la deficiente información de lo que
representaba el Parlamento Andino y el papel que desempeñarían los electos y
así fue presentado en las diferentes publicaciones: “El ganador fue el voto en
blanco con un millón y medio de marcaciones, debido a que los electores no
conocían ni a los candidatos ni cómo debían elegir” (Semana, 2010: s/p), “La
presidenta del Parlamento Andino, Rosa Marina León, manifes su
preocupación por "la falta de información sobre las elecciones y candidatos
colombianos a este organismo" (El Colombiano, 2010 s/p). “Entre los
candidatos, las autoridades y la opinión pública la explicación casi unánime ha
sido que faltó divulgación” (Razón Pública, 2010 s/p), y aún dentro del marco
electoral: “[…] existía limitada información por parte de los organismos
electorales sobre esa novedosa elección” (Misión de Veeduría Electoral de la
OEA, 2010:23).
Para las elecciones de los parlamentarios andinos de marzo de 2014, la
situación fue diferente; según cifras de la Registraduría Nacional del Estado
Civil, los votos válidos fueron de 6.812.695 y por listas o partidos y movimientos
políticos se obtuvieron 3.189.502, mientras que los votos en blanco alcanzaron
la mayoría con 3.623.193; lo que al amparo del artículo 258 del Constitución
Política de Colombia por obtener la mayoría absoluta de votos válidos, esto es,
la mitad más uno, se debía repetir la elección. Sin embargo, por derogatoria de
la normatividad, referida al modo de escoger a los parlamentarios andinos no
16
Consejo de Estado Sección Quinta (2012) Sentencia del 9 de marzo de 2012. Consejero
Ponente: Alberto Yepes Barreiro. Radicado No.: 11001-03-28-000-2010-00029-00. Bogotá,
Colombia.
40 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
se convocó a nuevas elecciones
17
, y en septiembre de 2014 los dignatarios fueron
escogidos por el Congreso de la República.
En esta ocasión, una de las causas de la masiva votación en blanco cambió,
por cuanto ante la posible eliminación del Parlamento Andino, el presidente
Juan Manuel Santos invitó a los partidos y movimientos políticos a no postular
candidatos, pese a ello se presentaron seis candidaturas (Vanguardia.com,
2014), y ante la inminencia de elecciones, partidos como el Liberal llamaron a
los ciudadanos a votar en blanco (El Colombiano, 2014); además, tanto en los
comicios del 2010 como del 2014, influyó que dichas elecciones se llevaran a
cabo junto con la escogencia de congresistas (Senado y Cámara de
representantes) en las que hubo despliegue de información en las campañas al
congreso y poco interés e información respecto del Parlamento Andino.
Voto en blanco en el Municipio de Bello Antioquia,
2011
Para la Alcaldía de Bello en el departamento de Antioquia, según datos de la
Registraduría Nacional del Estado Civil, el voto en blanco ganó con el 56.67%
de los votos válidos en las elecciones del 30 de octubre de 2011, cuyo potencial
de sufragantes era de 279.417 de los cuales votaron 124.975 correspondiente al
44.72%, y de ellos, los votos válidos alcanzaron los 107.511, así el voto en blanco
sobrepasó al candidato único con 60.931 votos en contraposición a 46.580 votos
del candidato del partido Conservador Germán Antonio Londoño Roldan. La
situación fue particular en este municipio, por cuanto sus electores fueron
obligados a escoger entre el único candidato y el voto en blanco.
Ante la candidatura única, Palacio (2018), menciona que fue producto de
acuerdos políticos entre los partidos mayoritarios de Bello, esto es, Conservador
y Liberal principalmente, que consolidaron la llegada de un sólo candidato a la
contienda política, aunado a la imposibilidad de los sectores minoritario
opositores del Partido Conservador, entre ellos Movimiento Cívico Ciudad
Bello, apoyados por el Partido Verde, Polo, La ASI, un sector del Partido Liberal
y Liberales por el Cambio, que no alcanzaron el aval a través del recogimiento
de firmas por no cumplir con los parámetros legales. Esta última fuerza
minoritaria fue la que termipromoviendo el voto en blanco en el municipio
de Bello.
Las lecturas en este contexto son variadas, por cuando si bien se habla de
una forma de protesta del electorado como opción particular de inconformismo
ante las estrategias políticas que llevaron a tener un candidato único, también
se someten a consideración la campaña de la coalición minoritaria, como
oposición al candidato conservador.
17
Congreso de la República (2014) Ley estatutaria 1729 del 29 de julio de 2014, por medio de
la cual se deroga la ley 1175 de 2007 con relación a la elección directa de parlamentarios andinos.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 41
Voto en blanco en el Municipio de Florida Valle del
Cauca, 2015
Según datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil, el voto en blanco
obtuvo 8.049 votos, mientras que el candidato con más votación de los seis
inscritos, alcanzó 6.197 votos, empero, pese a ser una votación alta por encima
del candidato con mayor votación, no consiguproducir el efecto político de
repetir la elección, debido a que los votos válidos fueron 26.257 y para repetirla
se necesitaba que superara la mitad más uno de los votos válidos, en
consecuencia, fue designado como alcalde el señor Diego Felipe Bustamante,
del Partido de La U.
Se destaca que dentro de los candidatos se encontraba Javier Fernández
Franco reconocido comentarista deportivo quien debió renunciar a su
postulación luego indicar amenazas en su contra (Elpaís.com.co, 2015), y que el
origen del voto en blanco fue producto del descontento de la población ante las
políticas de gobiernos anteriores y las estrategias electorales, reseñado por
algunos medio de comunicación, así: “En Florida, sur del Valle del Cauca, el
inconformismo dejó sentado un precedente” (Publimetro, 2015: s/p). “Este
superó por más de 1.900 votos al candidato que quedó en segundo lugar. La
comunidad asegura que está cansada de los malos gobiernos” (Noticiascaracol,
2015: s/p).
Voto en blanco en el Municipio de Tinjacá Boyacá,
2015
En las elecciones a la Alcaldía del 25 de octubre de 2015, se debió repetir
elecciones, debido a que de 1.995 personas habilitadas para sufragar, y con 1.957
votos válidos, 1.037 votaron en blanco, seguido por el candidato del partido
Opción Ciudadana Henry Hernando Chacón Zamora con sólo 492 votos, Luis
Fernando Guerrero Roncancio del partido Conservador Colombiano con 419
votos y Libardo Efrain Buitrago Bautista del partido Cambio Radical con 9
votos, según datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil.
Para los comicios de la fecha, uno de los aspirantes a la Alcaldía, el médico
Felix Roberto Sierra Sierra fue inhabilitado por el Consejo Nacional Electoral,
tras considerar que la compañera sentimental del candidato Gloria García
Camargo, que se desempeñaba como gerente del puesto de salud, presentó la
renuncia de su cargo de manera extemporánea, por lo que sus mayores
oponentes lo acusaron de haber promovido el voto en blanco (Wradio, 2015);
sin embargo, otras eran las voces que predicaban el voto en blanco como parte
de la conciencia social de sus pobladores, ante las prácticas de corrupción de
sus gobernantes.
El descontento como motor de la escogencia mayoritaria por el voto en
blanco fue registrado por diferentes medios; entre ellos, en la columna virtual
42 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
de La Silla Vacía reseñada por Víctor Castillo, en la que incluye las posiciones
de varios habitantes y se destaca: “En poco menos de un mes, se gestó un
movimiento ciudadano alimentado por el descontento con el alcalde actual,
[...]” (2015), así como la entrevista a Carlos Eduardo Veloza un habitante del
municipio y abanderado del voto en blanco, que expresó a la RCN radio:
““[...] acá estamos es en contra de la corrupción, y
ninguno de los candidatos garantizaba que eso no iba
a ocurrir, [...] El voto en blanco demostró que se
puede exigir lo mejor para las ciudades. Para votar en
blanco se necesita tener valor y amor por el pueblo, y
no dejarse engañar"” (2015).
Ahora bien, más allá del liderazgo de la promoción del voto en blanco, se
destaca la consolidación de la fuerza de una sociedad, ante las situaciones que
percibe como arbitrarias y que hace parte del ánimo de votar blanco, como
opción de elección.
El voto en blanco en Colombia como un signo de
agotamiento de los actores y factores políticos
“El voto en blanco, iniciativa ciudadana y popular impulsada por las
organizaciones sociales, es una expresión de resistencia, indignación y
autonomía. Una propuesta de unidad por la defensa del territorio y nuestros
proyectos de vida” (Agencia Prensa Rural, 2013: s/p), así finaliza el comunicado
de las asociaciones sociales, ASOQUIMBO, ACAS y el movimiento Ríos Vivos,
en las elecciones a la gobernación del Huila en 2013, que da cuenta del
descontento social y las movilizaciones de las organizaciones como alternativa
de lucha, ocasionada por el desgaste de los dirigentes y las políticas
inequitativas en favor de las multinacionales.
Resulta claro, que más allá de los espacios en donde el voto blanco ha sido
mayoría y en donde ha logrado aplicar sus efectos políticos, es una
manifestación individual de consciencia que trasciende a espacios colectivos
como alternativa de cambio o, simplemente, rechazo ante las dinámicas
políticas tradicionales y sus dirigentes más representativos.
Dentro de este orden de ideas, si bien es una alternativa a la hora de escoger,
también es un síntoma del deterioro de las clases políticas y sus prácticas, que
representan el statu quo. Ahora bien, si en Colombia se evidenciara el equilibrio
de poderes, la equidad social, garantía de participación de todos los sectores,
sentido del bien común, con poticas sociales de inclusión y progreso visibles
en los ámbitos económicos, políticos, sociales y culturales, donde sus
representantes y mandatarios actuaran de manera consecuente, la conclusión
sería la escogencia libre, espontánea y autónoma de los candidatos más
competentes, pese a tener la alternativa del disenso representada en el voto
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 43
blanco. Empero, en contraposición a lo expuesto, de acuerdo a determinadas
circunstancias coyunturales propias de cada elección, en especial en los cargos
uninominales, en Colombia el voto en blanco conlleva un componente
estructural, que ha logrado movilización de masas, sin importar el porcentaje
obtenido.
Consideraciones generales
El voto en blanco hace parte de los mecanismos que tienen los electores para
manifestar sus desacuerdos con el sentido y alcance del sistema políticos y sus
actores protagonistas, que van desde al actuar de los candidatos, los partidos y
movimientos políticos, pasando por el rechazado a eventos coyunturales, hasta
las prácticas de las instituciones estatales y sus políticas. Si bien existen otras
formas de manifestación de descontento, el voto en blanco ha cobrado
relevancia en los escenarios nacionales y, en especial, locales a la hora de
decidir, debido principalmente al desarrollo normativo, paulatino pero
constante, de cada uno de los aspectos que le componen, endilgando de validez
jurídica, pero sobre todo de validez social como expresión de inconformismo
dentro de las vías legales reconocidas en la Constitución Política de Colombia.
Además, de acuerdo a los diferentes escenarios en los que se ha desarrollado
mayoritariamente el voto blanco, permite indicar que principalmente los
espacios electorales locales son los más propensos a generar entre sus
pobladores, no sólo conciencia individual sino colectiva de la necesidad de
cambio a través de este mecanismo y, de manera particular, en las que se
escogen cargos unipersonales, como el caso de los alcaldes, por cuanto, con
excepción de la elección a los cinco cargos de los parlamentarios andinos, este
fenómeno masivo de votos en blanco sólo se registró en municipios; al mismo
tiempo, no existe una razón única que motive a los votantes blancos, sino que
su decisión se debe tanto a motivos coyunturales, como de las consecuencias del
agotamiento de las estructuras políticas y las prácticas ejercidas en los periodos
mediatamente anteriores, de acuerdo a los contextos analizados, en las cuales
se evidencia el voto en blanco, tanto como una propuesta alternativa al
momento de elegir, como un síntoma de los deterioros de la imagen de los
políticos como de sus prácticas políticas y en general de las políticas del sistema
en misma. Dejando para el debate la pregunta, ¿la incidencia del voto en
blanco es una expresión de la anti-política?
Por otra parte, a fin de contrastar los elementos particulares de la cultura
emergente del voto blanco, tanto como signo de agotamiento, como alternativa
de cambio, es necesario avanzar hacia los significados y contextos del individuo
como parte de la colectividad, pero con un enfoque más personalista que
cuenta de las subjetividades políticas que producen y reproducen el fenómeno:
cultura emergente del voto en blanco en Colombia, susceptible por su esencia al
44 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
estudio científico desde la lógica interpretativa y descriptiva propia del
paradigma cualitativo.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 45
CAPÍTULO III
COMPONENTES ESTRUCTURALES Y
COYUNTURALES QUE DETERMINAN LA
OPCIÓN DEL VOTO EN BLANCO Y LO
QUE SIGNIFICAN EN EL SISTEMA
POLÍTICOELECTORAL DE COLOMBIA
46 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Aspectos preliminares
En Colombia la determinación de votar en blanco, es consecuencia de
múltiples componentes, por consiguiente el objetivo específico de este capítulo
es: Describir los componentes estructurales y coyunturales que determinan la
opción del voto en blanco y lo que significan en el sistema político-electoral de
Colombia, pormenorizando los efectos políticos del voto en blanco, esto es,
señalando las ventajas y desventajas de esta forma particular de sufragio que, al
día de hoy, se posiciona como práctica política recurrente; los actores
involucrados directa o indirectamente en la misma, las estrategias políticas, los
actos de gobernabilidad que preceden a las elecciones, los acontecimientos
políticos que percibe la ciudadanía como relevantes y, además, el imaginario
social que se construye intersubjetivamente en torno al sufragio, entre otros
aspectos de interés para la Ciencia Política.
En concordancia con nuestro objetivo específico arriba enunciado, se
estudia la viabilidad del voto en blanco en cada uno de los escenarios electorales
de manera general, destacando las expectativas de los votantes blancos y las
consecuencias, tanto materiales como simbólicas, de esta alternativa electoral.
En lo que respecta a los actores, prestamos atención a los promotores del
voto en blanco en sus diferentes manifestaciones; como agentes que participan
políticamente enriqueciendo la democracia, incluyendo las expresiones de
opinión de la ciudadanía, que dan lugar a determinar el sentido y alcance del
voto y permiten identificar las motivaciones más recurrentes en la escogencia
masiva de la opción voto en blanco.
Para finalizar, se analiza el discurso político más o menos cambiante de
acuerdo a quien lo reproduce, según el cual el voto en blanco además de ser una
opción electoral, requerida en algunos contextos más que en otros, representa
para muchos ciudadanos una herramienta posibilitadora de propuestas
políticas y, al mismo tiempo, transformadora de realidades que enriquecen el
imaginario social de la democracia colombiana.
Efectos políticos del voto en blanco en el sistema
electoral de Colombia
Lo que hace que el voto en blanco en Colombia se diferencie de otras
legislaciones a nivel mundial, está directamente relacionado con sus efectos
políticos en el ámbito normativo, los cuales comprenden una de las
motivaciones para que en determinados contextos los ciudadanos opten por
esta alternativa electoral. Sin embargo, los efectos no sólo se dan conforme a lo
reglado por el artículo 258 de la Constitución Nacional, sino que trasciende al
plano simbólico, de acuerdo al sentido y alcance representacional que le otorga
la misma sociedad a esta expresión de descontento ciudadano.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 47
En cuanto a los efectos institucionales, el artículo 258 de la Constitución
Política distingue dos escenarios: el correspondiente a la elección de cargos
uninominales (alcaldes, gobernadores y presidenciales en la primera vuelta) y
plurinominales, concernientes a las corporaciones públicas (Concejo,
Asamblea, Congreso de la República - Senado y Cámara de Representantes y
Juntas Administradoras Locales).
En los cargos a elección popular de alcalde, gobernador y presidente, y
vicepresidente en primera vuelta
18
, el efecto político del voto en blanco en caso
de ganar por mayoría absoluta integra dos componentes: repetir elecciones y
convocar a candidatos diferentes. La segunda vuelta a la presidencia de la
república, es un tercer escenario del voto en blanco como manifestación
simbólica de desacuerdo, sin la posibilidad de repetir elecciones, en el que sólo
se admite en la tarjeta electoral los dos candidatos más votados de la primera
vuelta, más la casilla del voto en blanco general
19
.
En lo que respecta a las corporaciones públicas el panorama es totalmente
diferente; debido a que, de repetirse la elección, se excluye de participar en ella,
las listas que no alcancen una votación mínima denominada umbral
20
; y sólo
genera la exclusión de los partidos y movimiento políticos con personería
jurídica, movimientos sociales y grupos significativos de ciudadanos menos
votados, que usualmente comprende los pequeños, alternativos, no
tradicionales y con menos recursos.
Es de considerar que parte de la población no tiene claro ni los efectos, ni las
diferencias que existen en cada uno de los escenarios expuestos, de ahí que un
número importante de las publicaciones en los medios virtuales estén dedicadas
a realizar pedagogía electoral sobre los efectos del voto en blanco en caso de ser
mayoría absoluta, especialmente en las elecciones legislativas (Senado y
Cámara de Representante).
También se encuentran las consecuencias que van s allá de los efectos
materiales y que compone la dimensión de los efectos simbólicos que se
manifiestan en los mecanismos representacionales mediante los cuales el voto
18
En Colombia, existe la posibilidad de resolverse en uno o dos momentos, denominados
primera y segunda vuelta, por ello para que sea elegido un candidato como presidente en la primera
vuelta debe obtener la mitad más uno de los votos depositados; si ninguno alcanza esta mayoría,
es necesario pasar a segunda vuelta que implica convocar a nueva votación en la que sólo
participan los dos candidatos que hayan alcanzado las votaciones más altas y gana el que obtenga
el mayor número de votos.
19
La inclusión de la casilla del voto en blanco en segunda vuelta presidencial ha sido criticada
teniendo en cuenta que el artículo 258 de la Constitución Política indica que pasan a segunda
vuelta los dos candidatos más votados; sin embargo, por considerarse una manifestación libre de
disenso, esta siempre ha estado presente en la tarjeta electoral.
20
Según el artículo 14 del reglamento 1 de 2003 expedido por el Consejo Nacional Electoral el
umbral: “Es la cantidad mínima de votos lidos que debe obtener una lista para que le sea aplicada
la cifra repartidora”.
48 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
blanco va configurando un imaginario social de inconformismo, descontento,
rechazo, desafección o protesta social ante el sistema político o, al menos, en
torno a ciertos partidos y personajes en concreto, así como un discurso que sirve
de medio esperanzador en la transformación de la política en general, mediante
el empoderamiento de la crítica y la validación de los que no se sienten
representados por ninguna de las opciones electorales que figuran en el sistema.
Estos efectos se producen no lo como consecuencia de los resultados del
sufragio, sino de todo el proceso electoral.
Un efecto simbólico importante, predominantemente en espacios donde los
porcentajes alcanzados por el voto en blanco son elevados, consiste en restarle
legitimidad al mandato del candidato electo, en la medida en que parte de la
población, además de no ver representados sus intereses, considera que la
opción del voto en blanco fue preponderante y por circunstancias particulares
no lograron su cometido. Este efecto se entiende desde el concepto de la
legitimidad de origen que involucra el reconocimiento de autoridad y poder
otorgada por medio de las elecciones al candidato ganador. Un ejemplo de ello
se comprende en lo reseñado por un medio de comunicación virtual, en el que
se destaca: Bustamante, quien, pese a ser derrotado por el voto en blanco llevará
las riendas de Florida, aseguró que su compromiso será recuperar la confianza
de sus coterráneos y manejar con trasparencia los recursos blicos”
(Publimetro, 2015: s/p), lo anterior, con ocasión de las elecciones a la Alcaldía
de 2015 en Florida en el Departamento del Valle del Cauca en donde el voto en
blanco tuvo un porcentaje superior al logrado por Diego Felipe Bustamante,
pero no el suficiente para convocar a nuevas elecciones, por no alcanzar la
mayoría absoluta.
Otro efecto simbólico, producto de la dinámica electoral, es el de llevar a la
opinión blica los aspectos fácticos del desarrollo electoral, que han permitido
visibilizar en el debate, los desajustes políticos estructurales, en donde el voto
en blanco ha ganado protagonismo, con argumentos tanto a favor como en
contra, permitiendo transformaciones en la cultura política, toda vez que ante
las opciones tradicionales incluye la posibilidad de crítica e insatisfacción ante
los partidos y movimientos políticos en disputa en una jornada electoral
determinada.
Ahora bien, considerando que el voto en blanco no sólo representa
socialmente una “consecuencia” de las malas prácticas y desaciertos políticos,
sino una herramienta de “solución” ante lo que se considera contrario al
funcionamiento estable de la dirección y el sistema político; un efecto simbólico
notable involucra la propagación de un sentimiento esperanzador que
trasciende a la consolidación de propuestas reales de cambio a través de los
promotores del voto en blanco, como el presentado en las elecciones al
Congreso de la República en el año 2014, que previo al certamen electoral, se
reproducía en las voces de promotores y ciudadanos en general, la posibilidad
de acabar con la corrupción, convocar a una Asamblea Nacional Constituyente
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 49
y hasta de exigir que el voto en blanco se le asignara las curules sin ocupar de
acuerdo a las cifras repartidoras.
Otro efecto simbólico del voto en blanco, producto del imaginario de
descontento y hasta rebeldía ciudadanía, recae en la construcción paulatina de
una cultura política diferente, en torno al cambio social, que depende entre
otros aspectos de la capacidad de liderazgo de los promotores del voto en blanco
para dar contenido político al disenso social y construir desde las bases,
alternativas de gobernanza y gobernabilidad diferentes a las promulgadas por
las elites de poder.
Algunas ventajas y desventajas del voto en blanco
como práctica política
Considerando que el voto en blanco se encuentra incluido en la Constitución
Política de 1991 como una alternativa de elección; reconocido como un voto
válido a diferencia de la mayoría de legislaciones a nivel mundial
21
; dotado de
efectos políticos- electorales, visibilizado por la Corte Constitucional de
Colombia en la Sentencia C-490 de 2011, como manifestación de disenso del
electorado y que entre otros aspectos fortalece la participación política, sería
viable aseverar que de tener razones para rechazar a los candidatos o listas, son
más las ventajas del votar en blanco que las desventajas; no obstante, no
siempre es así, por cuanto la connotación depende en gran parte de los efectos
políticos y el escenario electoral en el que se desarrolle y proponga como opción
alternativa, así como el significado que le asigne el votante a esta práctica no
muy bien conocida por los electores tradicionales, que siguen siendo mayoría.
En el escenario de las elecciones unipersonales, votar en blanco frente a la
abstención y la anulación voluntaria de votos, tiene tres ventajas: primero,
concede la posibilidad de repetir elecciones; segundo, en el evento de ganar por
mayoría absoluta descarta de la contienda electoral a los candidatos iniciales; y
tercero, con el hecho de obtener un porcentaje relevante, el voto en blanco envía
un mensaje de inconformismo colectivo que redunda en el imaginario social y
se comprende en las palabras de uno de los promotores más visibles del voto en
blanco a nivel nacional, el escritor Gustavo Bolívar, quien indicaba en entrevista
radial de cara a las elecciones presidenciales del 2014, que un triunfo del voto
en blanco así fuera mayoría simple, significa un rechazo general al sistema
político, al manejo de la democracia y a todos los partidos políticos, un mensaje
implícito del ciudadano requiriendo reformas con el voto protesta (Javeriana
Estero Cali, 2014).
Las desventajas en las elecciones a cargos uninominales, no están
direccionadas al sentido de votar en blanco, sino a las consecuencias
subsiguientes de la repetición, por cuanto en términos generales es limitada la
posibilidad de que se postulen candidatos con los perfiles deseados, entre otras,
21
Sólo algunos países como Argentina y España reconocen al voto en blanco como válido.
50 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
porque la inscripción de los nuevos, debe hacerse dentro de los 10 días
calendarios siguientes a la declaratoria del resultado oficial y, por ello, los
partidos y movimientos políticos con personería jurídica cuentan con poco
tiempo para decidir entre sus militantes, además para los candidatos
independientes las posibilidades de que se inscriban con la recolección de
firmas es mínima.
En el escenario de las corporaciones públicas, la ventaja no está en votar en
blanco, sino en lo que representa, en la medida que el tema del voto en blanco,
fortalece el debate político con posiciones a favor y en contra, especialmente en
las elecciones nacionales legislativas que dejan al descubierto las falencias de
los órganos deliberantes de tipo parlamentario y emiten un mensaje de
inconformismo y hasta de rechazo social, dirigido a la clase política que dice
representar el interés ciudadano.
Respecto de las desventajas en las elecciones a los cargos de las
corporaciones blicas, estas son producto directamente de los efectos políticos
endilgados por la Constitución Política, por cuanto en el evento de ganar el voto
en blanco por mayoría absoluta de los votos válidos, si bien se repite la elección
que además implica un costo económico, la incidencia de acuerdo a los efectos
materiales, es mínima y dependiendo del contexto nula, en la medida que las
listas ya votadas pueden volver a presentarse. Las únicas excluidas son las
minoritarias que no hayan alcanzado el umbral reglado.
En la segunda vuelta a la presidencia de la república, la ventaja de votar en
blanco como alternativa válida en Colombia, comprende la valiosa participación
política a pesar de no tener consecuencias jurídicas, que sobrepone a la
abstención entendida de manera general como la no participación a los
comicios
22
, y al voto nulo que comprende los votos que no permiten identificar
de manera inequívoca la voluntad del elector incluyendo las tarjetas dejadas sin
marcar, a diferencia del voto en blanco en Colombia que requiere que el trazo
del votante sea realizado en la casilla destinada para tal fin.
La desventaja de votar en blanco en la segunda vuelta a la presidencia,
comprende el hecho de no tener ningún efecto político, por ello no es posible
repetir elecciones y en la práctica electoral, sólo sirve para computarse como
voto válido. Por lo demás, las ventajas o desventajas del voto en blanco en el
sistema electoral colombiano, también están determinadas por el contexto
político en que se desarrolle cada elección.
22
Algunos autores como Garita 2012 y Hernández 2009 hablan de la abstención activa y en
ella incluyen el voto en blanco, sin embargo, en la legislación colombiana no es posible adoptar
esta clasificación por cuanto en Colombia para que sea contabilizado como válido el voto en blanco
debe ser marcado en la tarjeta electoral correctamente y comprende una alternativa de elección
con efectos políticos específicos.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 51
Voto en blanco como estrategia política relevante en la
dinámica electoral
El voto en blanco en Colombia propende por el fortalecimiento del derecho
del elector, en la medida que amplía la escogencia libre entre las diferentes
opciones candidatizadas; no obstante, pese a comprender una fuerza
dinamizadora que en casos particulares de acuerdo a las dinámicas
coyunturales, se vislumbra como una voz de protesta con el fin de otorgar a los
sufragantes la posibilidad de exigir el cambio de postulantes a los cargos de
elección popular uninominales, es también una herramienta utilizada como
estrategia política por parte de ciudadanos, partidos o movimiento políticos, en
beneficio de intereses particulares, cuando deciden abanderar la promoción del
voto en blanco con el único fin de sacar de la contienda electoral a los candidatos
inscritos, con o sin justificación, para postular en las nuevas elecciones a las
personas de su interés, o en las elecciones a cargos plurinominales excluir de los
comicios a las listas que no alcancen el umbral.
Ahora, lo que inicia como una voz de protesta ya sea contra los actores
políticos, contra el actuar de las instituciones, o sus políticas de acuerdo al
contexto, con efectos políticos excepcionales, que: “Involucra una crítica al
funcionamiento de la política democrática” (García y Cantor, 2016:15), termina
siendo una herramienta o estrategia política, con incidencias diferenciadas de
acuerdo al escenario electoral con consecuencias complejas.
Así, la promoción del voto en blanco por parte de los aspirantes, partidos y
movimientos políticos que han quedado por fuera de la contienda electoral en
el escenario de elecciones unipersonales a cargos públicos, comprende los
siguientes aspectos: atacar las figuras candidatizadas o sus programas políticos,
promover el voto en blanco con el único objeto de conseguir la mayoría absoluta
de los votos válidos y forzar nuevas elecciones y, en el evento de repetirse las
elecciones, presentarse como candidatos o postular a un candidato afín,
situación que en algunas circunstancias configura un programa político
coyuntural de cara a la protesta social.
En la segunda vuelta a la presidencia de la República, el voto en blanco sólo
tiene como objeto alzar una voz de protesta, por cuanto no está dotado de
efectos políticos, sin embargo, el debate sobre la figura del voto en blanco en
esta etapa, así como el porcentaje obtenido ha ido en aumento
23
, y a pesar de
que es promovido por distintos actores con propósitos diferentes, en el caso de
los candidatos que se quedaron en primera vuelta y deciden de manera pública
divulgar su elección por el voto en blanco, generalmente son acusados de tomar
esa alternativa por estrategia política, un ejemplo de ello fueron las elecciones
a la presidencia del 2010 en la cual Gustavo Petro quedó de cuarto en la primera
23
Según datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil, en el 2010 obtuvo una votación
de 444.274 (3.40%), en el 2014 de 618.759 (4.02 %) y en las de 2018 alcanzó la cifra de 808.368
(4.20 %) votos en blanco.
52 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
vuelta y su postura blica para la segunda vuelta fue en blanco (Semana,
2018); y, en el 2018 Sergio Fajardo y Humberto de la Calle quienes quedaron de
tercero y quinto puesto respectivamente manifestaron su intención de voto en
blanco (El Tiempo, 2018) y fueron el centro de diversas críticas.
En lo que respecta a las elecciones de corporaciones públicas, y
considerando los efectos políticos materiales en este escenario, no se ha
evidenciado esta intención, al menos en lo concerniente a la promoción del voto
en blanco.
Actores y motivaciones detrás del voto en blanco
En una sociedad en la que existen diferentes sectores y actores políticos es
normal que en los espacios electorales exista algún tipo de inconformidad por
parte de los individuos que eligen y, por ello, en todas las elecciones del país el
voto en blanco ha tenido presencia, pero, las motivaciones son tan diversas y en
ocasiones trascendentes, que han propiciado movimientos, opiniones,
expectativas y debates políticos, al punto que en algunos escenarios los votantes
blancos no sólo han superado los promedios normales, sino que han sido
mayoría.
En lo que respecta a los actores, un componente excepcional en la dinámica
electoral y por consiguiente con incidencia en menor o mayor grado en la
decisión de votar en blanco, comprende el trabajo impulsado por promotores y
divulgadores, por parte de los partidos, movimientos políticos y movimientos
ciudadanos en sus diversas manifestaciones a través de campañas electorales,
inscritas como comités ante la Registraduría Nacional del Registro Civil o
impulsadas de manera independiente. Además, la opinión de la ciudadanía en
algunos casos, ha sido el elemento determinante en la escogencia mayoritaria
del voto en blanco.
En lo relacionado a las motivaciones que los electores y agrupaciones
políticas y sociales argumentan para justificar su voto blanco, se destaca que en
las elecciones a cargos públicos unipersonales, la atención se concentra en la
figura del sujeto y lo que representa, por ello principalmente la escogencia del
voto en blanco integra la percepción negativa de los candidatos, y comprende
también, el descontento ante el sujeto candidato y su programa de gobierno,
con la clase dirigente que se intenta perpetuar en el poder a través del candidato
y que representa malos gobiernos y, de contera, con las prácticas arbitrarias que
acusan a determinados candidatos de excluir a otros de la contienda política,
que en algunas elecciones finaliza con candidaturas únicas; en caso contrario,
la motivación de votar en blanco en las corporaciones públicas está más ligada
a lo que representa socialmente dicha institución, sin entrar a validar o
descalificar de manera particular a cada uno de los sujetos inscritos en las
diferentes listas, por ello, las motivaciones corresponden más al rechazo de los
actos que los identifica como colectivo negativo, entre ellos: la demagogia, el
sectarismo, así como la corrupción y politiquería.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 53
Por otra parte, dependiendo de la envergadura de la elección, la motivación
para votar en blanco también se diferencia, por cuanto en las nacionales aflora
más el rechazo genérico, esto es, al sistema y estructura política, a las
instituciones estatales, a la tendencia ideológica y política de los partidos
tradicionales, a los esquemas continuistas de poder y marginación social, entre
otros aspectos; mientras que en las elecciones locales, la decisión de votar en
blanco toca temas más específicos, como las actuaciones personales de los
candidatos y su grupo político de referencia.
Además, de acuerdo a los actores, la motivación también cambia, para la
ciudadanía en general votar en blanco está más ligado a presentar una voz de
rechazo a lo que considera contrario a sus intereses o, de protesta ante
acontecimientos injustos, mientras que los promotores del voto en blanco les
motiva no sólo las mencionadas anteriormente, sino la posibilidad de conseguir
un objetivo, ya sea particular como sacar de la contienda política a un candidato
o, general, como convocar a una reforma política de tipo sistémica.
Promoción, divulgación y campañas electorales en
torno al voto en blanco
En el plano de la dinámica política, la promoción del voto en blanco como
alternativa electoral, está fortalecida con la reforma política, Ley Estatutaria
1475 de 2011, que permite la inscripción de la campaña a favor del voto en
blanco por parte de los partidos y movimientos políticos con personería
jurídica, como de comités independientes, a fin de obtener el voto de los
ciudadanos por medio de la propaganda electoral.
Con esta reforma, la promoción del voto en blanco por parte de partidos y
movimientos poticos o grupos de ciudadanos, se limitó exclusivamente a los
inscritos en determinada elección cumpliendo los requisitos exigidos para dicho
fin, tanto que en las elecciones atípicas a la gobernación de Huila del 2013, el
Consejo Nacional Electoral a través de la Resolución 977 de 2013, prohibió la
campaña que venía adelantando un grupo de personas a favor del voto en blanco
que no se encontraban inscritas como comité promotor y, en consecuencia,
ordenó el retiro de propaganda y suspensión de publicidad en radio y televisión
(Consejo de Estado, 2015). Igualmente, con ocasión de la campaña a favor del
voto en blanco en las elecciones atípicas a la gobernación de la Guajira del 2016,
el Consejo Nacional Electoral abrió en mayo del 2017 indagación preliminar
contra Carlos Caicedo y el “Movimiento Fuerza Ciudadana” del que es parte, por
haber realizado la campaña sin estar inscrito como comipromotor del voto en
blanco.
Desde que la ley permitió la inscripción de los promotores del voto en blanco
y dispuso reconocer en lo pertinente los derechos y garantías a lo que tienen
derecho las demás campañas electorales, incluida la reposición de gastos por el
54 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
monto fijado por el Consejo Nacional Electoral; las organizaciones abanderadas
de promover el voto en blanco han estado bajo sospecha de perseguir beneficios
propios más que colectivos, tanto que, algunos medios virtuales publicaron:
“Muchos oportunistas han intentado utilizar al voto en blanco para lucrarse
(Basset, 2014: s/p), [...] este ingrediente económico, hace temer que muchas
de estas campañas no tengan más motivación que el lucro” (El Tiempo,
2011:s/p), y haciendo referencia a la necesidad de que los grupos promotores
deben cumplir con deberes al igual que las otras campañas, otro medio publicó:
“Esto, con el fin de que esta opción no se convierta
en una vía fácil para obtener recursos del Estado, que
algunos avivatos puedan aprovechar con base en la
reforma política y en el alto número de votos en
blanco que se registran en elecciones” (Ramírez,
2011: s/p) (resaltado nuestro).
Promotores en su defensa indicaron: Por eso hemos dejado en claro
que quienes promovemos el voto el blanco no aceptamos ni un peso de
reposición por esos votos, [...] (Semana, 2014: s/p), y refiriéndose a las
elecciones del Congreso de la República de 2014, indicaron:
Para el caso de estas elecciones, ni
@ManosLimpiasCo ni @ColombiaVotaEnBlanco, ni
@VotareEnBlanco ni Partido Blanco, ni
@LaOlaBlanca, ni @VotoEnBlancoCol ni
@VotoEnBlancoCol14, ni @VotoEnBlancoSi, ni
@PaisaVotaBlanco ni @BtaVotaBlanco ni
@SoyVotoEnBlanco, ni ningún otro grupo, inscribió
el voto en Blanco ante la Registraduría. Luego, le
estamos apostando a la casilla de Voto en Blanco que
ya viene al final del tarjetón. Por esta razón, ningún
movimiento de los mencionados, recibirá un solo
peso por parte del Estado” (Pégate Ya, 2014: s/p).
Otro medio virtual informativo haciendo una descripción de los comités
inscritos en el país para las elecciones locales de 2011, los calificó bajo el título
de: “Quemados, políticos caídos en desgracia y pocos ciudadanos: los que están
detrás del voto en blanco”, y en la nota de prensa destaca que:
[...] aunque es difícil descubrir las verdaderas
motivaciones de quienes impulsan estos comités, lo
cierto es que varios de ellos fueron candidatos
quemados en otras elecciones o políticos que no
lograron afianzar su poder. Tambn hay varios
casos de políticos polémicos que no lograron el aval
de ningún partido y quizás en venganza o porque
creen que ninguno de los que lo lograron se
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 55
merecen ganar, están apelando al voto en blanco
(Medina, 2011: s/p).
En general, aunque en ninguna de estas oportunidades los comités
promotores, liderados por partidos y movimientos políticos, y grupos de
ciudadanos ha superado el número de votos obtenidos por el voto en blanco en
la casilla general
24
, ni en las elecciones en las que han participado se ha logrado
repetir elecciones, se ha ampliado el debate y opinión de diversos sectores tanto
locales como nacionales, en torno al papel del voto en blanco, los comités y sus
incidencias.
Partidos y movimientos políticos que auspician el voto
en blanco
En Colombia, los partidos y movimientos políticos con personería jurídica
no sólo pueden inscribir candidatos a cargos y corporaciones de elección
popular con el propósito de obtener el cargo o curul, sino promover el voto en
blanco como candidatura inscrita
25
, aunque no de manera simultánea.
Desde que se permitió esta posibilidad, el partido potico que se ha inscrito
ante la Registraduría Nacional del Estado Civil, como promotor del voto en
blanco en las elecciones locales ha sido el partido de izquierda Polo Democrático
Alternativo, con seis comités para en el 2015.
Entre los motivos para no inscribir candidato y promover la candidatura del
voto en blanco, los representantes del partido en el departamento de Bolívar en
donde se inscribieron dos comités, uno para la gobernación y otro para la
Alcaldía de Cartagena, indicaron que no percibían condiciones de igualdad en
la contienda y el voto en blanco daba la oportunidad de enviar un mensaje a la
clase política tradicional (Miranda, 2015); al final el resultado de acuerdo a los
datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil, fue de 3.535 a la Alcaldía y
8.956 a la Gobernación, mientras que las tarjetas marcadas en la casilla general
del voto en blanco correspondió a 27.692 a la Alcaldía, y 55.615 a la
Gobernación.
Los otros comités inscritos como promotores del voto en blanco por el
partido Polo Democrático Alternativo, correspondieron a las elecciones de la
Alcaldía de Buga y Palmira en el departamento del Valle del Cauca, Funza en
Cundinamarca y Yarumal en Antioquia. En ninguna de estas elecciones el voto
24
En las tarjetas electorales debe ir la casilla de voto en blanco y cuando se inscriben comités
promotores además de la casilla general debe incluirse cada comité con su logo en una casilla
independiente. Para efectos de computar el número de votos en blanco estas casillas se suman.
25
Al momento de la inscripción el partido o movimiento político debe aportar el acta que indique
que el órgano que toma la decisión de abanderar la campaña del voto en blanco, es competente
para ello y que la propuesta fue debatida y aprobada de acuerdo a sus reglamentos.
56 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
obtenido por los comités superó al marcado en la casilla general de voto en
blanco.
En las elecciones nacionales, la presidencial del 27 de mayo de 2018, ha sido
la única que ha contado con comité inscrito a favor del voto en blanco, por parte
del naciente Partido Reivindicación Étnica, que además de abanderar la
campaña, incluyendo el tema de pedagogía electoral buscaban posesionarse
como partido (El País.com.co, 2018), aunque los resultados no fueron lo que
esperaban por cuanto de 341.087 (1.76%) marcados en la casilla general del voto
en blanco, este grupo sólo alcanzó 60.312 (0.31%) de los votos válidos. Pese a
ello, el sólo hecho de participar, convocó al debate la figura de los comités y del
voto en blanco en las elecciones presidenciales.
La intervención de los partidos políticos también se ha dado en casos
particulares, como en la elección de los representantes al Parlamento Andino
del año 2014, en el cual, ante el acuerdo de los gobiernos de la Comunidad
Andina de suprimir dicho órgano
26
(El comercio, 2013), y luego de que varios
partidos inscribieran listas, a pesar de que el gobierno de Colombia solicitara a
los partidos y movimientos políticos abstenerse de hacerlo, el Partido Liberal a
través de un comunicado solicitó a su militancia votar en blanco e invitó en igual
sentido a la ciudadanía (RCN radio, 2014). En esta ocasión el voto en blanco
ganó, producto de diferentes factores que no viene al caso analizar.
Otro caso, corresponde a las elecciones del año 2011 cuando el voto en blanco
gana en el municipio de Bello en el departamento de Antioquia frente al único
candidato producto de acuerdos y tácticas políticas de los partidos mayoritarios
y cuya promoción del voto en blanco fue abanderada por partidos y movimiento
minoritarios, entre ellos el de una aspirante al cargo blico que no pudo
inscribirse con las firmas recogidas (Medina, 2011). Parte de la motivación para
escoger el voto en blanco fue consecuencia del rechazo hacia la maniobra
política utilizada para que llegara a las elecciones un candidato único.
Conviene destacar, que el impulso que ha tenido el voto en blanco a través
de los partidos y movimientos políticos por medio de la promoción, ha
correspondido a eventos coyunturales con situaciones particulares de exclusión
de la contienda política a los candidatos o, abstención de inscripción de
candidaturas por falta de garantías, que no corresponde a proyectos políticos
constante en el tiempo.
No obstante, la posibilidad de abanderar el voto en blanco como estrategia
política ante sucesos que puedan percibirse como injustos o por fuera de las
convicciones del colectivo, se encuentra presente, como opción real, viable y
democrática, especialmente en los partidos no tradicionales, de izquierda o con
ideales revolucionarios o transformadores; cuyo impacto dependerá de
posicionar su discurso político del voto en blanco para que canalice el
26
En el 2017 el Parlamento Andino se pronunció rechazando el acuerdo.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 57
descontento social y/o desobediencia civil, de la mano con una agenda política
coherente.
Movimientos sociales
Si bien los partidos y movimientos políticos con personería jurídica han sido
parte de la dinámica electoral promoviendo el voto en blanco; un actor de
relevancia que ha tomado fuerza, son los movimientos sociales, organizados con
un objetivo común, como es el de promover la alternativa electoral del voto en
blanco a través de comités inscritos ante la Registraduría Nacional del Estado
Civil o, como asociados que despliegan su intención de voto por medios
virtuales, en el marco de la llamada democracia 2.0, que promueve la
participación virtual de la ciudadanía en las acciones de gobierno.
Teniendo en cuenta que son varios los requisitos para inscribir la
candidatura del voto en blanco como comité independiente, el único que ha
cumplido con las exigencias normativas ha sido el movimiento denominado “La
Voz de la Consciencia” para las elecciones del 2011 al Concejo Municipal en
Santa Marta, el cual obtuvo solamente 49 votos, en contraste con la casilla voto
en blanco que registró 7.193 de 158.087 votos válidos de acuerdo a los datos de
la Registraduría Nacional del Estado Civil.
En medio de las dificultades que representa para las colectividades reunir
los requisitos para promover el voto en blanco como comité inscrito, muchos
han preferido realizar las campañas a través de medios virtuales, especialmente
en las redes sociales, además, para evitar ser señalados de perseguir los dineros
del Estado con la reposición de gastos.
Entre los grupos promotores se destaca la fundación “Manos Limpias”,
creada en el 2011 con el objeto de luchar contra la corrupción a través de la lucha
pacífica y la resistencia civil con actividades simbólicas, como la marcha contra
la corrupción, llamada la marcha de los antifaces, la corzotón y los premios
carroña que entregan todos los años, y que en 2013 deciden tomar la vocería del
voto en blanco, en alianza con pequeños movimientos de todo el país (Javeriana
Estero Cali, 2014).
Para las elecciones al Congreso de 2014, la fundación “Manos Limpias”
realiza una campaña pedagógica con el objetivo de impulsar una reforma que
otorgara al voto en blanco curules sin ocupar en el Congreso de la República
(Azuero, 2013). Con los resultados obtenidos por el voto en blanco un poco más
del 5%, continuaron su campaña en las elecciones a la presidencia de ese mismo
año que contaba con dos fuertes oponente: el presidente Juan Manuel Santos,
que buscaba la reelección y Oscar Iván Zuluaga candidato de Álvaro Uribe
Vélez. A pesar de que las encuestas vaticinaban una votación en blanco
histórica, el impulsor del voto en blanco con el movimiento Manos Limpias,
reconocía las desventajas de promover el voto en blanco sin inscribirse como
comité, por cuanto su promoción estaba limitada a las redes sociales, que
58 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
llegaban a un máximo de dos millones de personas, frente a los candidatos que
contaban con las garantías de publicidad de la propaganda electoral, dadas por
el Estado (Bonces, 2014), en esta ocasión el porcentaje del voto en blanco en la
primera vuelta fue del 5.98 %.
Por otra parte, se encuentran las comunidades de las redes sociales que
también se han convertido en movimientos promotores del voto en blanco como
espacios de opinión, que difunden y comparten información pedagógica sobre
esta opción electoral. Una de ellas es la conformada por más de quinientos
voluntarios que viven en el exterior y surgió en el 2014, cuando varios miembros
de la red de Facebook “colombianos en el exterior” manifestaron no estar de
acuerdo con los candidatos presidenciales y luego de descartar la abstención,
estudiaron como solución el voto en blanco (Saavedra, 2018).
Para la elección de los parlamentarios andinos del 2014 se evidenciaron
varios movimientos promotores del voto en blanco en las diferentes redes
sociales que llamaban la atención sobre las desventajas de la institución.
También se cuentan los movimientos sociales que sin estar inscritos como
comités ante la Registraduría Nacional del Estado Civil, ni efectuar promoción
en medios virtuales, han realizado campaña electoral a través de sus propios
espacios y medios comunitarios, como el surgido en la elección de escogencia
de alcalde en Tinjacá en el departamento de Boyacá, municipio con una
población de un poco más de tres mil habitantes, cuya decisión de votar en
blanco según lo reseñado por diferentes medios de comunicación, fue producto
de la dinámica electoral y política. Por una parte, uno de los candidatos fue
declarado inhábil por el Consejo Nacional Electoral un mes antes de las
elecciones, hecho que un sector de la comunidad interpretó como estrategia
política para apartar de la contienda al médico Félix Roberto Sierra Sierra,
(Castillo, 2015) y, por la otra, fue consecuencia del descontento por el proceder
político y administrativo del alcalde de turno, y de los dirigentes políticos (RCN
radio, 2015). En esta ocasión el voto en blanco ganó y obligó a repetir
elecciones.
27
Igualmente, colectivos promotores a favor del voto en blanco, no sólo han
liderado la difusión, sino que se han transformado en movimientos con
aspiraciones electorales, como el caso del Movimiento Blanco por la Paz,
producto de la promoción del voto en blanco en el 2010 que, a través de la
recolección de firmas, impulsó la candidatura de René Antonio Flórez
Castellanos aspirante a la Cámara de Representantes en el 2014.
Los movimientos ciudadanos, sea que estén inscritos o no, son una muestra
de participación política supra-electoral, que han aportado en la divulgación del
voto en blanco, sus alcances y poder político; lo que representan una fuerza de
opinión y esfuerzo social, con el potencial de gestar en el futuro reformas
27
En las nuevas elecciones fue elegido alcalde Felix Roberto Sierra Sierra y el voto en blanco
sólo obtuvo 8 votos.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 59
sociales y políticas, a partir del sentido que le otorga la sociedad al voto en
blanco y que configura el imaginario social del descontento endémico, sin
descartar el sufragio como forma de expresión política.
Escenarios de opinión
A nivel local, una elección particular en Colombia en donde la opinión
pública fue el motor de la decisión de votar en blanco corresponde a la elección
de gobernador en el departamento del Cesar del año 2003, donde luego de
desistir dos posibles aspirantes al cargo público por falta de garantías, se
encontraron los electores con un único candidato. Sin embargo, la molestia de
la ciudadanía y la decisión de votar en blanco no radicaba por sí sola en que no
hubiera contendores electorales, sino en la manera como se había gestado la
candidatura única de Hernando Molina Araujo
28
, producto de la incidencia
paramilitar señalada de evitar la inscripción de Cristian Moreno Panezo y
Abraham Romero Ariza. Si bien el voto en blanco no ganó en el Cesar, si alcanzó
en esa ocasión la histórica cifra de 70.138 (33.42%) de los votos válidos, sin
contar las 52.707 tarjetas no marcadas y 2.002 de votos nulos según datos de la
Registraduría Nacional del Estado Civil y, en su capital Valledupar, los votos
blancos fueron de mayoría con 40.701 frente a los obtenidos por Hernando
molina con 39.851(El Tiempo, 2003). En el siguiente periodo electoral Cristian
Moreno se presentó como candidato y ganó.
En el escenario nacional, las únicas elecciones mayoritarias del voto en
blanco han correspondido a la escogencia de parlamentarios andinos, de los
años 2010 y 2014, por lo que resulta relevante analizarlo por las motivaciones
particulares que produjeron sus elevados porcentajes.
Para el año 2010 si bien no ganó por mayoría absoluta superó los números
de la lista más votada y fue en términos generales consecuencia del poco
conocimiento que tenía la ciudadanía de este organismo, así como de la función
que ejercerían los cinco parlamentarios andinos a escoger. En la elección del
año 2014 además del persistente desconocimiento de la ciudadanía sobre este
organismo, en septiembre de 2013 la canciller María Angela Holguín anunciaba
que el 19 de septiembre se había tomado la decisión, en Lima Perú en el Consejo
Andino de Ministros de Relaciones Exteriores de la Comunidad Andina de
Naciones, de terminar con el Parlamento Andino
29
(El Comercio, 2013), y como
consecuencia el gobierno invitaba a no inscribir listas, sin embargo, seis
partidos se inscribieron.
28
La Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Penal, condenó en el año 2010 a Hernando
Molina Araujo, por el delito de concierto para promover grupos armados al margen de la ley, por
los acuerdos con el bloque norte de las autodefensas a cargo de alias Jorge Cuarenta, con los que
obtuvo la candidatura única (Corte Suprema de Justicia Sala Penal, 2010).
29
En el 2017 el parlamento andino se pronunció rechazando el acuerdo.
60 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Como aspecto relevante, el llamado a votar en blanco no sólo se hizo desde
los partidos que no inscribieron listas, sino desde los movimientos sociales a
través de campañas en medios virtuales y, en especial, se alzaron voces de
opinión que se difundían por las redes sociales, invitando a votar en blanco
señalando de inoperante e inútil el Parlamento Andino, y del costo económico
que implicaba para el país estos cinco cargos.
Conviene destacar que en este caso a los votantes blancos no les interesaban
los efectos políticos de convocar a nuevas elecciones, sino de rechazar las
elecciones del Parlamento Andino y exigir su eliminación.
Imaginario social en torno al voto en blanco
Cuando hablamos de imaginario social, nos referimos al sentido que le
otorga la sociedad a cada una de sus manifestaciones y comprende la realidad a
través de “representaciones colectivas” (Pintos, 1995: 8), cambiantes,
diferenciales y modificables, tanto en el tiempo como en el espacio, que [...]
crean un mundo propio [...]” (Castoriadis, 1997: 9), lo que significa, que su
sentido sólo se comprende en función de las particularidades de la misma
sociedad.
De acuerdo a lo anterior, es necesario identificar el discurso político que se
desarrolla alrededor de lo que se comprende como voto en blanco. La versión
más generalizada, tanto a nivel institucional como de actores políticos, proviene
de la directriz trazada por la Corte Constitucional que lo refirió como: “[...]
valiosa expresión del disenso a través del cual se promueve la protección de la
libertad del elector [...](Corte Constitucional, 2011: s/p), comprendiendo a:
[...] una forma de participar en política y expresar inconformismo frente a las
candidaturas de una determinada contienda electoral” (Corte Constitucional,
2015: s/p), capaz de producir la exigencia de nuevas elecciones y, en las
elecciones unipersonales, cambios en el ámbito de los actores poticos en el
evento de ganar por mayoría absoluta.
A pesar de éstos postulados, que no pregonan al voto en blanco como la
solución o consecuencia de las circunstancias políticas, electorales y mucho
menos como opción transformadora de realidades políticas, sino como una
herramienta de participación política y opción alternativa al momento de tomar
una decisión electoral, que tiene una posibilidad lejana pero viable de ganar en
las elecciones unipersonales y locales, y nada recomendable “materialmente” en
elecciones de corporaciones públicas; en el común de las personas el discurso
trasciende a la dimensión “simbólica” que le comporta un sentido más heroico
y esperanzador.
En la dinámica electoral y en el marco del debate político, el voto en blanco
ha cobrado fuerza con un discursos que le atribuye cualidades diferentes a las
institucionales, y uno de ellos lo postula como herramienta política que se
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 61
impulsa para evidenciar las desafecciones, descontentos y protestas como vía
para promover cambios en la estructura del sistema político, como sucedió en
las elecciones del año 2014 de los cuerpos colegiados del Senado y Cámara de
Representantes y, a la presidencia y vicepresidencia de la república, en donde
algunos promotores del voto en blanco más que perseguir nuevas elecciones, lo
percibieron como herramienta capaz de legitimar la convocatoria a una
Asamblea Nacional Constituyente, que diera paso a una nueva Constitución
Política (El Universal, 2014), así como la posibilidad de presentar y exigir con
una cifra mayoritaria de votos en blanco, una reforma política que permitiera
que en las corporaciones públicas los votos en blanco adquirieran curules que
nadie ocuparía (Azuero, 2013), propuesta similar a lo que en España lidera el
partido Escaños en Blanco. Este discurso, fue el que convocó a votar en blanco
en las elecciones del Parlamento Andino de los únicos dos periodos 2010 y 2014.
Por otra parte, en las elecciones legislativas en la que se escogen senadores
y representantes a la cámara que conforman el Congreso de la República, el voto
en blanco que ha sido concurrente en las últimas dos elecciones (2014 y 2018),
se ha identificado como un instrumento para combatir algunos flagelos como la
corrupción, visibles tanto en las campañas promotoras del voto en blanco, como
en las opiniones de la ciudadanía.
Un ejemplo de esta significación lo componen las redacciones presentadas
como notas de opinión, publicadas en los diferentes medios informativos
virtuales, que señalan a manera de ideas recurrentes: [...] los ciudadanos
común y corriente, podemos echar mano para hacer efectiva nuestra protesta
contra la clase dirigente del país y sus partidos, que nada hacen para lograr
el bienestar de la mayoría: el voto en blanco(Parra, 2014: s/p). [...] el voto
en blanco es la herramienta real para que las personas que están indignadas con
la corrupción, la politiquería, los falsos positivos, las chuzadas, el desempleo o
la falta de oportunidades puedan construir una sociedad en paz, [...].” (Acevedo,
2016: s/p). “Oja líderes sociales, sindicatos, empresarios, estudiantes,
indígenas, abstencionistas, hombres y mujeres escépticos o temerosos tomaran
el liderazgo y castigáramos con voto en blanco a los corruptos” (Arcila, 2017:
s/p); y con el título “Voto en blanco, el reflejo de la indignación contra la
corrupción,” expresa enfáticamente:
“Por ello como ciudadana, mujer y académica no
puedo guardar silencio y simplemente votar sabiendo
que el resultado será el mismo, es decir “los mismos
congresistas con la misma corrupción”; siento que me
duele mi patria y por tal razón me estoy pronunciando.
Para decir que el único camino es votar en blanco”
(Pardo, 2018: s/p).
Además, de su significado político, que comprende la movilización de una
sociedad que participa activamente en la política electoral, las consideraciones
62 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
de opinión que tiene la ciudadanía referente al papel que puede desarrollar el
voto en blanco le otorga un relevante sentido motivador para determinar una
decisión.
Así las cosas, el voto en blanco se construye en el imaginario social como
alternativa de elección que va más allá de las opciones en juego y, en especial,
como movilizador del descontento, inconformismo y rechazo, creador de
esperanza y transformación política, o al menos, de posibilitador de cambios
paulatinos a nivel político.
Consideraciones generales
A pesar de que a primera vista la motivación para votar en blanco sea la
expectativa de obtener nuevas elecciones con cambio de candidatos, aunque
está en la práctica sólo se aplique a las elecciones unipersonales, es preciso
resaltar que no es la única, por cuanto, la sola idea de rechazar a los candidatos,
las actuaciones arbitrarias de actores involucrados en el desarrollo de las
elecciones o las instituciones y, hasta de promover cambios de tipo
institucional, han sido relevantes para estructurar la decisión de votar y
promover el voto en blanco.
Por otra parte, la percepción de pertinencia, finalidad u objeto del voto en
blanco, se comprende a través del escenario y contexto electoral y político en el
cual haga presencia, así como del discurso que se genere desde los diferentes
sectores, en donde, tanto las campañas electorales de los comités inscritos y no
inscritos, así como de los movimientos sociales y la opinión blica juegan un
papel importante con incidencias diferenciadas por los aspectos coyunturales
de cada elección.
Además, el voto en blanco en el sistema electoral colombiano, no comprende
solamente una muestra de expresión válida, sino la representación de lo que
percibe el votante blanco como herramienta potencialmente transformadora
que incluye el pensamiento crítico y contra-hegemónico en la cultura política
nacional, cuyo ideario social sobrepasa lo dispuesto en el ordenamiento
normativo.
En términos generales, una lectura política del voto en blanco en el sistema
electoral colombiano, contribuye con el fortalecimiento del debate político y
participación política; que ha dado lugar a visibilizar las inconformidades de la
ciudadanía en diversos contextos, en medio de las diferencias sustanciales de
cada uno de los escenarios electorales donde esta práctica ha ganado espacio y
algún protagonismo.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 63
CAPÍTULO IV
SIGNIFICADOS DE LA PARTICIPACIÓN
ELECTORAL EN SU EXPRESIÓN DE
VOTO EN BLANCO EN EL SISTEMA
DEMOCRÁTICO DE COLOMBIA, EN EL
PERIODO 2003-2015
64 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Aspectos preliminares
En el presente capítulo se interpretan los significados de la participación
electoral en su expresión de voto en blanco, en el sistema democrático de
Colombia en el periodo 2003-2015, a partir de vivencias de votantes blancos,
recopiladas a través de entrevistas semiestructuradas que dan cuenta de los
saberes, experiencias y sentimientos como parte de la cultura política electoral
impregnada de representaciones sociales y significaciones, plasmadas en un
esquema general y cuatro particulares, desarrollados a partir de temas
centrales, categorías y subcategorías y examinado desde dos enfoques: 1. Desde
el sujeto votante blanco y 2. Desde el objeto voto en blanco.
En lo que respecta al sujeto, se analizan los sentimientos, como
componentes que inciden en la construcción de la decisión electoral del voto en
la postura “blanco”, sentimientos fundados en la percepción política que
refieren los votantes de temas como la política, políticos y partidos políticos, así
como la auto identificación de estos votantes como ciudadanos políticos y de los
intereses que motivan y trazan objetivos en la alternativa del voto en blanco.
Desde la mirada del sujeto, también se estudia lo referente a la educación
política, identificando los conocimientos del sentido común en el tema del voto
en blanco, las fuentes del conocimiento y de las relaciones sociales que se tejen
en la cultura del voto en blanco, así como los desafíos para el libre ejercicio
democrático de la decisión alternativa electoral y, consecuentemente, el
fortalecimiento de esta cultura política.
Además, se examinan los criterios que tienen en cuenta los votantes blancos
para definir su postura política en lo que respecta a temas políticos de relevancia
de acuerdo a las dinámicas electorales, que comprende el sistema político, los
políticos, los partidos políticos y la política en general.
Respecto del objeto, se dinamiza el estudio identificando las significaciones
de la participación política de los votantes como ciudadanos en las diferentes
manifestaciones decisionales de una contienda electoral, para llegar a las
representaciones sociales y significaciones particulares en torno al voto en
blanco, la identificación de la decisión como postura política trazada por un
componente estructural y coyuntural de la emergente cultura del voto en
blanco, y los mensajes desprendidos de la participación electoral a través de la
opción en “blanco”.
Para hablar de significados del voto en blanco, como alternativa de
participación política electoral de los ciudadanos, en el sistema democrático de
Colombia y como parte de una cultura emergente, es necesario remitirse a dos
aspectos puntuales: primero, a las representaciones sociales que dan forma y
sentido a la alternativa electoral; y, segundo, a la cultura política que abarca el
cúmulo de las significaciones sobre la política y lo político.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 65
En primer lugar, las representaciones, de acuerdo a lo conceptualizado por
Hall, son [...] la producción de sentido de los conceptos en nuestras mentes
mediante el lenguaje” (1997:4). Este sentido primero es construido por parte de
los sujetos y luego socializado por los miembros de una cultura. Y en el marco
de las representaciones sociales es:
[...] la manera cómo nosotros, sujetos sociales
aprehendemos los acontecimientos de la vida diaria,
las características de nuestro medio ambiente, las
informaciones que en él circulan, a las personas de
nuestro entorno próximo o lejano. [...] Este
conocimiento se constituye a partir de nuestras
experiencias, pero también de las informaciones,
conocimientos y modelos de pensamiento que
recibimos y transmitimos a través de la tradición, la
educación y la comunicación social. De este modo,
este acontecimiento es en muchos aspectos, un
acontecimiento socialmente elaborado y
compartido” (Jodelet, 1984: 473).
Por todo ello, el complejo de percepciones, ideas, pensamientos,
conocimientos, intereses, motivaciones, relaciones y sentimientos, entre otros,
desarrollan el criterio de lo que el sujeto votante blanco, relaciona con su
experiencia y aporta sentido a su decisión.
En segundo lugar, las significaciones producto de las representaciones
sociales, del fenómeno político de la participación electoral a través del voto en
blanco, integran en el sistema democrático, la evidencia de una cultura política
emergente de acuerdo a la dinámica de los últimos años.
Para ello, conviene aclarar además lo que se conoce por cultura política;
comenzando por cultura, que se puede definir como: “Conjunto de modos de
vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico,
industrial, en una época, grupo social, etc.” (Real Academia Española, 2017:
s/p) y entre sus diferentes acepciones, política es: “Actividad del ciudadano
cuando intervine en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de
cualquier otro modo” (Real Academia Española, 2017: s/p). Sin embargo, al
mirarla por separado no nos proporciona mayores luces de lo que integra el
concepto de cultura política, y para ello es preciso mencionar que la noción:
Cultura Política nace y se desarrolla en la década
del 60, como un modelo alternativo a las premisas
marxistas sobre la política. Este enfoque alternativo
intenta explicar desde una mirada psicocultural los
fenómenos políticos, buscando unificar las
interpretaciones más psicológicas del individuo
(orientaciones), con una mirada más macro de la
66 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
realidad política (instituciones políticas)” (Millán,
2008:43).
Otros autores indican que: Cuando hablamos de la cultura política de una
sociedad, nos referimos al sistema político que informa los conocimientos,
sentimientos y valoraciones de su población” (Almond y Verba, 1963:180);
ampliada a la comprensión de una cultura potica “dinámica”. Por su parte,
Schneider y Avenburg expresan que la cultura potica refiere a: “La matriz de
significados encarnados en símbolos, prácticas y creencias colectivas" (2015:
127).
En esta dinámica es posible comprender el voto en blanco como cultura
emergente en el sistema político electoral de Colombia, a través de las
significaciones producto de las representaciones sociales, creadas por
sentimientos, conocimiento común o natural, información, intereses,
percepciones, entre otros aspectos simlicos, que aportan los sujetos que
participan activamente de la política-electoral, cuya decisión alternativa de
escogencia, se materializa en la opción “voto en blanco”.
Por otra parte, no es posible interpretar el significado de la participación
electoral en su expresión voto en blanco como cultura emergente, por fuera de
la experiencia del votante blanco en la dinámica política-electoral, en cuanto,
no existe votante blanco sino en los términos del ejercicio de su participación
en un proceso electoral. Sin embargo, su entender no se limita a la
materialización de su decisión “voto en blanco” sino que integra, igualmente,
los significados de la construcción de la decisión, la ejecución como parte de una
postura política defendida en su entorno social y familiar, junto al objeto que
persigue. Al respecto Jodelet, también señala:
[...] la representación social se define por un
contenido: informaciones, imágenes, opiniones,
actitudes, etc. Este contenido se relaciona con un
objeto: un trabajo a realizar, un acontecimiento
económico, un personaje social, etc. Por la otra, es la
representación social de un sujeto (individuo, familia,
grupo, clase, etc.) en relación con otro sujeto” (1984:
473).
En efecto, la participación electoral comprendida como el ejercicio de
hacerse parte en un proceso de elección, integra tanto una dimensión intrínseca
en la que se concibe como un valor (un fin) en cuanto su objetivo es “participar”
y una dimensión extrínseca que comprende un sentido instrumental (un medio)
para “elegir” a sus representantes (Nohlen, 2004), dimensión que depende de
la dirección en que el votante blanco oriente su intención; resultado de los
intereses, educación política, percepción y sentimientos que le evoquen temas
como la política, los políticos, los partidos políticos, y del sistema político en
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 67
general, y de la influencia que ejerza la familia, grupos sociales y medios de
comunicación, entre otros aspectos de interés.
Análisis e interpretación de resultados
A fin de identificar e interpretar los significados de la participación electoral
en su expresión voto en blanco en el sistema político-electoral de Colombia,
entre los años 2003 y 2015, como parte de la cultura potica, se realizaron
entrevistas semiestructuradas, con preguntas abiertas y flexibles que orientaron
tres dimensiones constitutivas del fenómeno de estudio: 1. Saberes
(conocimiento del sentido común) 2. Experiencia y 3. Sentimientos, con la
participación de 10 informantes que compartían la experiencia de votar en
blanco en diferentes certámenes electorales de escogencia de listas y candidatos
o, a ocupar cargos públicos entre los años 2003 y 2015.
Tabla 1. Características de la población de estudio
Características
Total
n
10
Edad
43,4
Masculino (%)
50
Femenino (%)
50
Ciudad
Valledupar (%)
50
Barranquilla (%)
20
Cúcuta (%)
20
Ciudad de Panamá (%)
10
Pertenencia a grupo político (%)
Si (%)
0
No (%)
100
Afinidad Política
Grupo Político (%)
20
Movimiento Político (%)
10
Ninguno (%)
70
: Promedio, %: Porcentaje Elaboración propia (2018).
68 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Se analizó la entrevista de 10 participantes
30
, 5 mujeres y 5 hombres, de
diferentes partes del país cuya residencia actual comprendió la ciudad de
Valledupar 50%, Barranquilla 20 %, Cúcuta 20% y Ciudad de Panamá 10 %
31
,
con promedios de edad de 43.4 os, en donde ninguno de los participantes
pertenecía a algún grupo político, y de ellos el 70% no refiere afinidad política y
el 30% con inclinación por grupos o movimiento políticos de izquierda.
El procesamiento de la información se desarrolló a través del programa Atlas
Ti, separando los datos con digos tanto in vivo, esto es, fieles a lo expresado
por los informantes, como códigos libres propuestos de acuerdo a la idea
analizada, para luego agrupar los códigos en subcategorías y finalizar con
categorías que correspondían a temas centrales desde la mirada del sujeto
votante blanco y objeto voto en blanco. Para efectos de organización se
enumeraron cada uno de los códigos de acuerdo a la agrupación de mayor a
menor, así los códigos que pasaron a ser categorías se les enumeró con un sólo
dígito, las subcategorías con dos dígitos y sucesivamente; conviene aclarar que
los números dados a las categorías no van en orden de importancia, sólo fueron
señalados para efectos de análisis.
Con la información codificada y categorizada se estructuró la relación de
ellos en un esquema central (E.1) y cuatro específicos (E.2 al 5). En cada
esquema los digos además de la numeración, incluyen su nombre y citas
relacionadas y cada uno posee un color por densidad y fundamentación.
30
Se utiliza el código nemotécnico (I. del 1 al 10) para referir las citas de los informantes del 1
al 10.
31
Como referencia de residencia del informante al momento de realizar la entrevista, no
comprometiendo las directrices de la investigación, por cuanto el entrevistado es colombiano, que
refiere su experiencia en las elecciones nacionales, de la que participa permanente en blanco.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 69
Esquema 1. Significados de la participación electoral en su expresión voto en
blanco, como parte de la cultura política emergente.
Elaboración propia, basado en la tecnología Atlas Ti. (2018).
70 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Descripción explicativa general
El esquema mero 1, de manera descendente en un primer momento
despliega los sentimientos que hacen parte del votante blanco, frente a temas
como la política, partidos políticos y los políticos, y desciende en la figura del
sujeto del cual se desprende su auto-identificación como ciudadano, y los
intereses que persigue como votante en la opción voto en blanco, del cual se
despliegan, la educación política y los criterios de la decisión; esta tercera
sección es la más compleja por cuanto la información dada por los informantes
aportó una serie de relaciones que aunado con los sentimientos, forman parte
de la construcción de la decisión de votar en blanco, asociada tanto a la
educación política como al análisis que se realiza de sus percepciones como
agente potico, vinculados a un cuarto segmento referido a la participación
política-electoral que comprende unas significaciones independientes y
desciende a la conclusión de su decisión “voto en blanco”, con sus propias
representaciones y significaciones, que concentra, además, una postura política
que puede ir de lo ocasional a lo permanente, emitiendo mensajes,
especialmente de desacuerdo y rechazo a las opciones del sistema político en
una coyuntura electoral determinada.
Significados de la participación en su expresión voto
en blanco, desde el sujeto (E.1), Categoría - Votantes
blancos (1)
Votante blanco (1), Subcategoría - Sentimientos (1.1)
Los votantes blancos entrevistados refirieron sentimientos negativos como
estar: defraudados, decepcionados, tristes, inconformes, frustrados y
desconfiados, respecto de los partidos políticos, los políticos (candidatos y
gobernantes), el ejercicio de la política actual y gobiernos, así como aspectos
generales referidos al conflicto social, las poticas sociales y económicas, y al
sistema político como totalidad dialéctica.
Los sentimientos fueron señalados en asocio a cuatro circunstancias
particulares:
Motivo para votar en blanco.
Concepto referencial respecto de los partidos tradicionales y
políticos.
Percepción de la realidad del país.
Motivo para participar de las elecciones y alejarse de la
abstención (en la medida que necesitan expresar estos sentimientos a
través de su voto).
A este respecto, se destaca que los sentimientos de los votantes blancos
representan una parte de lo que expresan al votar en blanco, tal como se
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 71
evidencia en el E.1, a través del código mensajes (5.4)
En un análisis comparativo, sobre el comportamiento electoral en Brasil, se
observan los mismos rasgos: “[...] al ver crecer sus sentimientos de impotencia,
angustia, decepción por la política, terminan anulando el sufragio, votando en
blanco” (Vitullo, 2002: 229). Lo que indica que esta desafección por el manejo
político del país, expresada en sentimientos por parte de los votantes, refiere
una característica común de esta cultura política del voto en blanco.
Votante blanco (1), Subcategoría - Interés (1.2)
Al analizar tanto las motivaciones, como los comentarios generales que
realizaban los entrevistados sobre sus concepciones y posiciones políticas, se
observó cómo hallazgo emergente que el digo (interés general) se repitió
constantemente en 9 de los 10 informantes.
Se destacan de sus narrativas:
“Si no encuentro un candidato con las suficientes propuestas y
con la suficiente hoja de vida limpia, eh, que me inspire confianza y que
sepa que va a trabajar, por un bien común, normalmente, termino
votando en blanco” (I.4).
“Ninguno me parecía que tendría la posibilidad de mejorar el
país” (I.6).
“Para un país es equidad, equidad en todo, que todos tengan
acceso a las cosas, que los servicios públicos sean accesibles a todas las
personas” (I.5).
“Lucha contra la desigualdad, contra la pobreza,
el hambre y la miseria, que es lo que le va quedando a la
clase trabajadora y al campesino, entonces se encuentra
con que ya es este voto en blanco se puede ajustar a una, a
un proyecto ideológico que estén desarrollando gente
nueva” (I.9).
Con esta subcategoría se evidencian valores ciudadanos, poco comunes en
medio de las difundidas dinámicas clientelistas en Colombia, que comprende
la: “[...] relación que se da entre el jefe político y el elector, a nivel local regional
y nacional, en donde cada uno busca obtener sus propios dividendos” (Barón,
2015:258).
Estos son los valores que se espera de los ciudadanos políticamente
comprometidos con la construcción de país, por ello lo refieren como: “[...] un
cometido urgente trabajar para construir una ciudadanía activa y crítica, no
apática a los procesos de adopción de decisiones políticas, consciente de la
prevalencia del interés general” (Pardo, 2011:78).
72 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Por otra parte, al mirar en conjunto el interés, con el vínculo partidario en la
que los informantes unánimemente indicaron no pertenecer a ningún
movimiento o partido político, y la afinidad política en la que sólo 3 informantes
refirieron afinidad por partidos o movimientos políticos, se evidencia que el
sentido participativo y de interés general de los votantes, no se encuentra ligado
exclusivamente a vínculos partidistas, comportando un hallazgo que confiere
un valor agregado a la cultura de voto en blanco en Colombia.
Por tanto, de acuerdo a esta categoría, participar electoralmente a través de
la figura del voto en blanco, representa para sus protagonistas, compromiso
social con la democracia en pro de un objetivo común, independiente de los
resultados.
Votante blanco (1), Subcategoría - Auto identificación (1.3)
Esta subcategoría surgió de la manera como los entrevistados se describían
o describían a sus pares, al referirse a la postura política electoral de voto en
blanco, siendo la más concurrente la calificación de ciudadano “consciente” y
“convencido” asociando su voto, al producto de un análisis, crítico y libre, como
se evidencia en el análisis de la categoría criterios (3).
Se destacan de sus narrativas:
“Cuando voto en blanco lo hago convencida de que esa es la
propuesta que estoy presentando” (I.8).
“Pero yo estaba convencido de que el voto en blanco en estas
elecciones era necesario en este país” (I.5).
Un millón de veces, escogería nacer en Colombia, soy una
persona patriota, nacionalista, que, que defiendo lo de Colombia” (I.5).
“El voto en blanco refleja ese, ese, ese, porcentaje electoral que
quiere verdaderamente un cambio y, creo yo, que es un porcentaje a
consciencia que no está ligado a ninguna campaña política” (I.6).
“El voto en blanco es consciente” (I.9).
Estas referencias coinciden con un estudio comparado de los votantes
blancos en España: “Los resueltos a votar en blanco han determinado su
decisión de forma más diligente, con menos inseguridad y menos dudas”
(Bobillo, 1988: 75). Si bien, no es objeto del presente trabajo, ubicar un perfil
del votante blanco, los resultados que surgieron, integran la orientación de la
cultura voto en blanco a través de los sujetos que participan activamente de las
elecciones, con algunos aspectos fundamentales en la toma de la decisión
política electoral.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 73
Significados de la participación en su expresión voto en
blanco, desde el sujeto, Categoría - Educación política (2)
Esquema No 2. Educación Política
Elaboración propia, basado en la tecnología Atlas Ti. (2018).
El esquema comprende tres dimensiones, a saber: 1. Conocimiento (2.1) del
sentido común sobre el voto en blanco, esto es, información y conocimiento
asociados a derecho constitucional y efectos jurídicos; 2. Fuente (2.3) primaria
de esos saberes, y; 3. Desafíos (2.2) percibidos por los votantes blancos, que
hacen parte de la categoría emergente, educación política.
La educación política, refiere no sólo los conocimientos adquiridos por una
persona a través de una formación escolar, sino todo el cúmulo de conocimiento
que denominan “natural”, recibido de la familia, como: “La primera experiencia
de cada uno con la cultura política” (Entwistle, 1977: 20), de los entes políticos,
comunitarios, medios de comunicación, documentos y demás; que le permiten
analizar y tomar decisiones sobre los fenómenos políticos en favor de los
intereses que persiga; por ello la educación “Como proceso de conocimiento,
formación política, [...] es práctica indispensable y específica de los seres
humanos en la historia como movimiento, con lucha” (Paulo, 2001: 16), de ahí
que sea necesario abordar el tema de los desafíos de cultura política del voto en
blanco como parte de los mismos significados que permiten entender la
participación política en el sistema electoral colombiano, compartiendo lo
señalado por Entwistle, quien postula: “En relación con la cultura política, la
educación exige la adquisición de conocimientos y el desenvolvimiento de
aptitudes necesarias para el análisis crítico del sistema político y del
comportamiento de los políticos” (1977: 22).
74 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
Educación política (2), Subcategoría - Conocimiento (2.1) y
Fuente (2.3)
En el tema de conocimiento natural, aunque algunos entrevistados
refirieron saber poco, se observó que el voto en blanco fue conceptualizado
fácilmente como un derecho constitucional, que hace parte de la democracia,
representado en una opción alternativa electoral (C. 5.1.5).
“Es un mecanismo de participación que establece la
Constitución” (I.2).
Porque ahora mismo nuestra Constitución, nuestras leyes, nos
permiten que nosotros podamos votar en blanco [...] es un mecanismo,
algo que es necesario en una democracia, en un estado de derecho,
como nosotros tenemos” (I.5).
“Es esa opción que nos da la Constitución, la ley para
manifestar el punto de vista contrario al candidato” (I.8).
“Creo que como desde educación cívica, en el colegio le
hablaban a uno que había un derecho a votar y que dentro de estas
opciones estaba el voto en blanco” (I.3).
Además, mayoritariamente los informantes manifestaron conocimientos
jurídicos- políticos básicos del voto en blanco. En tanto, afirmaron:
“Por ley se entiende que, si gana el voto en blanco, se tiene que
repetir las elecciones” (I.2).
Los candidatos que pierdan en esa elección, pues, no pueden
postularse nuevamente, a esa misma elección y deben inscribirse
nuevos candidatos” (I.4).
“Si el voto en blanco, gana, se tendrían que repetir las
elecciones, nuevamente con otros candidatos” (I.5).
Si el voto en blanco llegara a ganar en unas elecciones eh eh,
sacaría de, o no se podría volver a relanzar los candidatos que estaban
en esas elecciones” (I.6).
“Entiendo que tendría que ser una cantidad mayoritaria para
que realmente generara un cambio político, he oído decir que quienes
estaban de candidatos no podrían volverse a postular pues para ese
proceso en el que estén y si alguna vez lográramos eso deberían
generarse cambios importantes” (I.3).
Al interpretar estos resultados en contraste con la postura política en el
tiempo, esto es, permanente, regular u ocasional, no se encontró relación
alguna, sin embargo, llamó la atención que el informante que manifestó votar
en blanco de manera permanente, refirió efectos jurídicos falsos, lo que significa
que una postura potica de voto en blanco perdurable en el tiempo no es
sinónimo, al menos en estos casos de estudio, de mayor o más amplio
conocimiento jurídico y político.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 75
En cuanto a la fuente primaria de la cual proviene la información sobre el
voto en blanco los entrevistados indicaron mayoritariamente el colegio, seguido
por los medios de comunicación y la familia; no obstante, tanto el principal
impulso para participar políticamente a través de las elecciones, como la
motivación para votar en blanco y el círculo de socialización principal de la
decisión de votar en blanco, provino del código familia, alrededor del cual, se
adelantan y fortalecen estos procesos de participación.
Educación política (2), subcategoría - Desafíos (2.2)
Conviene destacar aquí que esta subcategoría emergió de las
manifestaciones recurrentes de los informantes que mostraron su preocupación
ante la falta de educación política de la población, indicándola como un
obstáculo que impide al voto en blanco ser más representativo.
“Sé que Colombia es un país que le hace falta mucha educación
política, la gente todavía vende su voto por un bulto de cemento,
entonces que el voto en blanco nunca va a ser significativo, nunca
podría suplir la función que realmente él tiene” (I.7).
Los desafíos identificados corresponden a: 1. Superar los mitos alrededor de
los efectos jurídicos del voto en blanco; 2. Ampliar la difusión de lo que
comprende la figura alternativa de participación electoral, a fin de superar el
desconocimiento; 3. Difundir los valores democráticos que permitan evitar
señalamientos negativos hacia los votantes blancos y; 4. Vincular a los políticos
en la promoción de la participación política electoral, a través de todas las
alternativas de escogencia que permite la Constitución Política, en el marco del
fortalecimiento democrático del sistema electoral.
Los informantes refieren, que socializar la decisión de votar en blanco
representa una dificultad, por cuanto, encuentran mitos respecto de los efectos
jurídicos, siendo el más recurrente que el voto en blanco suma al candidato con
mayor votación, y a consecuencia de esta desinformación, sufren alguna forma
de estigmatización social, por cuanto, el ciudadano del común, los tilda de
desperdiciar el voto.
“Han inventado los mismos políticos, y que si votas en blanco
estás perdiendo el voto, porque se lo dan al que van ganando” (I.1).
Los políticos no se van a encargar de difundir algo que puede
llegar a perjudicarlos a ellos mismos” (I.4).
“Desde el núcleo de tu familia, desde la sociedad donde estas,
desde tu trabajo, todos te estigmatizan porque vas a votar en blanco”
(I.5).
“Me sentí perseguida en muchas ocasiones, porque muchas
personas estaban en desacuerdo conmigo, por como yo estaba votando,
según ellos el voto en blanco era pues para algunos el mito que siempre
ha existido, que el voto en blanco suma al candidato que tenga la mayor
76 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
votación o, también, otros decían que eso era prácticamente nada”
(I.8).
“Muy desconocida, para el común de la gente” (I.4).
“El mejor paso que se ha dado es que ya la gente está
conociendo para qsirve el voto en blanco y que no es como nos hacen
creer que el voto en blanco se le suma al candidato que va ganando y,
por eso, mucha gente no vota, pero entonces considero que ese es el
paso más importante que se ha dado con el voto en blanco” (I.10).
Llama la atención que una de las críticas al sistema electoral, es
precisamente que la educación sobre las alternativas al momento de escoger en
una elección se limite a la época electoral, debiendo ser permanente.
Por otra parte, los informantes refieren que el mayor desafío de la cultura
política emergente del voto en blanco ante los ciudadanos del común, y sectores
que asumen la postura de la abstención y los que anulan el voto de manera
intencionada producto del desencanto por la política, son los mitos que han
surgido alrededor de este medio alternativo de participación electoral,
reproducidos por los políticos y ciudadanos.
Al analizar esta subcategoría en conjunto, con la subcategoría de los
sentimientos, auto-identificación e interés general, se observa que los votantes
que toman la opción de voto en blanco tienden a rechazar las prácticas
clientelistas agudizadas en el seno de la sociedad política colombiana.
En conclusión, la participación electoral en su expresión voto en blanco
como cultura política en Colombia, mirada desde la subcategoría desafíos,
significa sostener una postura política consciente y firme.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 77
Significados de la participación en su expresión voto en
blanco, desde el sujeto, categoría - Criterios (3)
Esquema No 3. Criterios del Voto en Blanco.
Elaboración propia, basado en la tecnología Atlas Ti. (2018).
Los códigos representan cada una de las ideas, pensamientos, conceptos,
sentimientos, conocimientos, sobre la manera como comprende el votante
blanco el sistema, la política, sus agentes, entes y acciones alternativas en la
dinámica electoral como parte de los puntos que referencian su decisión de
participar de las elecciones a través de la opción voto en blanco, iniciando por
las dinámicas de los escenarios electorales descritas en su mayoría por los
votantes blancos entrevistados, con alguna descripción fáctica destacable,
pasando por la revisión que hacen de las posibilidades (abstención y voto nulo),
para descansar en cuatro puntos: el sistema político reflejado en la personas que
gobiernan; los poticos candidatizados; la política referida al accionar de los
políticos y a los partidos políticos, unidos por un código común “corrupción”.
“Yo analizo cada candidato que hay, miro, estudio, quienes
fueron, de donde salieron, miro una cantidad de cosas, me gusta
mucho leer y leo y le releo, y busco y miro lo que le dicen, lo que lo
contradicen, busco lo que dicen lo que los apoyan; leo mucho sobre
ellos y en estas elecciones pasadas, al final de haber estudiado yo todos
los candidatos, dije, no, mi voto va a ser en blanco” (I.5).
78 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
“Voto a consciencia, es un voto que no está ligado a ningún
partido político, a ningún favor político, es un voto de inconformismo,
que el ciudadano tiene la oportunidad de expresarse por las
condiciones que cree y que percibe de la actualidad política, social,
económica del país” (I.6).
El resultado de analizar el código criterio, permitió evidenciar que votar en
blanco, no corresponde a un mero acto de pasividad, o desinterés por la política,
como se refiere recurrentemente: “Al igual que los abstencionistas, los votantes
en blanco tienden a ser menos interesados en la política y a no estar afiliados a
un partido político” (García y Cantor, 2016:14) si no, que, por el contrario,
muestra un interés por los temas políticos, y en algunos casos un alto grado de
análisis e investigación ante la postura política alternativa adoptada, cuya
decisión comprende tanto componentes estructurales como coyunturales.
Estos resultados, se encuentran más cercanos a lo señalado por Cisneros
“Mostrando su interés y preocupación por los asuntos políticos” (2015: 60,619),
y Zulfikarpasic que identifica a los votantes blancos de Francia como
interesados en política (2001).
Es importante resaltar que el rechazo o desacuerdo que manifiestan los
votantes blancos entrevistados, ante el manejo político, no está relacionado a
desinterés por la política, muy por el contrario, ese desacuerdo o desafección,
es la base para la construcción de una postura política alternativa, de
participación política-electoral, que puede distar de los partidos o movimientos
políticos tradicionales en Colombia.
Criterios (3), subcategoría - Escenario electoral (3.1)
El esquema planteado (E.3), comienza con el escenario electoral como punto
de partida, por cuanto los informantes refieren su participación como votante
blanco vinculado en su mayoría al tipo de elección, la dinámica electoral y el
manejo político de la elección.
“Fue un rechazo a todo, a todo el proceso como se dio, la
reelección de Uribe; he he, todas las maquinarias para colar una ley que
permitió la reelección de Uribe y luego de Santos, entonces, hee, no
estuve de acuerdo con que, y si lo hicieron fue pa' precisamente, para
reelegir a Uribe, así es que nadie, ninguno de los candidatos iba a ser
capaz, de derrotarlo, entonces en ese momento, voté en contra, por eso
pues. Por el proceso como tal, ósea, estaba contaminado todo el
proceso” (I.4).
“De la elección, de la reelección de Uribe, yo no estaba de
acuerdo con esa reelección entonces yo voté en blanco” (I.2).
“Acá en el Cesar a raíz de la poca garantía que daban para la
participación, pues la gente empezó a promover el voto en blanco como,
como una protesta y fue esto lo que hizo llegar a Hernando Molina a la,
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 79
a la gobernación, ¡pero hubo un voto en blanco!” (I.9).
“Bueno yo he votado en la presidencia, en la pasada, he votado
en las alcaldías, en la Alcaldía pasada vote en blanco, he y por lo general
en los concejos, si en los municipales, casi siempre voto en blanco” (I.5).
“Voté en blanco, en la primera vuelta de las elecciones
presidenciales de hace 4 años, del 2014, no había opción, no compartía
los ideales de ningún de los políticos que estaban ahí en ese momento”
(I.7).
“Voté en blanco en las elecciones presidenciales del 2014, no
estaba de acuerdo con ninguno de los dos” (I.6).
Las respuestas dadas por los entrevistados, respaldan la característica del
votante blanco como, “interesado” en la elección y las dinámicas políticas del
país, y en el desacuerdo frente las prácticas políticas, los políticos y sus
propuestas.
Criterios (3), subcategoría - Voto nulo (3.5) y Abstención
(3.6)
En lo que respecta a las alternativas analizadas ante un rechazo a escoger a
un candidato o lista, se observa que se encuentran tres situaciones, los que
refieren, haber remplazado una posición abstencionista, al voto en blanco, los
que refieren votar en blanco en algunos escenarios y en otros optar por la
abstención y los que rechazan la abstención y el voto nulo.
Situación No 1
“Yo en cierto momento fui abstencionista, fui abstencionista
porque era una forma de protestar, y el voto blanco pues de pronto vino
a, a reemplazar en cierta forma al abstencionismo” (I.9).
Situación No 2
“Decir queee, no voy a votar a que las maquinarias políticas
sigan en el gobierno, es más eso, no creyendo que vaya ser fácil ganar,
no he tenido expectativas de que el voto en blanco gane, ha sido más
un… no voy a poner ni un granito, a que sea uno de ellos el que se
posesione ahí” (I.3).
“Casi no voy a votar cuando son regionales, no me movilizo. (…)
En otra época era más las veces que no votaba que la que votaba, pero
siempre que votaba, había votado en blanco” (I.3).
Situación No 3
Porque estamos en una democracia, entonces yo pienso que el
abstencionismo no dice nada, el abstencionismo puede tomarse como
pereza, puede tomarse como ignorancia, puede tomarse como indiferencia,
80 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
entonces en vez de abstenerse uno, hay un mecanismo que si me va a decir”
(I.7).
“Hay gente que dice, no es que yo anulo el voto, no estás haciendo nada, es
que anulo el voto van a decir es que no supo usar el tarjen, en cambio si
usted vota en blanco tiene su significado, anular un voto es de pronto
ignorancia (I.7).
Queda claro que, en la primera situación, el voto en blanco, representa una
postura política estratégica, por cuanto reconoce un objetivo y el accionar del
informante fue consecuente con el fin pretendido “protestar”, pasando de una
protesta pasiva “abstención” a una activa-participativa “voto en blanco”; el
segundo, se mueve fácilmente entre la abstención y el voto en blanco, para quien
no reviste mayor diferencia en cuando a su objetivo, que es mantener una
postura crítica respecto de los políticos y no aportar a la elección de los políticos
perpetuados en el poder y; el tercero, indica que su voto en blanco es producto
del análisis sobre las alternativas electorales y modos de protestar, y su
conclusión es que el voto en blanco refiere algo, manda un mensaje político,
además los participantes que señalaron esta tercera postura, también
presentaron comentarios vinculados a la participación política electoral como
un compromiso democrático.
Criterios (3), subcategorías: Sistema político (3.1), Políticos
(3.2), Partidos Políticos (3.3) y Política (3.4)
Los entrevistados señalan tres ejes fundamentales motivadores de su opción
electoral, cuyo orden corresponde al número de citas asociadas a los códigos, en
primer lugar, se encuentra el sistema político, como tema autónomo y asociado
a la figura de los políticos como agentes que direccionan el sistema; el segundo
a los políticos, el tercero a la política y el cuarto a los partidos políticos.
“Sí, de rechazo a los que están manejando al sistema político
que tenemos, porque el sistema político que tenemos está manejado por
personas que no tienen la capacidad, y cuando digo la capacidad no
quiero decir la capacidad intelectual” (I.5).
“Es una forma de expresar la inconformidad, es una forma de
protesta, es una forma de decir no estoy de acuerdo con el sistema,
ninguno de los que están me llaman la atención” (I.7).
“La lucha contra la desigualdad, contra la pobreza, el hambre y
la miseria, que es lo que le va quedando a a a la clase trabajadora y al
campesino, entonces se encuentra con que ya es este voto en blanco se
puede ajustar a una, a un proyecto ideológico que estén desarrollando
gente nueva” (I.9).
“En especial, porque da un espacio a que se corrijan algunas
fallas o falencias que se esté llevando a cabo en el sistema, sí, tanto
económico como en sí, el sistema social” (I.10).
“Considero que es para todo el sistema potico, porque
lamentablemente los partidos políticos solo cambian el candidato, no
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 81
cambian su manera de pensar, no cambian su manera de trabajar,
simplemente cambian de candidato” (I.10).
Llama la atención que varios de los votantes, cuando se referían al sistema
político, aclaraban que reconocían y apoyaban el sistema democrático que les
permitía participar de las elecciones y, por ello, direccionaban su desacuerdo a
los gobernantes y candidatos continuistas.
En cuanto a los políticos, los informantes indican tres aspectos relevantes
sobre su postura política como votantes blancos: uno, referido a la persona de
los candidatos, a quienes describen negativamente en su generalidad; dos, las
propuestas que presentan los candidatos en el plano de las elecciones y; tres,
sobre su desempeño político.
En el tema de la persona de los candidatos y políticos en general, todos los
informantes refirieron aspectos negativos, sin embargo, varios señalaron que
existían algunos políticos honestos, y al comparar estas respuestas con la
postura política en el tiempo, se evidenció que de manera coherente los que
indicaron reconocer cualidades particulares, refirieron votar en algunas
ocasiones por candidatos.
“Hay políticos que uno mira que de pronto realmente quieren
un cambio al país, pero la gran mayoría de los políticos buscan
beneficios individuales, enriquecerse, perpetuarse, en la posición,
buscan la autoridad” (I.7).
“Oigo aun político hablar y siento que me está diciendo
mentiras, normalmente, no me inspira confianza” (I.4).
“Si cambiamos esos políticos corruptos, esos políticos que no le
aportan nada al país, que lo que hacen es tumbarlo, yo creo que toda
mejora” (I.1).
“En las elecciones de Gobernación y Alcaldía creo que haber
elegido a las personas que hoy están en el gobierno departamental y
municipal es más de lo mismo y seguir alcahueteando el despilfarro y
la corrupción de la ciudad” (I.6).
“De pronto una forma de decir voté, pero voté en blanco
porque todos son iguales de bandidos corruptos y ladrones (I.9).
En lo referente a las propuestas, el código se repitió en 13 ocasiones y en
relación al desempeño se asociaron 11 citas, evidenciando el relevante valor que
le merece la participación democrática electoral, comprendida en el interés por
conocer y analizar las propuestas de los candidatos, así como el estudio del
desempeño de los políticos, para tomar una decisión.
“Yo las veces que he votado en blanco es porque en realidad no
he estado de acuerdo con ninguna, con la bandeja de propuestas que
ofrecen los candidatos (I.2)
82 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
“La verdad, cuando hay elecciones, cuando me ha tocado elegir,
regularmente, para decidir por quién votar, pues reviso pues la
propuesta y los temas de cada candidato” (I.4).
“En las elecciones presidenciales no, no estaba de acuerdo con
ninguno de los modelos o el plan de gobierno de los candidatos del
2014” (I.6).
“Siempre que para las elecciones miro son los programas de
gobierno independientemente del partido al que pertenezcan” (I.7).
En lo relativo a partidos políticos, mayoritariamente los entrevistados
indicaron aspectos negativos, lo que es una respuesta coherente considerando
que el 100% no pertenece a ningún partido y sólo tres refirieron afinidad con
algún partido o movimiento político (Tabla No 1).
“Yo pienso que la potica en general en Colombia está muy
contaminada de todo, es corrupción de todo tipo, es vinculación de
estos partidos y de los poticos en general con narcotráfico, con todas
las cosas ilegales al margen de la ley” (I.4).
“Los partidos políticos en Colombia es la peor farsa que existe”
(I.5).
“Aquí tenemos partidos para buscar contrato” (I.5).
En cuanto a la política, es relacionada por los informantes, con las malas
prácticas por parte de la clase política, “politiquería”, y a los favores políticos
“clientelismo”; por consiguiente, la desafección que refieren los votantes
blancos, se debe entender dirigida a las actuaciones de los políticos y los
partidos políticos primordialmente.
Conviene destacar que refieren la corrupción como una acción presente en
los partidos políticos, la política y principalmente en los políticos.
En contraste con lo señalado por García y Cantor que afirman: “Al igual que
los abstencionistas, los votantes en blanco tienden a ser menos interesados en
la política y a no estar afiliados a un partido político” (2014:14), se concluye que
los votantes blancos si muestran un interés importante por la política, pero en
una dimensión diferente, esto es, su interés no está ligado a vínculos partidistas,
por lo que se acerca más a lo propuesto por (Cisneros, 2009) quien concluye
que los votantes blancos, a quien refiere como anulistas, de acuerdo a los
efectos jurídicos políticos que comprende la legislación electoral de México, son
ciudadanos que están más interesados en asuntos públicos, con ausencia de
identificación partidista, pero críticos de la labor desempeñada por los partidos.
El conjunto de hallazgos de la (categoría criterios), permiten concluir que los
votantes blancos independientemente de algún nculo o afinidad partidaria,
apoyan el proceso electoral democrático y se preocupan por la política en el país,
sobre la cual realizan un análisis enfocado especialmente en los políticos
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 83
candidatos, con fijación especial en las propuestas que desarrollan en el
contexto de la campaña electoral.
Significados de la participación en su expresión voto en
blanco, categoría Participación electoral (4), subcategoría -
Representación (4.1) y Significación (4.2)
Esquema No 4. Representación y Significación.
Elaboración propia en base a la tecnología Atlas Ti. (2018).
Los votantes entrevistados en su mayoría, otorgaron alto grado de
importancia a participar políticamente a través de las elecciones, confirmando
lo descrito por Nohlen, quien afirmó en su momento: “Por eso es importante
tomar clara consciencia de la topología de este símbolo positivo que es para
nosotros la participación que parece ser un valor dentro de la cultura
occidental” (2004:142).
Sólo un informante refirió practicar la abstención a la par con el voto en
blanco, cuyo aumento de participación electoral en los últimos años fue
consecuencia de la motivación vinculada al código familia.
Es de aclarar que, en estas subcategorías, se analiza la mirada de los
entrevistados, referida exclusivamente a la participación electoral en cualquiera
de sus decisiones, esto es, no circunscrita al voto en blanco.
Como se indicó en las generalidades, las representaciones sociales, están
dadas por el conocimiento de sentido común, condicionado culturalmente, a
partir de la experiencia que integran significados, y en este sentido su puede
concluir que la participación electoral representa, la acción que configuran para
84 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
unos votantes una obligación circunscrita al ámbito de ciudadano y, para otros,
un derecho en función de una posibilidad adquirida por los que ostentan la
calidad de colombianos “de ser parte de algo”, sobre los cuales descansa,
además de la carga de elegir, la de dar valor a la democracia, demostrando con
sus actos que están de acuerdo, con el proceso electoral en el sentido de
institución democrática, como expresión consciente.
Por otra parte, el (código familia) como fuente de la educación política, en
términos generales se encontró asociado a la participación electoral, de acuerdo
a lo que representa y le otorgan sentido los informantes en su rol de ciudadanos,
se destaca que esta relación, no fue significativa cuando se analizó la
participación electoral en su expresión voto en blanco.
Significados de la participación en su expresión voto en
blanco, desde el objeto, categoría Voto en blanco (5)
Esquema No 5. Objeto Voto en Blanco.
Elaboración propia en base a la tecnología Atlas Ti. (2018).
Los significados de la participación electoral en su expresión voto en blanco,
emergen de lo que representa para los informantes y para su estudio, hemos
preferido clasificarlas en cinco dimensiones que proponemos de la siguiente
manera: expresiva, de medio, material, democrática e Instrumental, las cuales
están íntimamente relacionadas con el interés perseguido por cada votante
blanco. Considerando que cada representación contiene su propio significado;
en esta misma clasificación asociamos las significaciones, de acuerdo a los
códigos y citas relacionadas.
Del mismo modo, al categorizar los códigos se evidenció que el voto en
blanco configura una postura política en el tiempo que puede ser coyuntural o
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 85
estructural, y que hace parte de lo que comprende una cultura política crítica y
contestataria, que emite uno o varios mensajes, que en algunos casos pueden
generar una formación discursiva.
Voto en blanco (5), subcategoría - Representación (5.1) y
Significación (5.2)
La primera clasificación de acuerdo a las representaciones referidas por los
informantes, comprenden en una primera dimensión planteada, esto es,
emotiva o expresiva, los sentimientos, deseos, pensamientos que quiere
trasmitir el votante blanco, siendo su objetivo el de comunicación. Dentro de
esta clasificación se agrupa: manifestación (5.1.1), voz (5.1.2), opinión (5.1.3).
“Es como esa voz de protesta” (I.1).
“Es una voz que se escucha” (I.2).
Siempre es una manera de alzar la voz, de levantar la mano
frente a algún acontecimiento que esté sucediendo a nivel nacional o
local” (I.8).
“Es la forma de expresarme yo, a a a esa persona, ese candidato,
a ese partido político, de que no estoy de acuerdo o de que no me
convence sus, sus propuestas” (I.10).
“El voto en blanco es también una manifestación de lo que tu
sientes, ante el sistema, este sistema que nosotros tenemos, en Colombia”
(I.5).
“El voto en blanco, es una forma de uno manifestar el
inconformismo por el continuismo, la situación política que se es
viviendo en determinado país, en el caso de Colombia” (I.7).
“Expresar mi opinión sobre lo creo, sobre las ideas que pueden
mejorar al país” (I.6).
En esta dimensión el voto en blanco cobra sentido de participación política
electoral, por cuanto al votante le interesa que su voto sea escuchado, como
rechazo a lo que considera contrario a sus intereses, otorgándole a su voto un
valor simbólico, por ello, su significado está ligado a la libertad de decidir y
comunicar lo que siente, cree, piensa y se desea en la dimensión política de la
vida social.
“Una libre expresión” (I.10).
“Voto en blanco, es la libertad de una mente que no ha sido
subyugada por las clases políticas de un país” (I.5).
La segunda dimensión que hemos denominado de medio, relaciona la
representación social que hace el votante blanco de su voto, como una
oportunidad (5.1.4) de comunicar lo que desea:
“El voto en blanco para mí siempre es, es como
86 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
la oportunidad de expresarme y expresar esa
misma inconformidad que tenemos muchos
colombianos con el modelo actual de la política,
con los políticos actuales, con los gobiernos
actuales, no solamente nacional, sino
departamental y municipal, que creo, en mi
concepto muy personal, que no se están haciendo
bien las cosas” (I.6).
De esta representación del voto en blanco como una oportunidad, se
destacan diferentes significaciones que se tornan en un sentido más funcional,
tales como: posibilidad de cambio, generador de ideas, construcción de país y
aportar al cambio. En términos generales, representa un poder en manos de los
electores que votan a consciencia, cuyo objetivo es el “cambio” de acuerdo a los
efectos jurídicos, pero también políticos y simbólicos.
“Con la esperanza, de que algún día el voto
en blanco llegue a ganar y y estos políticos lleguen a
darse cuenta queee, que nojoda la gente se está dando
cuenta que estamos haciendo las cosas mal, eso es lo
que me motiva a salir a votar” (I.1).
“El voto en blanco se muestra que hay un
cierto grupo de poder electoral, de personas que están
inconformes y quieren un cambio y eso es lo más
importante que el voto en blanco refleja ese, ese, ese
porcentaje electoral que quiere verdaderamente un
cambio y, creo yo, que es un porcentaje a consciencia
que no está ligado a ninguna campaña política” (I.6).
“Al usted no votar por nadie, las ideas
empiezan a hacer muchas y puede salir algo mejor,
entonces me da tristeza cuando veo que la gente como
que sigue porque, manejan un dicho de que bueno,
este roba, pero roba poquito, y no esa no es la idea,
porque por eso es que el país no avanza” (I.10).
“Entre todos se construye un país, fácil no
lo es, pero estos puntos de vista que hace parte de la
minoría van haciendo historia y van sentando
precedente” (I.8).
“Aportar mi grano de arena a ese cambio
que necesita nuestro país” (I.1).
La tercera dimensión, la democrática, está dada por la manera cómo percibe
el votante blanco su voto, en términos de alternatividad frente a los candidatos
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 87
o listas candidatizadas, reconociendo que esta posibilidad hace parte de la
democracia, como manifestación de su sentir.
“Una opción que tenemos” (I.2).
“Una opción, que nos permite la democracia en Colombia”
(I.4).
“Porque ahora mismo nuestra
Constitución, nuestras leyes, nos permiten que
nosotros podamos votar en blanco y mientras
exista el voto en blanco y cada elección que venga
y no haya un candidato que me llene, tomaré esa
opción, que es válida así la gente no le guste, así
muchos no quieran” (I.5).
Pero estamos en una democracia donde debemos ser activos y
como no estamos de acuerdo con nada de lo hay, hay un voto blanco
que es una opción” (I.7).
“Es esa opción que nos da la Constitución, la ley para
manifestar el punto de vista contrario al candidato” (I.8).
El voto en blanco representado como alternativa electoral, comprende según
lo aportado por los entrevistados, dos significados: apoyo a la democracia y
consciencia. Confirmando el interés que les asiste a los votantes blancos, la
participación política electoral, en el sistema democrático de Colombia,
mediante un voto desvinculado a partidos o movimientos políticos, libre del
clientelismo.
“Termino apoyando la democracia, votando, pero no voto por
los candidatos, sino que voto en blanco” (I.4).
“Es ahí donde tenemos que enseñarle al
colombiano, de que nos importe el país, y de que
entendamos, de que salir a votar es importante en
una democracia, salir a votar es importante en una
democracia, no quedarse en la casa, no quedarse
no, y que es lo que me motiva a a salir a votar
en blanco” (I.5).
“Estamos en una democracia donde debemos ser activos y
como no estamos de acuerdo con nada de lo hay, hay un voto blanco
que es una opción” (I.7).
La cuarta dimensión, condensa la representación de voto en blanco a través
de los sentidos, esto es, desde lo palpable u observable, referido para efectos de
la investigación como “material”, que integra el código casilla (5.1.6) y espacio
(5.1.7).
88 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
“Es una casilla” (I.5).
“Es el único espacio que yo tengo para decir que no estoy de
acuerdo con la maquinaria política y demás, porque no está en mí,
participar ni en manifestaciones, ni en reuniones, ni en otros espacios
para hacerlo” (I.3).
“En especial, porque da un espacio a que se corrijan algunas
fallas o falencias que se esté llevando a cabo en el sistema, si, tanto
económico como en sí, el sistema social” (I.10).
El significado relacionado con esta representación, es el código deber
cumplido (5.2.8), ello como parte de la consciencia de participación
democrática.
“El significado es el deber cumplido, como ciudadano de la
República de Colombia, ¿por qué deber cumplido? porque expresé mi
opinión en este Estado” (I.5).
En la dimensión instrumental, el voto en blanco como objeto representa una
herramienta un tanto simbólica, aunque comprenda el ejercicio práctico de
marcar una tarjeta electoral. Sin embargo, en lo que se refiere a representación
y significación involucra más a la utilidad, que al mero acto de sufragar y en ella
se configura el código Estrategia política (5.1.8), Herramienta (5.1.9) y
Mecanismo (5.1.10).
“Es una herramienta para manifestar mi desacuerdo con esa
gente” (I.1).
“Es una herramienta, muy importante, muy valiosa, en el
proceso de elección democrático en Colombia” (I.4).
“Es un mecanismo que tenemos nosotros los ciudadanos de
manifestar una opinión” (I.2).
“Es un mecanismo, algo que es necesario en una democracia,
en un estado de derecho, como nosotros tenemos” (I.5).
“El voto en blanco fue como darle poder a
cualquiera al que se apropie de ello, que es igual
que la democracia, una palabra que la han
diseñado, como el comodín en un juego de billar o
de, de, de baraja, tiran la carta comodina y todos se
acomodan con ese lineamiento” (I.9).
32
32
Con respecto al digo estrategia política, es necesario aclarar que provino de un votante
blanco (I.9) que tiene una postura política ocasional, coyuntural, que refiere el comentario a una
elección en particular en donde el voto en blanco fue producto de un descontento ciudadano por
permitirse unas elecciones con candidato único, producto de acuerdos paramilitares y que su papel
para esa ocasión, fue el de promotor del voto en blanco.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 89
De manera particular, el voto en blanco pasó de significar, cambio y
transformación social, libertad y consciencia, a ser instrumental funcional y en
ella se asocian dos significaciones: Castigo (5.2.9) y Protesta (5.2.10).
“Es como la forma de darle un tate quieto, a esos que están, los
mismos con las mismas” (I.1).
“Sirve como una protesta” (1.5).
“Es una forma de expresar la inconformidad, es una forma de
protesta, es una forma de decir no estoy de acuerdo con el sistema,
ninguno de los que están me llaman la atención” (I.7).
“Como una protesta” (1.9).
Luego de referir los significados aportados por los votantes blancos,
producto de las representaciones sociales indicadas, que se han ido
desarrollando a través de la cultura del voto en blanco, en el marco de la
participación política-electoral en el sistema democrático colombiano, es
posible concluir que el voto en blanco en sus significaciones sociales-culturales,
supera exponencialmente el sentido como objeto institucional.
En concordancia con lo expuesto por Salamanca: “Creemos que las
elecciones son un mecanismo no solo para elegir gobernantes, sino la vía para
que los ciudadanos puedan realizar sus objetivos dentro de una comunidad
cívica” (2012:19), las elecciones y, en especial, la experiencia de participar en
ellas, representan intereses que sobrepasan el acto de elegir, siendo el voto en
blanco una importante expresión contenida de significados, asociados a éstos
mismo intereses de protestas y descontento.
Sin embargo, estas significaciones no se agotan aquí, puesto que, tanto la
postura política como el mensaje que se emite al participar colectivamente con
este medio alternativo, también está cargado de sentido por el sujeto, respecto
del objeto, inmerso en la cultura política emergente del voto en blanco.
Voto en blanco (5), subcategoría - Postura (5.3)
Entendida la postura política, como la determinación decisional respecto de
un tema político; consideramos que la decisión de los votantes blancos refleja
propiamente una postura política e ideológica particular, hasta ahora poco
estudia y entendida.
Si bien ninguno de los informantes refirió este concepto asociado a la
decisión de participar, de acuerdo a la continuidad con el que ejercen su derecho
al voto en la alternativa “blanco” y considerando los códigos emergentes que
hicieron visible lo que representa y significa para el votante blanco su elección
alternativa, es viable aseverar que el voto en blanco es una postura política,
visible en diferentes niveles, con márgenes diferenciales en tiempo y espacio.
Los códigos resultantes, permitieron clasificar los votantes blancos
90 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
entrevistados en tres grupos de acuerdo a las veces que manifestaban haber
votado, tanto numérica como referencial, de acuerdo al escenario electoral, así,
los electores que indicaban, “siempre”, fue codificada como permanente,
“mayoría” como regular y cuando referían algunas elecciones en específico se
codificaba como ocasional. También, se tuvo en cuenta la edad, por cuanto a
menor edad el número de veces se reducía, por ello la postura del informante
más joven, no fue analizada desde las veces que ha votado sino desde el criterio
expuesto.
Estos códigos: regular (5.3.1), ocasional (5.3.2) y permanente (5.3.3)
conformaron la subcategoría “Postura Política” (5.3), como parte de la categoría
voto en blanco (5), además, de acuerdo a los escenarios electorales e
interpretando las respuestas en conjunto de cada entrevista, se pudo establecer
que esta postura correspondía en igual sentido a un componente estructural o
coyuntural o la mezcla de ellos.
Los informantes que votan en blanco, siempre y mayoritariamente,
refirieron una concepción más estructural en términos de convicción frente a
este mecanismo, para ellos votar por un candidato es ocasional y comprende
una serie de exigencias; en cuanto a los votantes que indicaron pocas ocasiones
en las que han votado en blanco, componen una postura más coyuntural, cuya
decisión está más ligada a cada elección en particular. Sin embargo, los votantes
“regulares” oscilan entre lo coyuntural –elecciones y lo estructural convicción.
Permanente: “Deci siempre votar en blanco, porque no, no estoy de
acuerdo con, con ninguna, propuesta, con ninguna de estos políticos” (1.7).
Regular: “La mayoría he votado en blanco” (1.3).
Ocasional: “Como dos o tres veces” (1.9).
Es necesario resaltar en este punto, que se evidenció que sin importar si la
práctica era permanente, regular u ocasional, los votantes blancos lo hacían de
manera consciente, libre y voluntaria. Estos hallazgos, concernientes a la
postura política e ideológica del voto en blanco, comprenden el fortalecimiento
de la cultura política electoral en Colombia y consecuentemente del sistema
democrático.
Voto en blanco (5), subcategoría - Mensaje (5.4)
En este acápite se examina el código mensaje, vinculado al proceso del sujeto
votante blanco, con el objeto voto en blanco, de acuerdo a las representaciones
que lo identifican, significando con ello que los mensajes, son la expresión de
los sentimientos, luego de un camino en el que pueden converger interés,
educación, análisis de sujetos y entidades de orden político; de acuerdo a lo
planteado en el esquema (E.1).
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 91
Yo no estoy de acuerdo, con ninguna de las
propuestas, ya sea, algo personal, independientemente
de tu afinidad política, independientemente de tus
creencias religiosas, independientemente de tu
ideología, independientemente de la posición social
que tengas, aquí en el estado, independiente de
muchas cosas, el voto en blanco es también una
manifestación de lo que tu sientes, ante el sistema, este
sistema que nosotros tenemos, en Colombia” (1.5).
Estos mensajes son las manifestaciones que emiten los votantes blancos al
participar de las elecciones y no escoger candidatos: Desacuerdo (5.4.1) con 25
citas, seguido por rechazo (5.4.2) con 16 citas, cambio político (5.4.3) 7 citas y
poder electoral (5.4.4) con 1 cita.
Como se observa, los códigos más recurrentes en el lenguaje de los votantes
blancos son desacuerdo y rechazo, que corresponde el mulo de sentimientos
referidos en el esquema 1 (1.1), y en menor medida los que permiten un efecto
material. Tal como lo ilustra Nohlen:
Con ello se corrobora a través de su dimensión
intrínseca, la participación entra en el campo
simbólico de lo político, en el cual determinados
fenómenos se encuentran cargados de normatividad y
emotividad contribuyendo así a la cohesión de la
sociedad (política)” (2004:142).
En resumen, en la cultura política electoral del voto en blanco, los mensajes
simbólicos juegan un papel fundamental, cuyo sentido se forja en los
sentimientos conectados con el conocimiento del sentido común, y el análisis
de los factores relevantes que de él, haga el ciudadano elector.
Consideraciones finales
En Colombia, el tema de la participación electoral por ser de naturaleza
voluntaria (esto es, no existe el voto obligatorio), aporta respecto del voto en
blanco, no sólo significados del “ejercicio”, sino de la decisión” de participar
del acto electoral y la expresión de esa participación traducida en una opción.
Por ello, los significados del voto en blanco como opción alternativa de
participación política electoral se pueden resumir así:
Desde el sujeto, participar de las elecciones votando en blanco significa: 1.
Convertir un componente emotivo generalmente negativo, en el ejercicio de un
derecho; 2. Significa mayoritariamente, sobreponer el interés común ante el
particular, traducido en responsabilidad y compromiso social con la
democracia; 3. Asumir una decisión consciente y democrática a partir del
conocimiento común, aún en medio de los desafíos que le impone la falta de
92 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
educación política de la ciudadanía en general respecto del voto en blanco y; 4.
Poseer interés por lo temas políticos.
Desde el objeto, la participación electoral como práctica política, significa: 1.
Libertad de decisión y expresión, válido y necesario en un proceso democrático;
2. Poder para producir o al menos posibilitar el cambio no sólo de candidatos,
sino de la política del país; 3. Alternativa democrática y consciente; 4. Deber de
expresión democrática y 5. Sanción individual y colectiva.
En términos generales, considerando que la cultura política es el conjunto
de actitudes políticas de un grupo de personas, es posible concluir que el voto
en blanco representa una cultura política que va en ascenso en cuanto a los
significados otorgados por las representaciones sociales que lo identifican;
significaciones sociales-culturales, que supera exponencialmente el sentido
netamente jurídico y generan las bases de una postura política libre y
consciente que fortalece el sistema democrático de Colombia, al darle cabida al
pensamiento crítico y al disenso.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 93
Conclusiones
Considerando que la presente investigación se concentró en explicar el
impacto de la cultura emergente del voto en blanco en el sistema electoral de
Colombia, en el marco de las representaciones sociales que lo identifican, a
partir de ejes temáticos desarrollados en capítulos, estas reflexiones se nutren
de las conclusiones capitulares con el propósito de que nuestros lectores tengan
ahora una visión panorámica y concatenada de los hallazgos principales de la
investigación.
Respecto del voto en blanco como posible referente que da cuenta del
descontento social en el sistema democrático colombiano, como primer eje
temático, se concluye que hace parte de los mecanismos que tienen los electores
para manifestar sus desacuerdos con el sentido y alcance del sistema político y
sus actores protagonistas, que van desde el actuar de los candidatos, los
partidos y movimientos políticos, pasando por el rechazo a eventos
coyunturales, hasta las prácticas de las instituciones estatales y sus políticas. Si
bien existen otras formas de manifestación de descontento, el voto en blanco ha
cobrado relevancia en los escenarios nacionales y en especial locales a la hora
de decidir, debido principalmente al desarrollo normativo, paulatino pero
constante, de cada uno de los aspectos que le componen, endilgando de validez
jurídica, pero sobre todo de validez social como expresión de inconformismo
dentro de las vías legales reconocidas en la Constitución Política de Colombia.
Además, de acuerdo a los diferentes escenarios en los que se ha desarrollado
mayoritariamente el voto blanco, permite indicar que principalmente los
espacios electorales locales son los más propensos a generar entre sus
pobladores, no sólo conciencia individual, sino colectiva de la necesidad de
cambio a través de este mecanismo y, de manera particular, en las que se
escogen cargos unipersonales, como el caso de los alcaldes, por cuanto con
excepción de la elección a los cinco cargos de los parlamentarios andinos en los
años 2010 y 2014, este fenómeno masivo de votos en blanco en Colombia sólo
se registró en municipios.
Respecto de la motivación, no existe una razón única, sino que su decisión
se debe tanto a motivos coyunturales, como de las consecuencias del
agotamiento de las estructuras políticas y las prácticas ejercidas en los periodos
mediatamente anteriores, de acuerdo a los contextos analizados, en las cuales
se evidencia el voto en blanco, tanto como una propuesta alternativa al
momento de elegir, como un síntoma de los deterioros de la imagen de los
políticos, como de sus prácticas políticas y en general de las políticas del sistema
en misma. Dejando para el debate la pregunta, ¿la incidencia del voto en
blanco es una expresión de la anti-política?
Desde la perspectiva del segundo eje temático, los componentes
estructurales y coyunturales que determinan la opción del voto en blanco y lo
94 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
que significan en el sistema político-electoral de Colombia, es preciso referir
que además de los efectos jurídicos, la sola idea de rechazar a los candidatos, las
actuaciones arbitrarias de actores involucrados en el desarrollo de las elecciones
o las instituciones y, hasta de promover cambios de tipo institucional, han sido
relevantes para estructurar la decisión de votar y promover el voto en blanco.
Por otra parte, la percepción de pertinencia, finalidad u objeto del voto en
blanco, se comprende a través del escenario y contexto electoral y político en el
cual haga presencia, así como del discurso que se genere desde los diferentes
sectores, en donde, tanto las campañas electorales de los comités inscritos y no
inscritos, así como de los movimientos sociales y la opinión blica juegan un
papel importante con incidencias diferenciadas por los aspectos coyunturales
de cada elección.
Además, el voto en blanco en el sistema electoral colombiano, no comprende
solamente una muestra de expresión válida, sino la representación de lo que
percibe el votante blanco como herramienta potencialmente transformadora
que incluye el pensamiento crítico y contra-hegemónico en la cultura política
nacional, cuyo ideario social sobrepasa lo dispuesto en el ordenamiento
normativo.
En términos generales, una lectura política del voto en blanco en el sistema
electoral colombiano, constituye el de contribuir con el fortalecimiento del
debate político y participación política; que ha dado lugar a visibilizar las
inconformidades de la ciudadanía en diversos contextos, en medio de las
diferencias sustanciales de cada uno de los escenarios electorales donde esta
práctica ha ganado espacio y algún protagonismo.
Para finalizar, en lo que respecta a los significados de la participación
electoral en su expresión de voto en blanco, en el sistema democrático de
Colombia en el período 2003-2015, de este eje temático, se concluye, que en
Colombia el tema de la participación electoral por ser de naturaleza voluntaria,
esto es, no existe el voto obligatorio, aporta respecto del voto en blanco, no sólo
significados del “ejercicio”, sino de la “decisión” de participar del acto electoral
y la expresión de esa participación traducida en una opción. Por ello, los
significados del voto en blanco como opción alternativa de participación política
electoral se pueden resumir así:
Desde el sujeto, participar de las elecciones votando en blanco significa: 1.
Convertir un componente emotivo generalmente negativo, en el ejercicio de un
derecho; 2. Significa mayoritariamente, sobreponer el interés común ante el
particular, traducido en responsabilidad y compromiso social con la
democracia; 3. Asumir una decisión consciente y democrática a partir del
conocimiento común, aún en medio de los desafíos que le impone la falta de
educación política de la ciudadanía en general respecto del voto en blanco y; 4.
Poseer interés por lo temas políticos.
VOTO EN BLANCO EN COLOMBIA 95
Desde el objeto, la participación electoral como práctica política, significa: 1.
Libertad de decisión y expresión, válido y necesario en un proceso democrático;
2. Poder para producir o al menos posibilitar el cambio no sólo de candidatos,
sino de la política del país; 3. Alternativa democrática y consciente; 4. Deber de
expresión democrática y 5. Sanción individual y colectiva.
En términos generales, considerando que la cultura política es el conjunto
de actitudes políticas de un grupo de personas, es posible concluir que el voto
en blanco representa una cultura política que va en ascenso en cuanto a los
significados otorgados por las representaciones sociales que lo identifican;
significaciones sociales-culturales, que supera exponencialmente el sentido
netamente jurídico y generan las bases de una postura política libre y
consciente que fortalece el sistema democrático de Colombia, al darle cabida al
pensamiento crítico y al disenso.
Los significados de votar en blanco, no se agotan en esta investigación por
cuanto cada individuo desde su entender va generando y reproduciendo nuevos
significados, de acuerdo al constante movimiento de la dinámica electoral y a
fin de seguir avanzando en el estudio de la cultura política del voto en blanco se
recomienda dirigir la investigación a poblaciones específicas.
Así, la impronta de la cultura emergente del voto en blanco en el sistema
electoral de Colombia, en el marco de las representaciones sociales que lo
identifican, va desde el lenguaje común del votante blanco que pretende desde
su individualidad, aportar al cambio, y desde la colectividad, protestar y
proponer movilización social, respecto de temas particulares guiados por los
eventos coyunturales cercanos a las elecciones, hasta generales y estructurales
del sistema político del país, cuyo accionar puede ir desde la decisión de votar
por la opción “blanco”, o participar activamente con la campaña de la
candidatura voto en blanco la cual se ha desplegado con mayor fuerza en los
distintos medios virtuales. Cultura política que encuentra asidero en diferentes
actores sociales, políticos, comunitarios, de acuerdo a los interés que persigan,
diferenciados por los distintos escenarios electorales, con espacio propio de las
elecciones unipersonales de alcaldes, gobernadores y presidenciales en primera
vuelta como de corporaciones públicas cuyos protagonistas son muestra de
ciudadanos que sin tener necesariamente vínculos partidistas, son interesados
por la política y mayoritariamente por el bien común y la construcción de país;
que ven en el voto en blanco una oportunidad de expresar sus sentimientos de
rechazo y desacuerdo dentro de un marco democrático electoral.
96 SHIRLEY PATRICIA SORACA BECERRA
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